7 De Febrero de 2024
Santo Tobías A.T.
(700 AC)
Uno
de los libros más agradables de la Sagrada Escritura, es el de
Tobías. Este santo fue siempre un exacto cumplidor, de sus deberes
religiosos. Siendo todavía muy joven, cuando sus familiares se
apartaron de la verdadera religión, y empezaron a adorar al becerro
de oro, él en cambio nunca quiso adorar ese ídolo, y era el único
que en su familia, iba en las grandes fiestas a Jerusalén, a adorar
al verdadero Dios.
Se casó con una mujer de su propia
religión, llamada Ana, y tuvo un hijo, al cual le puso también, el
nombre de Tobías. Cuando el pueblo de Israel, fue llevado cautivo a
Nínive, Tobías tuvo que ir también allá, en destierro, pero allá
le concedió Dios, la simpatía de los gobernantes, y llegó a ocupar
un alto puesto, en la administración del gobierno.
Sin
embargo, un nuevo rey, ordenó la matanza de todos los israelitas;
incluso prohibió su sepultura, a fin de que sean los cuervos,
quienes comiesen sus cuerpos. Pero Tobías, que era muy piadoso y muy
caritativo, se dedicó de noche, a sepultar los cadáveres de sus
paisanos.
Tobías fue preso de muchos sacrificios y desdichas;
pero su entrega, generosa y caritativa hacia los más necesitados,
así como su constante oración, fueron suficientes, para que el
Señor aplaque todos sus males, y que Tobías y toda su familia,
pronto gozasen de mucha paz y felicidad.
Esta sublime
historia, nos presenta el modelo de la familia cristiana, de la
felicidad del hogar, que se encuentra en Dios, de los privilegios que
Él concede, a los que confían en su paternal misericordia. Ninguna
pareja de jóvenes cristianos, debería llegar al matrimonio, sin
haber leído éste libro, y meditado el secreto de la dicha
envidiable, que ésta santa familia, ofrece a la imitación, de los
que quieren vivir su fe.
El fin del libro de Tobías, es
mostrar los caminos de la Divina Providencia, que pone a prueba
nuestra fe (I Pedro 1,7), más al fin, todo lo convierte en consuelo
y nuevos favores.
Tobías se encuentra cautivo en Nínive,
unos 700 años antes de Jesucristo. Brillan en él,
extraordinariamente, las virtudes de la religión, la fe en las
divinas promesas, la firme esperanza en Dios, que le da alegría y
fortaleza en las pruebas, y la más tierna caridad para con el
prójimo. Tobías, el joven, es un modelo de hijo, lo mismo que su
esposa, la joven Sara, en quién se cumplen las palabras de Prov.
19,14: “ casa y riqueza se heredan de los padres; mas la mujer
prudente la da solo el Señor”.
En cuanto a la cuestión
de la composición, los dos Tobías mismos, parecen ser los autores
de este libro, ya que en los tres primeros capítulos, de los textos
griegos y ciríacos, Tobías habla en primera persona. Esta opinión,
se funda también en la versión griega, que dice en 12,20: “
escribir en un libro todo lo acaecido”.
Sin embargo,
muchos expositores creen que el libro, tal como hoy se presenta, fue
redactado en el tiempo, en que el hebreo había dejado de ser lengua
del pueblo.
En la Iglesia Católica se cita el libro de
Tobías, entre los Libros Sagrados, desde la era apostólica
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