domingo, 24 de mayo de 2020


24 de Mayo

San SIMEÓN el ESTILITA el JOVEN


(521-592)

Anacoreta

La idea de vivir todo el tiempo, en lo alto de una columna, obedece a la piadosa intención, de poder estar más cerca del cielo, y por lo tanto de Dios.

SAN SIMEÓN el ESTILITA, el JOVEN (521-592), nació y murió en Antioquía, Siria, la actual Antakya, Turquía. Es un santo anacoreta, que pasó gran parte de su vida, haciendo penitencia en lo alto de una columna, aunque en su caso, fueron tres de ellas.

San Simeón el Estilita, el Joven, lleva este sobrenombre, para distinguirlo de San Simeón el Estilita, el Anciano, quien vivió un siglo antes, y fue uno de los principales modelos, cuyo ejemplo siguió este santo anacoreta.

Fue hijo de una mujer llamada Marta, a la que se le atribuye un aura de santidad; lo mismo que a otras dos mujeres, cercanas a él, Susana y Marciana, con quienes San Simeón, aparece en un icono ruso.

Desde niño, Simeón mostraba una conducta peculiar; al fallecer su padre, decidió abandonar su aldea, y así ingresó entonces, en un pequeño convento, en las montañas. Ahí quedó bajo la tutela, de San Juan Estilita, de quien aprendió, a los siete años de edad, a vivir en lo alto de una columna.

En el año 554, fue ordenado sacerdote, en lo alto de esa primer columna. Su fama de poder obrar milagros, se había extendido para entonces, y todos los días, una multitud se presentaba, con intenciones de hablar con él.

En busca de la soledad, dos años más tarde, en la llamada escala “Samandag”, o “Montaña de los Milagros”, donde erigió una segunda columna, más alta todavía, para vivir ahí. Pero al poco tiempo, eran tantos los seguidores a su alrededor, que con ayuda de la madre de Simeón, se fundó ahí mismo un convento, estableciendo como punto central, la columna del estilita.

Por tercera, y definitiva ocasión, subió San Simeón el Joven, a una nueva columna en el año 566, y de ahí no habría de bajarse hasta su muerte. Mucha gente llegaba en peregrinación a verlo, incluso de lugares tan lejanos como Georgia.

San Simeón tenía fama de sanar enfermos, predecir el futuro, y conocer los pensamientos íntimos, de quienes lo visitaban. El santo escribía prédicas, epístolas y algunos himnos, parte de los cuales, se siguen cantando todavía, en ritos de la Iglesia Ortodoxa.

Tras la muerte de San Simeón, su columna siguió siendo sitio de peregrinación. Siguiendo el modelo de San Simeón el Estilita, el Anciano, en Qal’at Sim’an, en el sitio cerca de Antioquía, se irguieron una iglesia y un convento, que en la actualidad se conservan en parte.

La idea de vivir todo el tiempo, en lo alto de una columna, obedece a la piadosa intención, de poder estar más cerca del cielo, y por lo tanto de Dios.

SAN SIMEÓN EL ESTILITA EL JOVEN, nos ofrece un ejemplo de santidad, alcanzada por vías de un misticismo, en condiciones extremas.

Esto nos deja como enseñanza, a priorizar la oración, la meditación y la penitencia, para agradar de veras a Dios.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que inspiraste a San Simeón, a vivir cerca de tu trono en la Tierra, concédenos a nosotros saber hacer lo mismo, desprendiéndonos de tantas posesiones materiales, que en nada nos ayudan a progresar en la Fe, y en la Alabanza a tu Divino Nombre. A Tí Señor, que nos enseñaste a que la vida del Hombre y la Mujer, no depende de la cantidad de bienes materiales, sino de nuestro profundo Amor hacia Tí. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario