jueves, 21 de mayo de 2020


21 de Mayo

San Teopompo


Obispo y Mártir (s. IV)

Lo introdujeron en un horno encendido toda una noche, sin que las llamas lo dañasen en modo alguno

Gobernaba su grey en tiempo del Emperador Diocleciano, siendo su gobernador Daciano, quienes con sus mandatos, obligaba a los cristianos, a adorar a los falsos dioses.

Teopompo -que se hallaba en Aragón – no obedeció dichas leyes, y fue entonces capturado; lo introdujeron en un horno encendido, como castigo. Aquella misma noche, el santo se le aparece milagrosamente a Daciano, y le recuerda sus crueldades.

Asustado el gobernador, ya que Teopompo estaba aún vivo, decide sacarlo del horno, al tiempo que intenta explicar la visión, atribuyéndola al poder de la magia.

Pasa el tiempo, y de nuevo es Teopompo encarcelado, durante veintidós días, en los que fue sometido al más riguroso ayuno. Le sacaron en esta ocasión, el ojo derecho, pero ni aún así consiguen la renuncia a la fe, o la apostasía del obispo cristiano.

Ante su fortaleza y constancia, deciden que el mago egipcio, Teónas, lo matase con hechizos, administrándole píldoras nocivas. La intervención divina, toca el corazón del mago, que se bautiza con el nombre de Sinesio, y llegó a coronar también su vida, con el martirio, el mismo día que el obispo Teopompo, aunque algunas crónicas reseñan su muerte, un tiempo después.

El Martirologio Romano: «Eodem die sanctorum Martyrum Synesii et Theopompi», fija el martirio de San Teopompo, el 21 de Mayo.

La leyenda narra, resaltando la grandeza de Dios, y la fidelidad del santo obispo, quien frente a la debilidad patente, del grandioso y cruel mandatario de Daciano, prosiguió éste, intentando vengar la fuerza pertinaz de la divinidad, y que mandó azotar y despeñar el cuerpo de Teopompo, rematándolo -cuando ya no hacía falta- con el degollamiento, separando de su cuerpo la cabeza con la espada. Su entrada triunfal, ocurrió el mismo día de su celebración, al ser para él el «dies natalis».

De este modo, quiso Dios premiar a las dos Nertóbrigas romanas, a Fregenal teniendo un insigne Prelado, y a Almuña o Ricla como lugar de su martirio.

El obispo Fray Francisco de Rois, previa consulta al Cabildo, se dirige a los primeros teólogos, maestros y catedráticos de la Universidad de Salamanca, para que dictaminaran sobre las Santas Reliquias de San Teopompo, los que respondieron afirmativamente, «nemine discrepante».

En efecto, el 6 de Julio de 1670, se concede, según las normas de San Pio V, y Gregorio XIII, la celebración con misa y oficio del común, el 21 de Mayo.

La Vita Sanctorum, adorna con descripción viva, una vez más, y según el estilo que caracteriza a este género literario, el hecho de que alguien muriera por su fe, resistiendo la injusta violencia del poderoso.

San Teopompo, obispo y mártir, es el modelo en su amor a Jesucristo, hasta la muerte, es la lección que nos deja a todos nosotros. Los modos importan menos; sólo intentan ayudarnos a ser siempre fieles, sobre todo al ponerse cuesta arriba nuestro caminar, porque no es infrecuente, contemplar el «cambio de chaqueta», cuando se mudan los aires, y vivir como cristiano se hace muy difícil.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, concédenos por los méritos y la intercesión, de San Teopompo Obispo, el don de serte siempre fieles, hasta el momento de nuestra partida hacia tu Reino. A Tí Señor, que le ordenaste a Santo Tomás, no ser incrédulo, sino fiel durante las Pascuas de tu Resurrección. Amén.


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