miércoles, 31 de octubre de 2018


Cuarta Feria, 31 de Octubre

Meditación cristiana sobre Halloween


Ante Cristo, la cultura de la muerte, cede el paso al Amor y a la Vida”. Padre Jordi Rivero

Testimonio sobre halloween de una conversa del satanismo

Noticia ACI

Tras convertirse al catolicismo, luego de practicar durante varios años el satanismo y el esoterismo, Cristina Kneer de Vidal, residente de Hermosillo, México, explicó que la fiesta de Halloween, es la más importante para los cultos demoníacos, ya que se inicia un nuevo año satánico, "es como si se celebrara el cumpleaños del diablo".

La ex astróloga, afirmó que la noche de Halloween, no debe celebrarse por ningún católico, pues entre otras cosas, es la fecha en la que los grupos satánicos, sacrifican a jóvenes y niños. "No quiero asustar a nadie, todo el mundo es libre de creer lo que quiera, pero mis palabras deben ser tomadas en cuenta, por lo menos pido que me escuchen, razonen y decidan", afirmó.

"Miles de personas han adoptado, sin saberlo, una costumbre satánica, y con ello, están propiciando el crecimiento del satanismo en México, y en las grandes urbes", agregó Kneer, y explicó que "son temas poco conocidos, practiqué la meditación, y aunque ahora me arrepiento, llegué a abominar a Dios".

Ritos satánicos

"Se eligen preferentemente niños, porque son los que aún no han pecado, y son los preferidos de Dios", afirmó.

Hay ocho principales fiestas satánicas: la más alta es la fiesta de Samhain, o Halloween del 31 de octubre, en que se celebra el año nuevo satánico (para los católicos es la víspera de Todos los Santos).

Luego sigue la fiesta del 21 de diciembre, o la fiesta de Yule (cercana al día de la Navidad); el 22 de febrero se celebra la fiesta de Candlemas, o festival de Luces.

La siguiente fiesta en el calendario. es el equinoccio de primavera, generalmente se hace el mismo día de la Pascua, burlándose de la muerte de Jesús en la Cruz, y la fiesta se distingue por un sacrificio similar.

Conversión

Cristina Kneer, pertenece a un grupo conocido como SAL, que pretende enviar a los satanistas, un mensaje de esperanza, para que se conviertan, y la petición de que no hagan más daño.

"Cualquier satánico que lea esta información, y que quiera rechazar o abandonar el satanismo, puede hacerlo con ayuda de Dios, como ya lo hemos logrado nosotras", señaló Kneer.

La dirección del grupo de ex-satanistas, es el apartado postal 50, delegación 6, en Hermosillo, Sonora, Mexico.

Jesucristo es victorioso sobre el mal

La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y científica, se aparta de Dios, considerándolo un mito ya superado.

Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy, retrocede cada vez más, al absurdo de la superstición y del paganismo. Sin la fe, el hombre se arrastra, hacia la necesidad de protegerse de fuerzas que no puede dominar. Vive con miedo, y necesita expresarlo. Busca de alguna manera con sus ritos, exorcizar las fuerzas superiores.

Como católicos, profesamos que solo Jesucristo nos libera de la muerte. Solo Él es la luz que brilla, en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Solo Él nos protege de la monstruosidad de Satanás, y los demonios. Solo Él le da sentido al sufrimiento con su Cruz. Solo Él es vencedor sobre el horror y la muerte. Solo Dios basta, para quién ha recibido la gracia, y vive como discípulo de Cristo. Ante Cristo, la cultura de la muerte, cede el paso al amor y a la vida.

Alternativas al Halloween

Los cristianos debemos, no solo desenmascarar el mal, sino ser además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno, a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos, que comienza en la noche del 31 de octubre. En la liturgia de esa noche, San Pablo nos enseña, que los santos están con nosotros:

Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos, llegados ya a su consumación”.
-Hebreos 12,22-24

Debemos celebrar gozosamente esta realidad. Se pueden hacer muchas celebraciones, en torno a los santos. Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito, y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas. Los mayores pueden leer sobre los santos, o tener una fiesta, en honor a un santo favorito de la comunidad, o de la familia.

Tradicionalmente en España, y en algunas comunidades de Latino América, solía irse de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos musicales, y pidiendo dinero para celebrar misas, para las almas del Purgatorio.

La Fiesta de Todos los Santos, es una invitación a ser también nosotros santos. Las vidas maravillosas de los santos, nos ayudan a vivir más perfectamente el Evangelio. Encontramos en ellos grandes amigos, que intercederán desde el cielo por nuestra salvación.

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HALLOWEEN, ¿Como lo enfrenta un cristiano?

Padre Jordi Rivero, 2-11-2007

La Solemnidad de Todos los Santos, es el 1 de Noviembre. Esta fiesta, como todas las solemnidades, comienza la noche anterior.

Por eso, a la noche del 31 de octubre, se le llama, en el inglés antiguo, "All hallow's eve" (víspera de todos los santos). Mas tarde "All hallow´s eve" se abrevió a "Halloween". Pero, como las celebraciones de un pueblo reflejan su cultura y su fe, Halloween dejó de ser una fiesta cristiana, para convertirse en una fantasía de brujas y fantasmas.

Creo que hay que utilizar sabiduría y prudencia, para distinguir lo que es ofensivo al Señor, y lo que es solo una diversión inofensiva. Los padres tendrán que decidir que hacer, sobre ciertas diversiones relacionadas con Halloween, a las que sus hijos sean invitados. Ejemplos:

Pregunta de una madre: "¿Le permito a los niños ponerse un disfraz, que no sea de terror, y pedir dulces en una fiesta como todos sus amiguitos de la escuela? Pues pienso que, si no les permito la parte inofensiva de esta fiesta, ellos se van a sentir relegados y frustrados".

Respuesta : Me parece que es bueno proveer posibilidades, para que los niños jueguen, y se diviertan sanamente.

Al mismo tiempo, hay que cuidar que tus hijos no confundan lo que es un juego, y lo que es una apertura a la superstición o al ocultismo.

Puedo poner de ejemplo mi propia experiencia, que sin duda fue feliz, gracias a la sabia instrucción y cuidado de mi madre.

Durante mi infancia en un pueblito de USA, Halloween era una noche muy divertida, en que nos disfrazábamos, hacíamos fiesta, íbamos con los amigos a buscar golosinas por las casas.

Sabíamos que los disfraces de brujas y fantasmas eran broma, ninguno de nuestro grupo pretendía comunicarse con espíritus, ni creíamos en supersticiones, ni hacíamos daño a nadie, ni teníamos miedo, ni usábamos disfraces ofensivos.

Nos reíamos y lo pasábamos bien, jugando como niños. No celebrábamos esa noche como una fiesta religiosa, pero tampoco era algo inmoral ni demoníaco. Pero al día siguiente (1 Nov.), íbamos a misa para celebrar la fiesta de todos los santos. Mis hermanos y yo, teníamos clara la diferencia entre la noche de juego, y la fiesta religiosa de los santos, a los que teníamos gran respeto y admiración. Mi madre nos contaba ese día, la vida de algunos santos.

Por otro lado, los padres deben tener mucho mas cuidado hoy que hace 50 años. Las cosas han cambiado.

Ha disminuido mucho, la práctica de la fe, dejando un gran vacío.

Los jóvenes, incitados por los medios de comunicación, y a veces en las escuelas, están expuestos al paganismo, el ocultismo y la superstición.

Las librerías dedican secciones enteras a estos temas, junto con la Nueva Era. Las ventas Harry Potter, sobrepasan los 300 millones, y mientras los padres creen que es solo fantasía, muchos niños están confundidos.

La ouija y otras formas de adivinación, son populares entre los jóvenes (cientos de ellos han leído mi artículo sobre la ouija, y me escriben contando sus experiencias).

Los juegos violentos por computadora; la fascinación de la música con temas oscuros, con la muerte y con matar; Los wicca (muchos jóvenes se están metiendo en esta religión), se enorgullecen de sus brujerías, y creencias paganas.

Halloween, es una de las celebraciones mas importantes para los satanistas y ocultistas. Esa noche hacen “misas” negras, y otras graves ofensas a Dios. Ver: testimonio de ex-satanista más arriba de esta página. Esa noche, se registra un aumento de crímenes, por lo que la policía, en muchos lugares, se mantiene en estado de alerta.

Los cristianos participamos de lo bueno que encontremos en el mundo, pero todo lo discernimos a la luz del Evangelio.

El arzobispado de México, señaló que "si buscamos ser fieles a nuestra fe, y a los valores del Evangelio, debemos concluir que la fiesta del Hallowen, no sólo no tiene nada que ver con la celebración que le dio origen, sino que incluso es nociva, y contraria a la fe y la vida cristiana".- Ciudad México 30-X-07, (AICA)

Por tanto, los padres, al mismo tiempo que desean que sus hijos se diviertan sanamente con sus amigos, deben estar atentos a las prácticas y creencias dañinas, que existen en el actual ambiente cultural en el que vivimos.

No se trata de ver al demonio en todas partes, pero sí deben saber, que es un enemigo real. En cuanto a los disfraces, los padres deben supervisarlos. para así evitar lo que ofende a Dios, o la falta de modestia, o un ataque al pudor. Los padres no deben tener miedo de investigar y poner límites, aunque otros padres no lo hagan.

Los padres también deben cuidar, que halloween no remplace la Solemnidad de Todos los Santos, fiesta que nos recuerda, que son muchos los santos en el cielo, no solo los canonizados.

Recordamos la comunión de los santos, que todos somos llamados por Dios a ser santos, y un día poder llegar al cielo. Si tienes el apoyo de otros padres, o de la escuela, puedes organizar alternativas a Halloween.

Pregunta:
Hola Padre, tengo una duda. En mi trabajo, han decorado la oficina por halloween, y nos piden que lleguemos ese día al trabajo disfrazados. En este caso, padre, ¿que debo hacer yo como Católica que soy?

Respuesta: Disfrazarse para una fiesta no es algo inmoral. Mientras en la fiesta des testimonio de virtud cristiana.

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que nos des fuerza para apartarnos de toda celebración pagana, y cuya erradicación de esta cultura de muerte, consumió la vida de millares de mártires, en los comienzos del conocimiento de la Verdadera Fe. Danos fortaleza espiritual, y así podamos con su apoyo, mantenernos siempre fieles a tus celebraciones sagradas. Por Nuestro Señor Jesucristo, que venció a la Muerte y Vive y Reina por Siempre. Amén.



Tercera Feria, 30 de octubre

San Gerardo Majella (Mayela)



(1726-1755)

Orden de los Redentoristas

Taumaturgo. Sanador. Multiplicación de los panes. Don de la invisibilidad. Elevación por los aires. Bilocación.

Patrono de las señoras embarazadas y de las parturientas

Gerardo quiere decir: "Valiente para la defensa" (Del alemán: Ger: defensa, ard: valiente)

Uno de los santos más populares de la Italia meridional

Breve
Famoso Taumaturgo del Sur de Italia. Tenía el don de leer los pensamientos, de estar en dos lugares al mismo tiempo, de multiplicar los alimentos, de lograr profundas conversiones espirituales, aún de los más cínicos y simuladores. Tenía también el don de invisibilidad, para poder orar mejor, sin ser molestado. Podía elevarse en el aire con toda naturalidad, y comunicarse con los animales. Continúa curando desde el cielo a los enfermos del alma y del cuerpo.
Murió: 16 Octubre, 1755
Canonizado por el Papa Pio X, 11 Diciembre, 1904.
Vida de San Gerardo
Pío IX calificó a San Gerardo de, "perfecto modelo de los hermanos legos", y León XIII dijo, que había sido, "uno de los jóvenes más angelicales, que Dios haya dado a los hombres por modelo". En sus veintinueve años de vida, el santo llegó a ser el más famoso taumaturgo del siglo XVIII. Nació en Muro, a setenta kilómetros de Nápoles.
Su madre, después de la muerte de Gerardo, dio este testimonio: "Mi hijo sólo era feliz, cuando se hallaba arrodillado en la iglesia, ante el Santísimo Sacramento. Con frecuencia entraba a orar, y hasta se olvidaba de la hora de comer.
En casa oraba todo el tiempo. Verdaderamente, había nacido para el cielo".

Cuando Gerardo tenía diez años, su confesor le dió permiso de comulgar cada tercer día; era una época en la que la influencia del jansenismo, todavía se dejaba sentir (se comulgaba sólo dos veces al año); ello demuestra que el confesor de Gerardo, le consideraba como un niño excepcionalmente dotado para la piedad.

A la muerte de su padre, Gerardo debió abandonar la escuela, y entró a trabajar como aprendiz de sastre, en el taller de Martín Pannuto, hombre muy bueno, que le comprendía y apreciaba. En cambio, uno de los empleados, era un hombre muy brusco, que solía maltratar a Gerardo, y se enfurecía aún más, viando la paciencia con que soportaba sus majaderías.

Una vez aprendido su oficio a la perfección, Gerardo pidió ser admitido en el convento de los capuchinos de Muro, donde su tío era fraile; pero fue rechazado a causa de su juventud, y de su condición delicada. Entonces entró a trabajar como criado, en la casa del obispo de Lacedogna. Humanamente hablando, fue una mala elección, ya que el prelado, era un hombre de carácter irascible, que trató al joven con gran rudeza.

A pesar de ello, Gerardo le sirvió fielmente y sin una queja, hasta que murió el obispo en 1745. Entonces, Gerardo volvió a Muro, y abrió una sastrería por su cuenta. Vivía con su madre y sus tres hermanas. Solía dar a su madre, una tercera parte de lo que ganaba; el otro tercio lo repartía entre los pobres, y el resto lo empleaba, en pagar misas por las almas del purgatorio. Pasaba muchas horas de la noche, orando en la catedral, y se disciplinaba severamente.

Cuando tenía veintitrés años, los padres de la congregación del Santísimo Redentor, recientemente fundada, predicaron una misión en Muro. El joven les rogó que le admitiesen como hermano lego, pero su aspecto enfermizo no le ayudaba, y su madre y sus hermanas, no tenían ningún deseos de verle partir.

Sin embargo, Gerardo insistió, y finalmente, el Padre Cafaro le envió a la casa de Deliceto, donde él era superior, con un mensaje que decía: "Os envío a este hermanito inútil".

Pero, cuando el Padre Cafaro volvió a su casa, cayó inmediatamente en la cuenta de su error, y le concedió el hábito. Los hermanos sacramentales de Gerardo, al verle trabajar con gran ardor, puntualidad y humildad en la sacristía, y en el huerto, solían decir: "O es un loco o es un santo".

El fundador de la congregación, San Alfonso de Ligorio, comprendió que era un santo, y le acortó el período de noviciado. El hermano Gerardo, hizo la profesión en 1752. A los votos acostumbrados, añadió el de hacer siempre lo que fuese, a su juicio, más agradable a Dios.

El Padre Tannoia, autor de las biografías de San Alfonso y de San Gerardo, que había sido curado, por la intercesión de este último, y cuenta que un día, cuando el santo era novicio, le vio orando ante el tabernáculo; súbitamente Gerardo gritó: "Señor, déjame que me vaya, te ruego, pues tengo mucho que hacer". Sin duda, Jesucristo gozaba tanto de la presencia y conversación de su hijo, como San Gerardo del Él.

Durante los tres años que vivió, después de hacer la profesión, el santo trabajó como sastre y enfermero de la comunidad; solía también pedir limosna de puerta en puerta, y los padres gustaban de llevarle consigo, a sus misiones y retiros, porque poseía el don de leer las almas. Se cuentan más de veinte ejemplos de casos, en los que el santo convirtió a los pecadores, poniéndoles de manifiesto su oculta maldad.

Los fenómenos sobrenaturales abundaban en la vida del hermanito. Se cuenta que en una ocasión, fue arrebatado en el aire, y recorrió así más de medio kilómetro; se menciona también el fenómeno de "bilocación", y se dice que poseía los dones de profecía, de ciencia infusa, y de dominio sobre los animales.

La única voz que conseguía arrancarle de sus éxtasis, era la de la obediencia.
Hallándose en Nápoles, presenció el asesinato del arcipreste de Muro, en el preciso momento en que tenía lugar a setenta kilómetros de distancia.

Por otra parte, en más de una ocasión, leyó el pensamiento de personas ausentes. Tan profundamente supo leer, el pensamiento del secretario del arzobispo de Conza, que éste cambió de vida, y se reconcilió con su esposa, de suerte que toda Roma habló del milagro.

Pero los hechos más extraordinarios en la vida de San Gerardo, están relacionados con la bilocación. Se cuenta que asistió a un enfermo, en una cabaña de Caposele, y que al mismo tiempo, estuvo charlando con un amigo, en el monasterio de la misma población.

Una vez, su superior, fue a buscarle en su celda, y no le encontró ahí. Más tarde, se dirigió a la capilla, donde le halló en oración: "¿Dónde estabais hace un instante?", le preguntó. "En mi celda", replicó el hermanito. "Imposible, pues yo mismo fui dos veces a buscaros". Entonces, Gerardo se vio obligado a confesarle, que como estaba en retiro, había pedido a Dios que le hiciese invisible, para que le dejasen orar en paz. El superior le dijo: "Bien, por esta vez os perdono, pero no volváis a pedir eso a Dios".

Sin embargo, Gerardo no fue canonizado por sus milagros, ya que éstos eran simplemente un efecto de su santidad, y Dios podía haber dispuesto, que el santo no hiciese milagro alguno, sin que ello modificase en un ápice la bondad, caridad y devoción, que alabaron en el joven Pío IX y León XIII.

Uno de los resultados más sorprendente, de su fama de santidad, fue el de que sus superiores, le permitieron encargarse de la dirección de varias comunidades de religiosas, lo que no acostumbran hacer los hermanos legos. San Gerardo, hablaba en particular con cada religiosa, y solía darles conferencias, a través de la reja del recibidor.

Además, aconsejaba por carta a varios sacerdotes, religiosos y superiores. Se conservan todavía algunas de ellas. No hay en las mismas nada de extraordinario: en una expone simplemente el deber de todo cristiano, de servir a Dios según su propia vocación; en otras, incita a la bondad a una superiora; exhorta a la vigilancia a una novicia; tranquiliza a un párroco, y predica a todos la conformidad con la voluntad divina.

En 1753, los estudiantes de teología de Deliceto, hicieron una peregrinación al santuario de San Miguel, en el Monte Gárgano. Aunque no tenía más que unas cuantas monedas, para cubrir los gastos del viaje, se sentían seguros, porque el hermano Gerardo iba con ellos. Y, en efecto, el santo se las arregló, para que no les faltase nada, en los nueve días que duró la peregrinación, que fue una verdadera sucesión de milagros.

Exactamente un año más tarde, San Gerardo sufrió, una de las pruebas más terribles de su vida. Una joven de vida licenciosa, llamada Neria Caggiano, a quien el santo había ayudado, le acusó de haberla solicitado.

San Alfonso, mandó llamar inmediatamente al hermano a Nocera. Pensando que su voto de perfección, le obligaba a no defenderse, Gerardo guardó silencio; con eso, no hizo sino meter en aprietos a su superior, quien no podía creerle culpable. San Alfonso, le prohibió durante algunas semanas recibir comunión, y hablar con los extraños. San Gerardo respondió tranquilamente: "Dios, que está en el cielo, no dejará de defenderme".

Al cabo de unas cuantas semanas, Neria y su cómplice, confesaron que habían calumniado al hermanito. San Alfonso preguntó a su súbdito, por qué no se había defendido y éste replicó: "Padre, ¿acaso no tenemos una regla, que nos prohíbe disculparnos?".

Poco después, el santo acompañó al Padre Mangotta a Nápoles, donde el pueblo asedió, día y noche, la casa de los redentoristas, para ver al famoso taumaturgo. Finalmente, al cabo de cuatro meses, los superiores se vieron obligados, a enviar al hermano Gerardo a la casa de Caposele, donde fue nombrado portero.

Era ese un oficio, que agradaba especialmente al joven. El Padre Tannoia escribió: "En esa época, nuestra casa estaba asediada por los mendigos. El hermano Gerardo veía por ellos, como lo hubiese hecho una madre. Tenía el arte de contentar a todos, y la necedad y malicia de algunos de los pedigüeños, jamás le hicieron perder la paciencia. "Durante el crudo invierno de aquel año, doscientas personas, entre hombres, mujeres y niños, acudieron diariamente a la casa de los redentoristas, y el santo portero les proveyó de comida, ropa y combustible, sin que nadie supiese de dónde los sacaba”.

Según el libro de Sálesman, mientras ejercía como portero, un día, el padre ecónomo lo regañó, porque había repartido entre los mendigos, todo lo que los religiosos, tenían para comer en la despensa. Pero al llegar el padre ecónomo a la despensa, la encontró otra vez llena.

En la primavera del año siguiente, fue nuevamente a Nápoles. A su paso por Calitri, de donde el Padre Mangotta era originario, el pueblo le atribuyó varios milagros. Cuando volvió a Caposele, los superiores le encargaron, de la supervisión de los edificios que se estaban construyendo.

Cierto viernes, cuando no había en la casa, un sólo céntimo para pagar a los trabajadores, las oraciones del santo hermanito, movieron a un bienhechor inesperado, a regalar lo suficiente para salir del apuro. San Gerardo pasó el verano, pidiendo limosna para la construcción.

Pero el calor del sur de Italia, acabó con su salud, y en los meses de julio y agosto, el santo se debilitó rápidamente. Tuvo que pasar una semana en cama, en Ovieto, donde curó a otro hermano lego, que había ido a asistirle, y había caído enfermo. Llegó a Caposele casi a rastras. En septiembre, pudo abandonar el lecho unos cuantos días, pero volvió a caer.

Sus últimas semanas, fueron una mezcla de sufrimientos físicos y éxtasis, cuando sus dones de profecía y ciencia infusa, alcanzaron un grado extraordinario. En el lecho de muerte, le confesó a su superior: "Me imagino que esta cama es la voluntad de Dios, y estoy clavando en ella, como lo estoy en la voluntad de Dios. Aun más, creo que la voluntad de Dios y yo, nos hemos hecho una misma cosa".

Sobre la puerta de su cuarto, puso un letrero con letras mayúsculas, que decía:
AQUI SE ESTA HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS.

San Gerardo murió, en la fecha y hora que había predicho, poco antes de la media noche del 15 de octubre de 1755. Fue canonizado en 1904.

Difamado, se convierte en protector
El biógrafo Tannoia, en la Vida escrita hacia 1806, declaraba: "Fray Gerardo, es protector especial de las parturientas, y en Foggia no hay ninguna mujer que vaya a dar a luz, que no tenga la imagen del Santo, y no invoque su patrocinio".

Singular "revancha del Santo", por los sufrimientos que le causaron las calumnias de una mujer, una ex-monja, a quien le creyeron fácilmente, los superiores de San Gerardo.

San Gerardo, que en el lecho de su muerte, pudo confesar que no sabía lo que era una tentación impura, tenía de la mujer un concepto muy elevado: veía, efectivamente, en toda mujer una imagen de María, "alabanza perenne de la Santísima Trinidad". Eran los impulsos místicos de un alma sencilla, pero llena de ardor espiritual.

Exclamaba con frecuencia: "Mi querido Dios; mi Espíritu Santo", pues sentía en su intimidad, la bondad, y el amor infinito de Dios.

Intercesor de los médicos
A comienzos de 1800, casi cincuenta años después de su muerte, un médico de Grassano, declaraba: "Desde hace muchos años, no ejerzo la profesión de médico. La ejerce por mí Fray Gerardo": este médico, tomaba tan en serio el patrocinio de Gerardo, proclamado beato sólo en 1893, quien en vez de recetar medicinas, prefería dejar a sus pacientes, una medalla del buen religioso.

-Vida de los Santos de Butler, Vol. IV

Oración: Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la intercesión de San Gerardo, nuestros cuerpos y almas permanezcan puros, y también sanos, según sea tu Santa Voluntad, y así poder glorificarte, y que Tú puedas gozarte de nuestra presencia.

También te pedimos, para que siempre veamos en la mujer, la compañera sagrada que nos diste, para sobrellevar con alegría el duro paso por esta Vida, y serle siempre un compañero fiel. Por la Virgen María, que Vive y Reina por Siempre. Amén.

martes, 30 de octubre de 2018


Tercera Feria, 30 de Octubre

SAN ALONSO RODRÍGUEZ S.J.


Viudo, religioso (1533-1617)

Alonso significa: "pronto para hacer el bien"
(del germano al: el bien. Ons: prontitud)

Este hermano no es un hombre, sino un ángel”

Breve
Humilde portero de la escuela Jesuita en Mayorca por 45 años,
comunicó a San Pedro Claver S.J. En 1605, un mensaje de Nuestro Señor, llamando a éste a ser misionero en el continente Americano.
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Hay dos santos jesuitas llamados Alonso Rodriguez: el de esta historia, y el mártir del Paraguay, compañero de San Roque.

Alonso, nacido en 1533, fue el tercer hijo, de la numerosa familia de Diego Rodríguez, un comerciante acomodado de Segovia, España.

El Beato Pedro Fabro y otros jesuitas, llegaron a predicar una misión en Segovia, y se hospedaron en la casa de Diego. Al terminar la misión, el huésped les propuso, que fuesen a descansar unos días en su casa de campo. Alonso, que tenía entonces unos diez años, partió con ellos, y el Beato Pedro Fabro, se encargó de prepararle para la primera comunión.

A los catorce años, Alonso partió con su hermano mayor, a estudiar en el colegio de los jesuitas de Alcalá, pero su padre murió menos de un año después, y Alonso tuvo que volver, para ayudar a su madre, en la administración de los negocios. Cuando Alonso tenía veintitrés años, su madre se retiró de la administración, y le dejó encargado de ella. Tres años más tarde, Alonso contrajo matrimonio con María Suárez.

Los negocios iban mal, y la dote de la mujer de Alonso, no era suficiente para mejorarlos. El joven no era mal comerciante, pero la situación no le ayudaba. La hijita de Alonso murió, poco después de nacer; su esposa la siguió al sepulcro, después de dar a luz a un niño. Dos años más tarde, murió también la madre de Alonso. El dolor de la muerte de sus seres queridos, se convirtió en una oportunidad de abrirse a la gracia, para hacer en todo, la voluntad de Dios.

Hasta entonces, había cumplido como cristiano, pero ahora Dios le llamaba a algo más. Vendió su negocio, a fin de obtener lo suficiente para sostenerse, y se fue a vivir con su hijito, a la casa de sus dos hermanas solteras, Antonia y Juliana, que eran muy piadosas. Ellas se ocuparon de enseñarle a meditar, de suerte que, al poco tiempo, Alonso oraba dos horas cada mañana, y por la tarde, reflexionaba sobre los misterios del rosario. De esta manera, Dios le pudo demostrar, la pobreza de su vida pasada, a la luz de Cristo.

A raíz de una visión de la felicidad del cielo, hizo una confesión general. Desde entonces, empezó a practicar duras mortificaciones, y a confesarse y comulgar una vez por semana. Algunos años más tarde, murió su hijo, y Alonso, que se encontraba muy dolorido, experimentó un gran consuelo, al comprender que su hijo se había librado del peligro de ofender a Dios.

Volvió entonces con más fuerza, la idea de abrazar la vida religiosa, y pidió su admisión a los jesuitas de Segovia. Estos le disuadieron, dado a que tenía ya casi cuarenta años, su salud era bastante mala, y su educación, no era suficiente para el sacerdocio.

Sin perder el ánimo, Alonso se fue a Valencia, a su antiguo amigo, el Padre Luis Santander, S.J., quien le recomendó que empezase a aprender el latín, para ordenarse cuanto antes. Le servía de consuelo que el fundador de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, también había entrado tarde en la vida religiosa.

Alonso empezó a asistir a la escuela con los niños, lo cual constituía no poca mortificación. Como había dado a sus hermanas, y a los pobres, casi todo el dinero que tenía, hubo de entrar a servir como criado, y aun se vio obligado a pedir limosna, de cuando en cuando.

En la escuela conoció a un hombre de su edad, y de aspiraciones semejantes a las suyas, el cual trató de persuadirle, a que renunciase a ser jesuita, y se fuese con él a vivir como ermitaño. Alonso le hizo una visita en su ermita de la montaña, pero súbitamente cayó en la cuenta, de que se trataba de una tentación contra su verdadera vocación, y volvió enseguida a Valencia, donde dijo al Padre Santander: "Os prometo que jamás en mi vida, volveré a hacer mi propia voluntad. Haced de mí lo que queráis".

El 31 de enero de 1571, el provincial de los jesuitas, desoyendo el parecer de sus subordinados, aceptó a Alonso Rodríguez como hermano lego. Permaneció en Valencia seis meses, para terminar el noviciado, y luego fue enviado al colegio de Monte Sión, en Palma de Mallorca, donde pronto fue nombrado portero. San Alonso desempeñó ese oficio, hasta que la edad y los achaques se lo impidieron.

El Padre Miguel Julián resumió en una frase, la fama de santidad que alcanzó el hermanito en ese puesto: "Este hermano no es un hombre, sino un ángel". San Alonso consagraba a la oración, todos los instantes que le dejaba libre su oficio. Aunque llegó a vivir en constante unión con Dios, su camino espiritual estuvo muy lejos de ser fácil.

Sobre todo en sus últimos años, el santo atravesó por largos períodos de desolación y aridez, y se veía afligido de graves dolores, en cuanto hacía el menor esfuerzo por meditar. Como si eso no bastase, le asaltaron las más violentas tentaciones, como si tantos años de mortificación, no hubiesen servido de nada.

La respuesta de Alonso, fue intensificar aun más la penitencia, sin desesperarse jamás. Siguió en el cuidadoso cumplimiento de sus obligaciones, convencido de que, llegado el momento escogido por Dios, volvería a gozar de las dulzuras y éxtasis de la oración. Y así fue. Llegó a tener entonces consolaciones "tan intensas, que no podía levantar los ojos del alma, a Jesús y María, sin verles como si estuviesen presentes".

Inspiración para todos
Algunos sacerdotes que le conocieron durante varios años, declararon que jamás le habían visto hacer, ni decir nada, que no estuviese bien. En 1585, cuando tenía cincuenta y cuatro años, hizo los últimos votos, los que renovó en la misa todos los días de su vida.

La existencia de un portero, no tiene nada de envidiable, y menos tratándose de la portería de un colegio, donde se necesita una dosis muy especial de paciencia.

Sin embargo, el oficio tiene sus compensaciones, ya que el portero conoce a muchas personas, y es una especie de eslabón entre el exterior y el interior. En el colegio de Monte Sión, además de los estudiantes, había un ir y venir continuo de sacerdotes, nobles, profesionales y empleados, que debían tratar asuntos con los padres. También acudían mendigos en busca de limosna, y los comerciantes que iban a vender sus productos.

Todos conocieron, respetaron y veneraron al hermano Alonso. En busca de su consejo, acudían los sabios y los sencillos, y su reputación se extendió, mucho más allá de los muros del colegio.

El más famoso de sus "discípulos", fue San Pedro Claver, que en 1605, estudiaba en el colegio. Durante tres años, se puso bajo la dirección de San Alonso, el cual, iluminado por Dios, le entusiasmó y alentó para trabajar en América. Ahí fue donde San Pedro Claver, ganó el título de "el apóstol de los negros". San Alonso profesó siempre, una profunda devoción a la Inmaculada Concepción.

El Beato Raimundo Lulio, había defendido ese privilegio mariano en Mallorca, 300 años antes. En una época, se creyó que San Alonso había compuesto el Oficio Parvo de la Inmaculada. El santo practicaba y propagaba ardientemente esa devoción, y ello dio origen a ese error.

Escritos
San Alonso dejó varias obras, que escribió por orden de sus superiores, entre ellas las Memorias autobiográficas, escritas desde 1604 hasta 1616, y algunos escritos, que tratan argumentos de ascética, con profunda penetración, fruto de una sabiduría que no la sacó de los libros.

Su doctrina es sólida y sencilla; sus exhortaciones tienen el fervor que se podía esperar de un santo de su talla, y el contenido de esos libros, prueba que San Alonso era un alma mística.

No fue el autor del "Ejercicio de Perfección y Virtudes Cristianas", que se debe a la pluma de otro jesuita, del mismo nombre y apellido, pero que no fue canonizado.

Entrega incondicional
Cuando tenía ya más de setenta años, y estaba muy enfermo, el rector del colegio, para probar su virtud, le ordenó que partiese a las Indias. San Alonso se dirigió inmediatamente a la puerta, y pidió al portero que le abriese, diciendo: "Tengo orden de partir a las Indias". Así lo habría hecho, si el rector no le hubiese mandado llamar de nuevo.

En mayo de 1617, el Padre Julián, rector de Monte Sión, que sufría de una fiebre reumática, rogó a San Alonso que orase por él. El santo pasó la noche en oración, y a la mañana siguiente, el rector pudo celebrar la Misa.

En octubre de ese año, sintiendo aproximarse su fin, el santo recibió la comunión, y al punto, cesaron todos sus sufrimientos espirituales y corporales. Del 29 al 31 de octubre, estuvo en éxtasis, y después comenzó su terrible agonía. Media hora antes del fin, recobró el conocimiento, miró amablemente a sus hermanos, besó el crucifijo, pronunció en voz alta el nombre de Jesús, y expiró.

El virrey y toda la nobleza de Mallorca, asistieron a sus funerales, así como el obispo, y una multitud de pobres y enfermos, cuyo amor y cuya fe, premió el cielo con milagros.

San Alonso fue canonizado junto con San Pedro Claver, el 15 de enero de 1888.

Anécdotas sobre San Alonso Rodríguez

El fundamento de su trato con todos
Alonso Rodríguez, se propuso ver a Jesús en cada visitante que llegaba, y tratar muy bien a Jesús, que llegaba disfrazado de prójimo. Cuando alguien le preguntaba, por qué no era más duro y áspero con ciertos tipos inoportunos, le respondía: "Es que a Jesús que se disfraza de prójimo, nunca lo podemos tratar con aspereza, o mala educación".

Seguramente que Nuestro Señor, al llegar al cielo, le habrá repetido aquello, que en el evangelio prometió que dirá, a quienes tratan bien a los demás: "Ven siervo bueno y fiel. Entra en el gozo de tu Señor, porque cuando me disfracé de huésped, me trataste sumamente bien. El buen trato que le diste a los demás, aún a los más humildes, lo recibo, como si me lo hubieras dado a Mí en persona" (Cf. Mt. 25, 40)

Ayuda oportuna de la Virgen
Un día, cuando sus tentaciones impuras, se le habían vuelto casi enloquecedoras, al pasar por frente a una imagen de la Santísima Virgen, le gritó en latín: "Sancta Maria, Mater Dei, memento mei" (Santa María Madre de Dios, acuérdate de mí), e inmediatamente sintió que las tentaciones desaparecían.

Desde entonces, se convenció de que la Santísima Virgen, tiene gran poder para alejar a los espíritus impuros, y se dedicó a encomendarse a Ella, con mayor fervor. Le rezaba varios rosarios cada día, y en honor de la Madre de Dios, rezaba 9 salmos diarios. Y la Virgen María fue su gran Protectora y defensora, hasta la hora de su muerte, y se le apareció varias veces, llenándolo de increíble felicidad.

San Alonso sufrió muchas penas en su vida, y recibió de Dios, muchos carismas (visiones, milagros). Se destacó por su humildad, su gran amor a la Virgen Santísima, y sus sabios consejos, para seguir a Jesucristo.

BIBLIOGRAFÍA
Butler; Vida de los Santos
Salesman, P. Eliezer; Vida de Santos #4
Sgarbossa, Mario; Luigi Giovannini; Un santo para cada día

Oración: Señor mío y Dios mío, que por los méritos y la intercesión de San Alonso Rodríguez, podamos siempre vencer el pecado de la concupiscencia, apartando de nuestras vidas compañías, lecturas, películas y conversaciones indecentes, y así preservar para siempre, nuestra estrecha unión con tu cuerpo místico. Que también Don Alonso nos asista, en nuestros momentos de aridez intelectual y espiritual, que todos experimentamos en nuestra propia Vida. Por la Santísima Virgen María, nuestra protectora, que Vive y Reina por siempre. Amén.


lunes, 29 de octubre de 2018


Segunda Feria, 29 de Octubre

San Narciso


Obispo de Jerusalén, siglo II

Taumaturgo. Dios le concedió transformar el agua en aceite para alumbrar el templo

Narciso nació a finales del siglo I en Jerusalén, y se formó en el cristianismo, bebiendo en las mismas fuentes de la nueva religión. Debieron ser sus catequistas, aquellos a los que el mismo Salvador había formado, o a los que escucharon a los Apóstoles.

Era ya presbítero modelo con Valente, o como el Obispo Dulciano. Fue consagrado obispo, trigésimo de la sede de Jerusalén, en el año 180, cuando era de avanzada edad, pero con el ánimo y el dinamismo de un joven. En el año 195, asiste y preside el concilio de Cesarea, para unificar con Roma, el día de la celebración de la Pascua.

Eusebio cuenta que en su tiempo, los cristianos de este lugar, recordaban todavía algunos de los milagros del Santo Obispo. Por ejemplo, cuando los diáconos no tenían aceite para las lámparas, en la víspera de la Pascua, San Narciso pidió que trajesen agua, se puso en oración, y después mandó que la pusiesen en las lámparas. Así lo hicieron, y el agua se transformó en aceite.

Permitió Dios que le visitara la calumnia. Tres de sus clérigos —también de la segunda o tercera generación de cristianos- no pudieron resistir el ejemplo de su vida, ni sus reprensiones, ni su éxito. Se conjuraron para acusarle, sin que sepamos el contenido, de un crimen atroz.

El Santo perdona a sus envidiosos difamadores, y toma la decisión de abandonar el gobierno de la grey, viendo con humildad en el acontecimiento, la mano de Dios. Secretamente se retira a un lugar desconocido, en donde permanece ocho años.

Dios, que tiene toda la eternidad para premiar o castigar, algunas veces lo hace también en esta vida, como en el presente caso. Uno de los maldicientes hace penitencia, y confiesa en público su infamia.

Regresa Narciso de su autodestierro, y permanece acompañando a sus fieles, hasta bien pasados los cien años. En este último tramo de su vida, le ayuda Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, que le sucede posteriormente.

Se dice que Narciso murió a los 116 años.

Oración: te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión de San Narciso y San Simón, cuya fiesta hemos celebrado ayer, habiendo siendo ambos obispos de Jerusalén, se detenga el derramamiento de sangre en esa sagrada ciudad, así como en toda la Tierra Santa, adquiriendo la primera el estatus internacional que demandan las Naciones Unidas, y así puedan pacificarse los espíritus y reinar Tu Paz.

Que San Narciso siempre mantenga la luz y la claridad de nuestra Fe, con el sagrado aceite encendido en nuestros corazones, y así poder sufrir con entereza, todas las pruebas que afrontemos en nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, Ayer, Hoy y Siempre. Amén.

domingo, 28 de octubre de 2018


Domingo 28 de Octubre

San Judas Tadeo, Apóstol y Mártir


Patrón de las causas difíciles o desesperadas

"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".  Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"

Vendremos a él, y haremos en él nuestra morada”

Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma, y con gran alegría”

Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones, que Nuestro Señor le recomendó, que cuando deseara conseguir ciertos favores, los pidiera por medio de San Judas Tadeo

San Judas Tadeo, aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10:3, Marco 3:18). No sabemos cuando, ni como entró a formar parte de los discípulos. Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1:13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14:22). Esta distinción es necesaria, dado a que el Judas Iscariote, fue quien traicionó a Jesús.

Sus hermanos eran cuatro:
  1. Santa María Salomé - su hermana mayor, madre de los apóstoles, Santiago el Mayor y Juan el Evangelista. La recordamos el pasado 22 de Octubre.
  2. San Santiago el Menor – Apóstol.
  3. Justo
  4. San Simón el Cananeo – Apóstol, y luego obispo de Jerusalén, que lo acompañó en sus viajes.

Por lo que vemos en este pequeño relato genealógico, Judas Tadeo era un pariente cercano de Jesús; eran primos, y por lo tanto quizás crecieron; se educaron y trabajaron juntos. Pertenecía al corazón de la familia de Jesús.

Según algunas tradiciones, Judas Tadeo era el novio de las bodas de Caná, donde Jesús —de acuerdo con los Evangelios— realizó su primer milagro, al convertir el agua en vino.

Luego de su vida como Apóstol de Cristo, llevó el mensaje de éste, junto a su hermano Simón, a las regiones de Galilea, Judea, Samaria, Egipto, Libia, Eufrates, Tigris, Edesa y Babilonia, llegando hasta los confines de Siria y Persia.

El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva. "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero . . . el hermano de Santiago y de Judas?".

Después de la Última Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó, que Él y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él, y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo, después de la Ascensión del Señor, y de la venida del Espíritu Santo.

Se atribuye a San Judas, una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular, y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe, que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón, son hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios, en ocasión de riña, y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo".

Es una severa amonestación contra los falsos maestros, y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta, con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma, y con gran alegría".

San Judas Tadeo, es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales, que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa.

Santa Brígida, cuenta en sus Revelaciones, que Nuestro Señor le recomendó, que cuando deseara conseguir ciertos favores, los pidiera por medio de San Judas Tadeo.

Con frecuencia, se ha confundido a San Judas Tadeo, con el San Tadeo de la leyenda de Abgar, y se ha dicho que murió apaciblemente en Beirut de Edessa. Según la tradición occidental, tal como aparece en la liturgia romana, se reunió en Mesopotamia con San Simón, y que ambos predicaron varios años en Persia, y ahí fueron martirizados.

Existe un relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino, no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas, y consagrado por ellos, primer obispo de Babilonia.

Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo, le cortaron la cabeza con una hacha, y por eso lo pintan con una hacha en la mano. Por ello, la Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente, separa sus respectivas fiestas.

San Judas, tal vez, perteneció a la humilde clase de los trabajadores. Eusebio cuenta, que fueron acusados ante el emperador Domiciano, unos nietos de Judas, por ser parientes del Señor. Pero el emperador los dejó en libertad, al ver sus manos encallecidas por el trabajo.

San Simón El Cananeo

Hermano de San Judas Tadeo


Apóstol y Mártir

En la lista de los Apóstoles, le suelen llamar siempre Simón el Cananeo, o el Zelote, dos términos que se identifican. Son, en efecto, dos traducciones de un mismo vocablo hebreo, qanná, que quiere decir zelotes o celoso.

Así Simón, Apóstol fiel de Jesucristo, encarna en su persona, el gran celo del Dios Omnipotente; "de hecho, el Dios de Israel, se muestra como un ser "celoso" de sí mismo, que no puede, en manera alguna, tolerar cualquier atentado contra su trascendente majestad" (Ex. 20,5; 34,14).

Simón pertenecía a un partido nacionalista, en el que se habían enlazado, indisolublemente, la religión y la política. No podemos olvidar, que en la historia del pueblo elegido, la preocupación social, religiosa y política iban siempre unidas.

Simón fue un zelote. Es verdad que en su vida pesaba, sobre todo, el matiz religioso. El celo ardiente por la Ley, le quemaba el centro de su alma israelita. Como San Pablo, es Simón un judío entregado plenamente, al cumplimiento de las tradiciones paternales; rozando en su persona, el formulismo asfixiante y agobiador de los fariseos.

Pero un día, venturoso para él, se encontró con la mirada del Maestro, y se convirtió sinceramente al Evangelio (Act. 21,20).

Perdido en su humildad, la Providencia ha querido dejarle olvidado, en un casto silencio. De todos los Apóstoles, él es el menos conocido. La tradición nos dice que predicó la doctrina evangélica en Egipto, y luego en Mesopotamia, y después en Persia, ya en compañía de su hermano, San Judas Tadeo.

En la lista de los Apóstoles, aparece también al final, junto a hermano (cf. Mt. 10,3-4; Mc. 3,16,19; Lc. 6,13; Act. 1,13).

Los evangelios no nos conservan ni de él, ni de su hermano San Judas Tadeo, ni una palabra más. La tradición, recogida en los martirologios romanos, el de Beda y Adón, y a través de San Jerónimo y San Isidoro, nos dicen que San Simón y San Judas Tadeo, fueron martirizados en Persia.

Afirma esta tradición, que los templos de la ciudad de Suamir, estaban recargados de ídolos. Los Santos Apóstoles fueron apresados. Simón fue conducido al templo del Sol, y Judas al de la Luna, para que los adoraran.

Pero ante su presencia, los ídolos se derrumbaron estrepitosamente. De sus figuras desmoronadas salieron, dando gritos rabiosos, los demonios en figuras de etíopes.

Los sacerdotes paganos, se revolvieron contra los Apóstoles, y los despedazaron. El azul sereno de los cielos, se enlutó de pronto. Una horrible tempestad, originó la muerte a una gran multitud de paganos.

El rey, ya cristiano por la predicación de los Santos Apóstoles, levantó en Babilonia un templo suntuoso, donde reposaron sus cuerpos, hasta que fueron trasladados a San Pedro de Roma.

Testimonio Personal: Puedo asegurar que con la silenciosa y decidida intervención de San Judas Tadeo y San Simón, he podido pagar muchas deudas comerciales, normalizar los papeles legales de mi empresa, y redireccionar mi trabajo hacia una editorial de libros educativos. “Casualmente”, el 28 de Octubre del año 2014, salió publicado el edicto en el Boletín Oficial (algo de lo que nadie puede tener control), y terminé toda esta regularización legal con aumento de capital incluido. Cuando yo le pedí a San Judas Tadeo esta especial intercesión, era el año 2007, en las estribaciones de la crisis mundial de las hipotecas. Pude cerrar el circuito total de la reorganización siete años después. ¡Muchas Gracias San Judas Tadeo y San Simón!.

Oración: Concédenos Señor, que por medio de tu Santo Apóstol San Judas Tadeo, y de su hermano San Simón Cananeo, la gracia de desterrar de nuestro corazón a todos nuestros ídolos, y así hacer espacio en nuestro interior, y así puedas venir a vivir dentro mío, junto a tu Divino Hijo y el Espíritu Santo, y poder lograr, al final de nuestras vidas, como ellos, la morada divina que nos has prometido junto a Tí, en el cielo en la Última Cena. Por nuestro Señor Jesucristo Ayer, Hoy y Siempre. Amén.