26 De Marzo de 2024
San Ludgero
Obispo
(+ 809)
La
historia de San Ludgero, primer obispo de Münster, nacido hacia el
745 en Suescnon, en Frisia, de noble familia, está unida a un hecho
nuevo en el mundo cristiano: en ese tiempo, el cristianismo pasó las
fronteras del imperio romano, con la evangelización de la Germania
transrenana.
En esta obra misionera, que logró el máximo
desarrollo con San Bonifacio, encontramos comprometido a San Ludgero,
discípulo de San Gregorio y de Alcuino de York. Después de la
ordenación sacerdotal, que recibió en Colonia en 777, Ludgero se
dedicó a la evangelización de la región pagana de Frisia, en donde
San Bonifacio había sufrido el martirio.
Los métodos usados
por el emperador Carlomagno, para someter esta región y
cristianizarla, no estaban muy de acuerdo con el espíritu
evangélico. En el 776, durante la primera expedición, el monarca
impuso el bautismo a todos los soldados vencidos; pero con la
revuelta de Widukindo, hubo una apostasía general. Ludgero tuvo que
huir, y después de haber pasado por Roma, llegó a Montecassino, en
donde vistió el hábito monacal, sin haber emitido todavía los
votos.
La rebelión de Widukindo, fue aplastada en el 784, y
la represión fue brutal. El rechazo del bautismo, y el
incumplimiento del ayuno cuaresmal se castigaban con la muerte; pero
este régimen de terror, contra el que se levantó el gran maestro
Alcuino, hacía odioso al mismo cristianismo, que sin embargo,
floreció maravillosamente, gracias a los auténticos predicadores
del Evangelio, como San Ludgero, a quien el mismo emperador, fue a
buscar a Montecassino, para que regresara a la patria, y se dedicara
a predicar en Frisia.
Poco después, para premiarlo por su
celo, le ofreció el episcopado vacante de Tréveris, mas el santo lo
rechazó. Pero sí aceptó su tarea de misionero y, entonces, tomó
el puesto del abad Bernardo en el territorio de Sajonia.
En el
795, Ludgero erigió allí un monasterio, alrededor del cual, surgió
la ciudad actual de Münster (en alemán, Münster quiere decir
monasterio). El territorio pertenecía a la jurisdicción
eclesiástica de Colonia, pues Ludgero aceptó solamente en el 804,
ser consagrado obispo de la nueva diócesis. Antes de esta fecha, el
infatigable misionero no tenía residencia fija.
Construyó
iglesias y escuelas, y fundó nuevas parroquias, que confió a los
sacerdotes, que él mismo había formado en su escuela, cerca de la
catedral de Mimigernaeford. También se debe a él, la fundación del
monasterio benedictino de Werden, en donde después fue
sepultado.
Murió el 26 de marzo del 809, e inmediatamente fue
venerado como santo. Su tumba en Werden sigue siendo meta de
peregrinaciones.
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