18 De Diciembre de 2023
Santos Pablo Nguyen Van My, Pedro Truong
Van Duong y Pedro Vu Van Truat
Catequistas mártires
(1838)
En
la colina de Go-Voi, en Tonkin, Santos Pablo Nguyen Van My, Pedro
Truong Van Duong y Pedro Vu Van Truat, mártires, los cuales, siendo
catequistas, y manteniéndose firmes en la fe, en tiempo del
emperador Minh Mang, fueron estrangulados.
A los tres santos
que fueron martirizados el 18 de diciembre de 1838 en Co-Voi,
Vietnam, les llevó al martirio las argucias de una mujer, llamada
Yen, que creía que denunciando a los dirigentes cristianos de su
pueblo, podría obtener el indulto para su marido, encarcelado bajo
la acusación de pertenecer a una banda de maleantes.
Simuló
querer convertirse al cristianismo y así pudo saber, quiénes eran
los catequistas de la comunidad cristiana de Bau-No, y al no estar el
misionero, San Juan Carlos Cornay, los denunció a ellos. Arrestados
y conducidos ante el mandarín, se negaron a decir dónde estaba el
misionero, que era lo que más quería el mandarín, pero se les
exigió también que pisotearan la cruz en señal de apostasía.
Los confesores de la fe se negaron, y persistieron en su
negativa pese a los golpes y azotes, que acompañaron los tremendos
interrogatorios, a los que fueron sometidos. Condenados por fin a
muerte, los tres la recibieron con entereza y generosidad
evangélicas. Fueron beatificados en el 1900, y canonizados el 19 de
junio de 1988, por el papa Juan Pablo
II.
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Pablo
Nguyen Van My nació en Ke-Non en 1798. Decidido a ser catequista,
hace los estudios en su pueblo, y en Ké-Vinh. Fue nombrado
colaborador del P. Marette, a cuyo lado trabajó apostólicamente
entre 1817 y 1836. Ese año pasó a la compañía de San Juan Carlos
Cornay, hasta su detención.
Pedro Truong Van Duong, nació en
Ke-So en 1808, en el seno de una familia cristiana. A los 9 años, es
acogido en la misión de Yentap, y pasa luego como ayudante de varios
sacerdotes, hasta que en 1824, obtiene el diploma de catequista,
siendo enviado a Bau-No con el P. Marette. Arrestado y bárbaramente
azotado, se mantuvo firme, y desde la cárcel escribió una carta, en
la que manifestó su alegría de padecer por Cristo.
Pedro Vu
Van Truat, había nacido en Ké-Thiec en 1816, y se preparaba para
ser catequista, cuando fue arrestado con sus dos compañeros de
martirio. Como perseveraba firme en la fe, pese a los azotes y malos
tratos, San Juan Carlos Cornay le mandó a la cárcel, el diploma de
catequista. Lo sacaban para el suplicio, cuando un mandarín, le dijo
que por qué se dejaba matar siendo tan joven, que era una cosa
estúpida, a lo que el mártir respondió, que no era estúpido dar
esta vida terrena, a cambio de la eterna.
Fuente: «Año
Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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