27 De Febrero 2024
San Besa de Alejandría
Mártir
(250)
En
la misma ciudad de Alejandría, San Besa, mártir, que siendo
soldado, intentó contener a los que insultaban a los mártires,
Julián y Euno, por lo cual fue denunciado ante el juez y, por
perseverar en la fe, murió decapitado.
La presente
hagiografía de Butler, se refiere conjuntamente a los Santos Julián
y Euno, y a San Besa, ya que, aunque el Martirologio Romano, los
inscribe en entradas distintas este mismo día, sus historias están
estrechamente relacionadas.
Durante la persecución de Decio,
muchos de los ciudadanos de Alejandría, particularmente los ricos, y
los que ocupaban puestos públicos, apostataron de la fe, y
sacrificaron a los dioses.
San Dionisio, obispo de
Alejandría, recordando y deplorando esto, en su carta a Fabiano,
dice: «Pero hubo otros que dieron noble testimonio del Reino de
los Cielos, permaneciendo firmes como columnas del Señor; el mismo
Señor les sostuvo, y les dio la fuerza a la medida de su fe.
Uno
de los más notables, fue un hombre llamado Julián, enfermo de gota,
e incapaz de dar un paso, ni de mantenerse en pie. Fue hecho
prisionero, junto con los dos hombres que le transportaban; uno de
ellos renegó inmediatamente; pero no así el otro, llamado Euno o
Cronión; él, junto con Julián, después de confesar al Señor,
fueron llevados en camellos por toda la ciudad -y tú sabes qué
grande es-, sufrieron la flagelación, y finalmente murieron, en una
inmensa hoguera, ante una multitud de espectadores.»
Por
lo que se refiere a San Besas, dice:
«Un soldado, llamado
Besas, que se hallaba presente, y reprendió a la insolente multitud,
que se apretujaba al paso de los mártires, tuvo que sufrir los
insultos del populacho; este valiente soldado de Dios, después de
mostrar su heroísmo, en el gran combate de la religión, murió
decapitado».
El Martirologio Romano, anterior al actual,
mencionaba el 7 de diciembre, a un soldado con el nombre de Agatón,
que murió en Alejandría durante la persecución de Decio. Como se
le hubiese confiado, la custodia de los cuerpos de algunos mártires,
Agatón prohibió a la multitud, que se acercara a profanar y mutilar
los cadáveres. La turba le denunció a los magistrados, quienes le
condenaron a ser decapitado por haber confesado a Cristo.
El
P. Quentin, benedictino, ha demostrado que se trata, en realidad de
San Besas. En su traducción de la "Historia Eclesiástica"
de Eusebio, Rufino omitió el nombre del soldado, y el martirólogo
de Ado inventó el nombre de Agatón [que en griego significa,
sencillamente, «bueno»].
Eusebio, Historia Eclesiástica, lib. VI, c. 41. Dom Quentin explica la confusión de los nombre de Agatón y Besas en Martyrologes historiques, pp. 449, 462, 611, 658.
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