viernes, 8 de mayo de 2020


8 de Mayo


La aparición de San Miguel Arcángel, consagrando el Monte Gargano en Manfredonia, reino de Nápoles


San Bonifacio IV, 67ª papa. 608-615


-La aparición de San Miguel Arcángel. Son numerosas las apariciones, de que nos hablan las historias, pero este día se celebra muy particularmente, la que realizó en el monte Gárgano, en una cueva que se llama del Santo Ángel, cerca de Manfredonia, reino de Nápoles. Fue en el año 492, cuando Gelasio I, ocupaba la cátedra de San Pedro.

Poderoso se eleva el Monte Gargano, dominando con soberbia, las colinas que le rodean. Hasta el siglo quinto, la cima estaba recubierta de un bosque tupido, e ignorada por todo el mundo.

Pero en el año 490, nació la aurora de su inmortal gloria; su fama sobrepasó los confines de Italia, resonó en todo el mundo, y comenzó a atraer a sí a Papas, Emperadores, Príncipes reinantes, nobles, y los pueblos de todas las naciones. ¿Qué sucedió?.

Leamos la narración original, del antiguo libro del “Liber pontificalis”, de la Curia Romana:

Bajo el gobierno del Papa Felice, y del Emperador Zeno, un día de aquel siglo tan lejano, a un noble y muy rico señor del Monte Gargano, que se llamaba también Gargano, y era el propietario de aquella montaña, le desapareció su toro más bello, de grandeza superior.


Después de tres días de búsqueda, decidió ir personalmente a buscarlo. Luego de algunas horas, de una búsqueda angustiosa, con gran estupor encontraron a la bestia de rodillas, en la entrada de una caverna inaccesible. El patrón, viendo la imposibilidad de salvarlo, quiso matarlo con una flecha envenenada.

Pero ante la maravilla de todos, la flecha regresó, e hirió a quien la había lanzado. El patrón cayó sangrando al suelo, y los siervos asustados, lo fajaron de prisa, y lo llevaron a su casa en Siponto, que actualmente es una fracción de Manfredonia. (8 de Mayo del año 490)

La noticia de lo ocurrido, se divulgó rápidamente en el pueblo, y se convirtió en el único objeto de las conversaciones. Bajo la impresión de este extraño hecho, todos fueron a visitar al Obispo San Lorenzo Maiorano, primo del emperador Zanone, para consultarle.

El Santo Obispo, después de una breve reflexión, ordenó que toda la población, hiciera ayuno y oraciones durante tres días, para encontrar gracia ante Dios, y para conocer el significado de dicho prodigio.

Al alba del tercer día, que fue precisamente el 8 Mayo del año 490, el santo prelado, sumergido en su oración nocturna, de repente vio ante sí, a un Ángel más esplendoroso que el Sol, que iluminó el ambiente y le dijo:

Yo soy el Arcángel Miguel, que continuamente estoy en presencia de Dios. Deseo que este lugar se venere en toda la tierra, y sea privilegiado; quise probar con este acontecimiento insólito, que todo lo que se obra en este lugar, sucede por Voluntad Divina. Es Dios, que me ha constituido Protector y Defensor, de este lugar”.

A la mañana siguiente, el Obispo comunicó el celestial mensaje, a los habitantes de Siponto. El pueblo, lleno de alegría y de gratitud por dicha aparición, bajo la guía de San Lorenzo Maiorano, se encaminó en una devota procesión, hacia la cima del Gargano, para venerar la caverna milagrosa.


Cuando regresaron a Siponto, vieron con alegría la prodigiosa curación de don Gargano, y se congratularon con él, por el santo privilegio concedido por el Cielo, de tener en sus tierras, el Palacio Real terrenal del Gran Príncipe, San Miguel Arcángel.

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-San Bonifacio IV, 67ª papa. 608-615. Era hijo de un médico, de la ciudad italiana de Valeria, y había sido ya honrado, con la dignidad de cardenal, cuando fue llamado a ocupar la cátedra apostólica, en el año 607.


Levantó un monasterio en la casa paterna, y restauró la disciplina monástica, en un Concilio. Consiguió que el emperador Focas, le cediese el antiguo templo de todos los dioses, el Panteón, y lo convirtió en iglesia, consagrándolo a la Santísima Virgen, y a los santos mártires, y para aumentar la devoción popular a este santuario, hizo trasladar a él, veintiocho carros de cuerpos de mártires, sacados de las catacumbas. Murió en el año 615.
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Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que enviaste a San Miguel Arcángel, a consagrar el Monte Gargano, como morada y puerta celestial, haz que siempre recordemos, que la Tierra es el estrado de tus pies, y que el Cielo y la Tierra, se encuentran unidas indisolublemente, desde que tu Divino Hijo ascendió a los cielos, por lo que debemos obrar siempre, con Amor y Misericordia, todos los días de nuestra vida. Te lo pedimos, por la intercesión y los méritos de San Miguel Arcángel, del Papa San Bonifacio IV, San Luis Rabata, y San Pedro, Arzobispo de Tarantasia. Amén.

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