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De Diciembre de 2023
San Sturmo de Fulda
Abad
(779)
En
el monasterio de Fulda, en Austrasia, San Sturmo, abad, discípulo de
San Bonifacio, que evangelizó la Sajonia, y por mandato del maestro,
edificó este célebre monasterio, que gobernó como primer
abad.
San Sturmo nació en Baviera, de padres cristianos; fue
confiado al cuidado de San Bonifacio, quien a su vez le puso bajo la
dirección de San Wigberto, en la abadía de Fritzslar. Ahí recibió
Sturmo, a su debido tiempo, la ordenación sacerdotal.
Después
de evangelizar en Westfalia, durante tres años, consiguió permiso
de retirarse con dos compañeros, a llevar una vida eremítica, en el
bosque de Hersfeld. Como abundaban en ese sitio, los bandoleros
sajones, y era poco apto para la vida eremítica, san Sturmo y sus
compañeros, lo abandonaron pronto.
San Bonifacio había
encontrado más al sur, un sitio para construir un monasterio, desde
el cual se pudiese ir a evangelizar a los sajones. San Sturmo, fue en
su mula a visitar la región, y escogió un terreno situado en la
confluencia del Greizbach y del Fulda.
El año 744, fundó el
monasterio de Fulda, y San Bonifacio le eligió primer abad. Era ésa
la fundación favorita de San Bonifacio, quien quería que se
convirtiese, en el modelo de los monasterios, y en un seminario
sacerdotal para toda Alemania. El proyecto se realizó plenamente, y
se pudo constatar los progresos. San Bonifacio fue sepultado en la
iglesia abacial.
Poco después de la fundación del
monasterio, San Sturmo partió a Italia a familiarizarse con la regla
de San Benito en Monte Cassino. Según parece, el papa San Zacarías,
concedió plena autonomía al monasterio de Fulda, declarándolo
exento de la jurisdicción episcopal, y sometiéndolo directamente a
la de Roma.
La abadía de Fulda siguió prosperando, bajo la
dirección de san Sturmo. El santo tuvo que enfrentarse a graves
dificultades, después del martirio de San Bonifacio, ya que el
sucesor de éste, en la sede de Mainz, San Lulo, veía el monasterio
con ojos muy distintos de los de su predecesor.
En efecto,
Lulo quería que el monasterio estuviese bajo su jurisdicción. El
conflicto fue largo y violento. El año 763, Pipino desterró a San
Sturmo, y Lulo nombró a otro superior; pero los monjes de Fulda se
negaron a aceptarle, y le echaron del monasterio, diciendo que
estaban dispuestos a ir a ver al rey todos juntos.
Para
aplacarlos, Lulo les dijo que eligiesen ellos mismos a su superior.
El elegido fue un discípulo de San Sturmo. El nuevo abad partió con
un grupo de monjes a la corte, y consiguió que Pipino anulase la
orden de destierro contra San Sturmo, quien regresó a Fulda, con
gran gozo de sus monjes, dos años después de haber partido de
allí.
Los esfuerzos de San Sturmo y sus monjes, por convertir
a los sajones no tuvieron mucho éxito. Por otra parte, las guerras
punitivas y de conquista de Pipino y Carlomagno, no eran el mejor
método, de hacer amable el cristianismo a los paganos. San Sturmo,
como tantos otros misioneros anteriores y posteriores, vio su obra
entorpecida por las autoridades civiles.
Los sajones, tenían
la impresión de que el cristianismo, les llegaba «a través de sus
peores enemigos, quienes lo predicaban «con el idioma del acero».
Cuando Carlomagno partió de Paderborn a España, para combatir a los
moros, los sajones aprovecharon la oportunidad para levantarse, y
expulsar a los monjes. El monasterio de Fulda se vio amenazado.
El
año 779 volvió Carlomagno. San Sturmo le acompañó a las maniobras
de Düren, a las que siguió el triunfo sobre los sajones. Pero el
santo, no vivió lo suficiente para recomenzar su obra; enfermó en
Fulda, y a pesar de los esfuerzos del médico enviado por Carlomagno,
murió el 17 de Diciembre del 779.
El nombre de San Sturmo, a
quien se llama «Apóstol de los sajones», y fue canonizado
como «santo» por el papa Inocencio II en 1139, en el
Concilio de Letrán II, A lo que sabemos, San Sturmo fue el primer
alemán que ingresó en la orden de San Benito.
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