sábado, 30 de diciembre de 2023

 30 De Diciembre de 2023

San Félix I
Papa y mártir
(274)


En Roma, en el cementerio de San Calixto, en la vía Apia, sepultura de San Félix I, papa, el cual rigió la Iglesia Romana en tiempo del emperador Aureliano.

El Liber Pontificalis afirma, que el papa san Félix I fue mártir, y que fue sepultado, en una iglesia sobre la via Aurelia. Sucedio a San Dionisio en el 269, y ejerció el episcopado hasta el 274.

Durante su pontificado, tuvo lugar la deposición, de la sede de Antioquía de Pablo de Samosata, por sus herejías trinitarias. Nos cuenta Eusebio, que como el hereje no quisiera bajo ningún concepto, abandonar su sede, intervino el poder secular: fue desalojado por orden del emperador Aurelio, que consideró que la decisión de apartarlo era justa, ya que no estaba «en correspondencia epistolar con los obispòs de Italia, y de la ciudad de Roma».

Muchos años después, en el Concilio de Éfeso, en el 431, se leyó la Carta de San Félix, con motivo de estas controversias doctrinarias; pero la carta leída había sido manipulada por los apolinaristas, por lo que no ha llegado a nosotros, el escrito del propio San Félix.

J. P. Kirsch en Catholic Encyclopedia, así como los comentarios de Duchesne en la edición del Liber Pontificalis (tomo I pág 58), y el Comentario al Martirologio Jeronimiano, pág. 14-16; Acta Sanctorum, mayo, VII, 236-37. La referencia de Eusebio se encuentra en la Historia Eclesiástica, VII,30,19; Eusebio tiene errada la cronología (ver notas a la edición BAC, pág 495). Hay también un artículo en «Los Papas, de San Pedro a Juan Pablo II», de Jean Mathieu-Rosay, Rialp, Madrid, 1990, pp 51.

Hijo de un hombre llamado Constancio, su pontificado coincidió con el gobierno del emperador Aureliano, opuesto a las persecuciones que contra los cristianos, habían aplicado sus antecesores.

En los comienzos de su pontificado, llegaron a Roma noticias del sínodo, que se había celebrado en Antioquía, y que había depuesto al obispo antioquiano Pablo de Samosata, por enseñar una doctrina, contraria a las enseñanzas de la Iglesia sobre la Trinidad.

La cuestión había tomado un cariz político, por el apoyo a Pablo de Samosata del emperador Aureliano, a pesar de lo cual Félix, emitió un decreto indicando que nadie podía ser obispo, si no estaba en comunión con la sede de Roma, con lo que ratificó la deposición aprobada en el concilio de Antioquía, del obispo de la ciudad, afirmando la divinidad y humanidad de Jesucristo, y las dos naturalezas distintas en una sola persona.

Ordenó enterrar a los mártires bajo los altares de los templos, y celebrar la misa sobre sus sepulcros, celebración que sólo podrían realizarla los sacerdotes, y en el propio templo, salvo por causa mayor, para impedir la celebración de misas privadas. Hacia el final de su pontificado, Aureliano retomó la política de persecuciones.

Félix I murió el 30 de diciembre de 274.

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