domingo, 10 de mayo de 2020


10 de mayo

SAN JUAN DE ÁVILA
(1499-1569)


Presbítero y doctor de la Iglesia

Patrono del Clero Secular de España

Director espiritual de San Juan de Dios
6 de enero 1499- +10 de mayo de 1569

Breve
San Juan de Ávila, fué un sacerdote, místico y eximio predicador. Por la calidad de sus enseñanzas, y la manera original con que lo hacía, fué acusado ante la Inquisición, y arrestado por tres años, aunque luego fué absuelto.

Vivió en los años terribles, del surgimiento del protestantismo de Lutero y Calvino. Fué guía espiritual de San Juan de Dios, y Santa Teresa de Ávila.

San Juan de Ávila, tuvo en claro, que la verdadera reforma de la Iglesia, pasaba por la pureza de vida, cuidando de manera especial, el trato que le damos a nuestros semejantes, y sabiendo eludir el engañoso y seductor discurso del demonio.

En ese contexto de reflexión, que Dios le brindó estando encarcelado, escribió su libro espiritual Audi Filia, de completa y profunda actualidad, en la que estamos rodeados, de tanto lenguaje seductor y engañoso, por todas partes.
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SAN JUAN DE ÁVILA nació el día de la Epifanía, 6 de enero, en Almódovar del Campo, (Ciudad Real, entonces diócesis de Toledo), hijo único de unos padres muy cristianos, y en muy buena posición económica y social. A los 14 años, lo llevaron a estudiar Leyes, a la Universidad de Salamanca, pero abandonó estos estudios al concluir el cuarto curso, y decidió regresar al domicilio familiar, para dedicarse a reflexionar y orar.

Con el propósito de hacerse sacerdote, y marchar después como misionero a las Indias, en 1520 realizó estudios de Artes y Teología, en la prestigiosa Universidad de Alcalá.

Recibida la ordenación de presbítero, en 1529, celebró la primera Misa solemne, en la parroquia de su pueblo. Como ya habían muerto sus padres, para festejar el acontecimiento, invitó a su mesa a doce pobres, y decidió vender su cuantiosa fortuna, procedente de las minas de plata que poseía la familia, y darlo todo a los más necesitados. A continuación marchó a Sevilla, para esperar el momento de embarcar hacia Nueva España (México).

Mientras tanto, se dedicó a la predicación en la ciudad, y en las localidades cercanas. Allí se encontró con un sacerdote, un antiguo amigo, llamado Fernando de Contreras, de mayor edad que él, y que era un prestigioso catequista, a quien había conocido, cuando San Juan de Ávila estudiaba para el doctorado en Alcalá.

Muy entusiasmado, por el modo de predicar del joven sacerdote Ávila, consiguió que el Arzobispo hispalense, le hiciera desistir de su idea de ir a América, para quedarse en Andalucía, donde urgía consolidar la fe de los creyentes, después de siglos de dominación musulmana.

San Juan de Ávila, permaneció en Sevilla, compartiendo casa, pobreza y vida de oración, con Fernando de Contreras, y a la vez que se dedicaba asiduamente a la predicación, y a la dirección espiritual de personas, continuó sus estudios de Teología, en el Colegio Santo Tomás de Sevilla.

Pero sus éxitos apostólicos, se vieron pronto nublados, por una denuncia a la Inquisición, acusado de haber sostenido, algunas doctrinas “sospechosas”.

Mientras tuvo lugar el proceso, entre los años 1531 y 1533, quedó recluido en la cárcel. Allí se dedicó asiduamente a la oración, y durante esta dura situación, recibió la gracia, de penetrar con singular profundidad, en el misterio del amor de Dios, y el gran beneficio hecho a la humanidad, por Jesucristo, nuestro Redentor.

En adelante, éste será el eje de su vida espiritual, y uno de los temas centrales, de su actividad evangelizadora. En la cárcel, escribió la primera versión de su obra más conocida, el tratado de vida espiritual, Audi Filia, dedicado a doña Sancha Carrillo, una distinguida joven, a quien seguía orientando espiritualmente, después de su clamorosa conversión.

Emitida la sentencia absolutoria en 1533, continuó predicando con notable éxito, ante el pueblo y las autoridades, pero prefirió trasladarse a Córdoba, diócesis en la que quedó incardinado, y donde conoció a su discípulo, amigo y primer biógrafo, el dominico Fray Luis de Granada. Poco después, en 1536, fijó su residencia en Granada, donde también continuó sus estudios, y comienza a figurar con el título de Maestro.

Viviendo muy pobremente, y dedicándose a la oración y a la predicación, fue centrando su interés, en mejorar la formación, de quienes se preparaban para el sacerdocio, para lo que fundó Colegios mayores y menores, que después del Concilio de Trento, habrían de convertirse en seminarios conciliares.

Para el Maestro de Ávila, la verdadera reforma de la Iglesia, que cada vez la consideraba más necesaria, pasaba por la mayor santidad de los clérigos, religiosos y fieles.

Sonadas conversiones, como las del Marqués de Llombat, que llegó a ser San Francisco de Borja, o la de Juan Cidad -San Juan de Dios- y sobre todo, su dedicación a la gente sencilla, junto con la formación de los niños y jóvenes, jalonan la vida del Maestro de Ávila. Fundó incluso una Universidad, la de Baeza (Jaén), que durante siglos, fue un destacado referente, para la calificada formación de los sacerdotes.

Después de recorrer Andalucía y parte de Extremadura, orando y predicando, ya enfermo, en 1554, se retiró definitivamente a Montilla (Córdoba), donde ejerció su apostolado, a través de abundante correspondencia, y perfiló algunas de sus obras. Además de un catecismo, o Doctrina cristiana en verso, para que lo cantaran los niños, y evangelizaran así a los mayores, el Maestro de Ávila es autor, del conocido Tratado del Amor de Dios, del Tratado sobre el sacerdocio, y de otros escritos menores.

Aquejado de fortísimos dolores, con un Crucifijo entre las manos, y acompañado de sus discípulos y amigos, el Maestro de Ávila, entregó su alma al Señor, en su humilde casa de Montilla, en la mañana del 10 de mayo de 1569. Santa Teresa de Jesús, al enterarse de la noticia, no dudó en exclamar: “lloro, porque pierde la Iglesia de Dios, una gran columna”.

En 1623, se instruyó en la archidiócesis de Toledo, su causa de canonización. El papa Benedicto XIV aprobó, y elogió su doctrina y escritos, en 1742. El 4 de abril de 1894, León XIII lo beatificó. En 1946, fue nombrado patrono del clero secular de España, por Pío XII, y Pablo VI lo canonizó el 31 de mayo de 1970. Fue proclamado Doctor de la Iglesia, el 7 de octubre de 2012, junto a Santa Hildegarda de Binden, por el papa Benedicto XVI.

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Se puede consultar su tratado sobre la vida espiritual: Audi Filia , que trata de los malos lenguajes del mundo, de la carne y el demonio, y de los remedios contra ellos; de la fe y del propio conocimiento; de la penitencia, de la oración, meditación y pasión de nuestro Señor Jesucristo, y del amor al prójimo. Compuesto por el Reverendo Padre Maestro, San Juan de Ávila, predicador en el Andalucía.

Se le atribuye también el famoso soneto “Al Cristo Crucificado”.

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Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que suscitaste a San Juan de Ávila, como sacerdote y místico, haz que por sus méritos e intercesión, podamos cuidarnos muy bien, de decir cualquier palabra vana u ofensiva, y así mantener la pureza de nuestro corazón, y glorificar al Verbo que ya existía, desde antes de la creación del mundo. A Tí Señor, que nos advertiste que toda palabra o discurso vano, será castigado en el Último Día. Amén.

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