jueves, 15 de febrero de 2024

 15 De Febrero de 2024

San Sigfrido de Växjö
Obispo
(1045)


En Växjö, en Suecia, San Sigfrido, obispo, el cual, oriundo de Inglaterra, evangelizó con gran paciencia a aquellas gentes, y bautizó a su rey Olaf. Sus tres sobrinos, Unamán, Sunamán y Vinamán, que fueron su ayuda y consuelo, fueron martirizados, cuando se hallaba en el interior de Suecia predicando.

La vida de San Sigfrido es relativamente oscura, ya que sus biógrafos se contradicen. Una narración, afirma que después de la conversión del rey Olaf Tryggvasson de Noruega, (quien fue confirmado por Alfegio, obispo de Winchester), el monarca rogó al rey inglés, Etelredo, que le enviase misioneros.

Sigfrido, que era un sacerdote de York o de Glastonbury, fue elegido para ir a Noruega, junto con otros dos obispos, Juan y Grimkel. Los misioneros no se limitaron al país, sino que pasaron también a Suecia, que había recaído en la idolatría, después de haber sido evangelizada por San Anscario.

Ahí trabajaron, bajo la protección del arzobispo de Bremen, y Sigfrido se estableció en Växjö, donde tuvo ocasión de convertir, al rey de Suecia, que se llamaba también Olaf, y le bautizó en una fuente de Husaby, conocida como la fuente de San Sigfrido, en la cual se obraron muchos milagros.

San Sigfrido, llevó adelante su trabajo misional, durante muchos años, con gran éxito, y fue sepultado en la iglesia de Växjö. La tradición añade muchos detalles, sobre las dificultades que el santo debió superar. Se cuenta que al llegar a Växjö, plantó una cruz, y construyó una iglesia de madera, en la cual predicaba y celebraba los divinos misterios.

Convirtió a los doce principales personajes del lugar, y uno de ellos, que murió poco después, recibió cristiana sepultara. La verdad de la fe, se impuso con tal fuerza que, al poco tiempo, toda la región de Värend era ya cristiana.

La fuente en que San Sigfrido, bautizaba a los catecúmenos, se llamó, durante mucho tiempo, con los nombres de los doce primeros convertidos, que estaban grabados en ella. Se dice que San Sigfrido, consagró a dos obispos para la Gothlandia, oriental y la occidental. Sus tres principales colaboradores, eran sus tres sobrinos: el sacerdote Unamán, el diácono Sunamán, y el subdiácono Vinamán.

Al cabo de varios años, San Sigfrido confió el cuidado de su diócesis, a sus tres sobrinos, y se consagró a predicar el Evangelio en las provincias distantes. Durante su ausencia, un cuerpo de tropa, por odio al cristianismo y por codicia, saqueó la iglesia de Växjö, y asesinó a Unamán y sus hermanos.

Los asesinos, enterraron los cuerpos de los mártires en el bosque, y arrojaron las cabezas en un foso, de donde fueron recuperadas más tarde, y colocadas en un santuario. Se cuenta que las cabezas, hablaron en dicha ocasión. El rey resolvió ejecutar a los asesinos, pero San Sigfrido le rogó que les perdonara.

Sin embargo, Olaf les condenó a pagar una importante multa y la entregó al santo; pero éste, a pesar de su extrema pobreza, y las dificultades por las que pasaba, para reconstruir su iglesia, no quiso aceptar ni un céntimo.

San Sigfrido poseía, en grado heroico, el espíritu apostólico; predicó el Evangelio también en Dinamarca. Se dice que fue canonizado, por el Papa Adrián IV, el Pontífice inglés, que había trabajado celosamente, por la propagación de la fe, en las regiones del norte de Europa, cien años después de San Sigfrido. Los suecos honran al santo, como a su apóstol.

Dichas biografías se encuentran en Scriptores Rerum Suecicarum, vol. II, pte. I, pp. 345-370. La mejor biografía moderna parece ser la del sueco T. Schmid, Den hl. Sigfid (1931). Cf. Trois légendes de St. Sigfrid, en Analecta Bollandiana, vol. LX (1942), pp. 82-90. Acerca de la obra de C. J. A. Oppermann, English Missionaries in Sweden (1937), ver Analecta Bollandiana, LVII (1939), pp. 162-164.

Fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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