16 De Marzo de 2024
San José Gabriel del Rosario
Brochero
(1840-1914)
Párroco argentino difusor de los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola
Fue
un presbítero católico argentino, llamado popularmente el cura
gaucho.
Con sus manos construyó iglesias y capillas, levantó
escuelas y abrió caminos entre las montañas, animando a los
pobladores a acompañarlo. En su vejez el padre Brochero, enfermó de
lepra, como resultado de convivir con enfermos que padecían esa
enfermedad, compartiendo inclusive el mate con ellos. Por esa razón
quedó sordo y ciego, antes de morir, en
1914.
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La
vida del cura Brochero, no fue simplemente la existencia de un
sacerdote simpático, ingenioso, y del cual se conocen un par de
anécdotas pintorescas y risueñas. En realidad, se trata de un
verdadero hombre de Dios, de un verdadero apóstol de Jesucristo, un
hombre convencido de su vocación y misión, coherente y entusiasta,
en el desempeño de su ministerio.
José Gabriel Brochero
gastó su vida, para llevar la buena noticia del evangelio de Jesús,
a todos los habitantes de su parroquia. La práctica de los
ejercicios espirituales, de San Ignacio de Loyola, fue el instrumento
privilegiado, para su labor de evangelización y catequización de
sus feligreses. La construcción de la casa de ejercicios, en la
Villa del Tránsito, estuvo destinada a esa finalidad, y fue una obra
gigantesca en ese lugar, y en ese momento.
Los ejercicios
espirituales, y la animación pastoral ordinaria y constante del cura
Brochero, ayudó a los fieles de Traslasierra, a reavivar la gracia
del bautismo, que estaba en ellos, y desde esa conciencia renovada de
la gracia bautismal. los impulsó a procurar una vida más humana,
más digna, y en sintonía con su condición, de hijos de Dios muy
queridos.
Desde su predicación y testimonio del evangelio,
Brochero se preocupó para que sus fieles, tuvieran escuelas,
caminos, agua, posibilidades de trabajo, y de verdadero progreso. A
esto último iba encaminado, su ardiente anhelo de contar con el
ferrocarril, desde Soto hasta Villa Dolores. No logró este objetivo,
pero dejó sembradas semillas, que seguramente han florecido, y
florecerán todavía, en bien de la zona que evangelizó, y de todos
sus habitantes.
Ojalá la lectura de esta biografía, ayude a
conocer más profundamente, a admirar y a valorar la vida, y el alma
sacerdotal de este pastor “con olor a oveja”, como le gusta decir
al Papa Francisco, y despierte en todos, el deseo de seguir a
Jesucristo con sencillez, generosidad, constancia y alegría. Que la
“Purísima”– como el cura llamaba cariñosamente a la Santísima
Virgen María– y el mismo Brochero, ya proclamado Beato, nos ayuden
con su intercesión, a cumplir ese propósito.
Efraín U.
Bischoff
Carlos José Ñáñez Arzobispo de Córdoba
PD:
Fue canonizado el 16 de octubre de 2016, en una celebración
presidida por el propio Francisco.
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