10 De Abril de 2024
San John Ogilvie
Sacerdote y Mártir
(†
1615)
Martirologio
Romano: En Glasgow, Escocia, San Juan Olgivie, presbítero de la
Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que desterrado en
diversos países de Europa, después de estudiar teología durante
muchos años, fue ordenado sacerdote, y volvió ocultamente a su
patria, donde se entregó diligentemente, al cuidado pastoral de sus
conciudadanos, hasta que, encarcelado y condenado a muerte, bajo el
rey Jacobo VI, alcanzó en el patíbulo la gloriosa palma del
martirio.
Breve Biografía
El padre Juan Ogilvie,
procedía de una familia noble. Nació en Drum-na-Kelth (Escocia), en
el año 1579, y fue educado en el calvinismo. A los trece años, su
padre lo envió a Francia, Italia y Alemania, para darle una
educación más completa.
Allí tuvo los primeros contactos
con el catolicismo, dado que las controversias religiosas, eran muy
populares en esos lugares. Se convirtió al catolicismo, y fue
recibido en la iglesia del colegio escocés de Lovaina en 1596, a los
diecisiete años. Abrazar la fe católica, significaba para Juan la
ruptura con la familia, y la pérdida del apoyo que de ella recibía;
la renuncia a una carrera brillante, y la persecución reservada a
los traidores.
El 15 de noviembre de 1599, ingresó al
noviciado de los jesuitas en Brno, estudió filosofía en Gratz, fue
profesor del colegio de los jesuitas en Viena, y finalmente estudió
la teología en Olmutz, siendo ordenado sacerdote en París el año
1610. Después de tres años de vida pastoral, en la ciudad de Ruán,
consiguió permiso para ir a Inglaterra.
Llegó a Escocia,
bajo la guía de un exoficial, dedicado al comercio de caballos, con
el seudónimo de Juan Watson, y fingiéndose tratante de caballos,
pues las leyes contra los sacerdotes, que ingresaban en la Gran
Bretaña, eran muy severas. Desembarcó en noviembre de 1613, en el
puerto de Leith.
Concentró su actividad en Renfrewshire,
Edimburgo y Glasgow, afrontando mil peligros. La comunidad católica
del padre Ogilvie, comenzó a crecer en la clandestinidad, y se hizo
famoso, por la insistencia con que predicaba, el fervor en la vida
católica; con grandes peligros, visitaba a los católicos: sir James
MacDonald recordaba con satisfacción, las visitas en la prisión del
padre Ogilvie, quien fue traicionado y arrestado en Glasgow, el 14 de
octubre de 1614.
Fue sometido a torturas e interrogatorios
prolongados, para que denunciara a los católicos, llegando a
privarle del sueño, por ocho días consecutivos. Siendo interrogado,
sobre si la jurisdicción del Papa, se extendía a la autoridad del
rey, en materia espiritual, lo afirmó constantemente, declarando que
estaba dispuesto a morir para defenderlo. En todos los juicios, que
se prolongaron durante meses, ya en Glasgow, ya en Edimburgo, el
padre no retrocedió porque no podía, ni quería traicionar a Dios.
La noticia de su heroísmo, corrió por toda Escocia, de tal
manera que los perseguidores, y especialmente el arzobispo anglicano,
hubieran dado cualquier cosa para que renegara de su fe, y aceptara
la supremacía del rey.
Aunque los guardias comenzaron a
tratarlo con mayor rigor, el padre Ogilvie pudo escribir en latín,
un relato sobre su prisión; cuando lo terminó, consiguió
deslizarlo por debajo de la puerta, a algunos católicos que habían
entrado en la cárcel.
Al fin declaró: “Salvaré mi
vida, solamente si puedo salvarla, sin ser forzado a perder a Dios.
No pudiendo conservar ambas cosas, pierdo voluntariamente el bien
menor, por conservar el mayor”.
Fue sentenciado a morir
como traidor. Los verdugos le ofrecieron la libertad, si renegaba de
la fe. Murió ahorcado el 10 de marzo de 1615, en Glasgow.
Fue
beatificado en 1929, por el papa Pío XI. Fue canonizado el 17 de
octubre de 1976, por el Papa Pablo VI.
Por: P. Ángel Amo |
Fuente: Catholic.net
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