9 De Abril de 2024
San Edesio y San Apiano
Hermanos y
Mártires
(307)
En
la misma ciudad, San Edesio, mártir, hermano de San Apiano, que bajo
el emperador Maximino, reprochó abiertamente al juez, el haber
entregado a los leones, a las vírgenes consagradas a Dios, y por
esta causa fue detenido por los soldados, torturado, y finalmente,
por perseverar en Cristo el Señor, arrojado al mar.
Aunque
este martirio, no ocurrió en Palestina sino en Alejandría, Eusebio
de Cesarea lo narra, en su libro dedicado a las persecuciones en
Palestina, por ser Edesio, hermano de Affiano, mártir de Palestina,
y porque parte de los sufrimientos, que rodearon a su martirio, los
enfrentó en Palestina, trabajando como esclavo en las minas, a las
cuales fue condenado por su condición de cristiano.
Edesio
-nos cuenta Eusebio-, aunque por parte de padre, era hermano carnal
de Apiano, recibió una formación más elevada que éste, y de hecho
había incursionado en la filosofía, posiblemente en alguna escuela
estoica, de donde Eusebio deduce que por ese motivo, se condujo a
través de las torturas y el envío a las minas, «de manera
verdaderamente filosófica», lo que seguramente quiere indicar,
que lo hizo con resignación y aceptación, como enseñaban los
estoicos a arrostrar el sufrimiento.
Sin embargo, no consistió
en esto el martirio, ni lo celebramos por ello, sino que más bien
parece, que en algún momento fue liberado de la prisión, y los
trabajos forzados; quizás la condena había sido por un tiempo
limitado, como escarmiento, lamentablemente Eusebio no precisa este
punto.
Lo cierto, es que nos dice Eusebio, que algún tiempo
después de aquellos episodios en Palestina, estaba Edesio en
Alejandría de Egipto, y fue testigo de cómo el juez trataba a los
cristianos, insultándolos, molestando a las vírgenes cristianas, y
en general, vejando el nombre de cristiano. Actuó entonces como su
hermano, es decir, encaró abiertamente al juez, para llenarlo de
vergüenza por su injusto comportamiento, y recibió, como puede
esperarse, la misma respuesta que su hermano, es decir, la tortura y
la muerte, y fue, al igual que Affiano, arrojado al mar.
Puesto
que todo esto ocurrió «un poco más tarde», aunque sin
precisar cuánto, el Martirologio Romano ubica el martirio, unos días
después que el de su hermano, para simbolizar ese paso de tiempo. A
su vez lo apuntamos nosotros hacia el 307, es decir, un año después
que el de Apiano.
Ver
Eusebio de Cesarea, Los mártires de Palestina 5,2-3, que aunque fue
un libro independiente, nos llegó fragmentariamente, y se suele
colocar como apéndice, al libro VIII de la Historia Eclesiástica.
lamentablemente, no todas las ediciones de esta obra lo incluyen. La
edición BAC en castellano no lo trae, pero puede leerse en inglés
en la biblioteca patrística de New Advent.
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