miércoles, 20 de mayo de 2020


20 de Mayo

SAN BERNARDINO DE SIENA
(1380-1444)


Cuerpo Incorrupto

Propagó la devoción al Santísimo Nombre de Jesús, y la devoción a la Eucaristía

Patrón de las personas que sufren de la ludopatía, y de males respiratorios

En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz

Dejemos las actividades de las tinieblas, y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad

Breve
Sacerdote Franciscano, de gran pureza de corazón. Fué contemporáneo de Santa Catalina de Siena, con quien supo compartir sus anhelos, en torno al Reino de los Cielos. Gran defensor de la Paz. Se lo considera patrón de las personas, que sufren de la ludopatía y de males respiratorios.
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Nacido en Massa Marittima, territorio de Siena, (hoy en la región de Toscana, Italia), en el año 1380.

Queda huérfano, y es criado por una tía. Ya desde chico, le gustaban las cosas de Dios. Componía altares e imitaba a los predicadores. De adolescente, se cuidaba de hablar, y actuaba con pureza.

Cuando tenía 20 años, hubo una gran peste en Italia, que arrasó a Siena. Él y otros jóvenes amigos suyos, fueron al hospital, y sirvieron por 3 meses, hasta que acabó la epidemia.

A los 22 años lo dejó todo, para entrar en la comunidad franciscana, y se ordenó sacerdote, desplegando por toda Italia, una gran actividad como predicador, con notables frutos.

Tanto movía los corazones con su prédica, que se cerraban las tiendas, y hasta las clases en la universidad, para escucharle. Se convirtieron innumerables pecadores, que venían a él arrepentidos.

Propagó la devoción al Santísimo Nombre de Jesús. Tuvo un papel importante, en la promoción intelectual y espiritual de su Orden; escribió además algunos tratados de teología.

También propagó la devoción a la Eucaristía. Acostumbraba a llevar consigo una tablilla, mostrando la Eucaristía con rayos saliendo de ella, y en el medio, el monograma IHS, que él ayudó a popularizar como símbolo de la Eucaristía. Fue gran reformador de la Orden Franciscana.

No le faltaron las pruebas: El Papa Martín V, lo suspende como predicador, pero San Juan Capistrano, le ayuda a arreglar su situación.

Rechazó 3 episcopados, fundó más de 200 monasterios, e intervino para traer la paz entre dos bandos, los güelfos y los gibelinos.

A los 63 años, se le apareció San Pedro Celestino, que le avisa de su muerte ya cercana, la que acontece en la vigilia de la Ascensión. Muere en 1444, y seis años después, es canonizado por el papa Nicolás V.

Está sepultado en Aquila. Su cuerpo se encuentra incorrupto, y su ataúd sangró sin cesar, hasta que vino la paz entre los bandos, que peleaban en la ciudad.

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Oficio de lectura, 20 de mayo, San Bernardino de Siena, Presbítero

El nombre de Jesús, luz de los predicadores

De los sermones de San Bernardino de Siena
Sermón 49

El nombre de Jesús, es la luz de los predicadores, pues es su resplandor, el que hace anunciar, y oír su palabra. ¿Por qué crees que se extendió tan rápidamente, y con tanta fuerza, la fe por el mundo entero, sino por la predicación del nombre de Jesús?.

¿No ha sido por esta luz, y por el gusto de este nombre, como nos llamó Dios a su luz maravillosa?. Iluminados todos, y viendo ya la luz en esta luz, puede decirnos el Apóstol: En otro tiempo erais tinieblas; ahora sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz”.

Es preciso predicar este nombre, para que resplandezca y no quede oculto. Pero no debe ser predicado, con el corazón impuro, o con la boca manchada, sino que hay que guardarlo y exponerlo, en un vaso elegido.

Por esto dice el Señor, refiriéndose al Apóstol: “Ese hombre, es un vaso elegido por mí, para dar a conocer mi nombre a pueblos, reyes y a los israelitas. Un vaso –dice– elegido por mí, como aquellos vasos elegidos, en que se expone a la venta, una bebida de agradable sabor, que el brillo y esplendor del recipiente, e invite a beber de ella, para dar a conocer –dice– mi nombre”.

Pues igual que con el fuego, se limpian los campos, y se consumen los hierbajos, las zarzas y las espinas inútiles; es igual también que cuando sale el sol, y disipadas las tinieblas, huyen los ladrones, los atracadores, y los que andan errantes por la noche, así también, cuando hablaba San Pablo a la gente, era como el fragor de un trueno, o como un incendio crepitante; o como el sol, que de pronto brilla con más claridad, y consumía la incredulidad, lucía la verdad y desaparecía el error, como la cera que se derrite en el fuego.

San Pablo hablaba del nombre de Jesús, en sus cartas, en sus milagros y ejemplos. Alababa y bendecía el nombre de Jesús.

El Apóstol llevaba este nombre, como una luz a pueblos, reyes y a los israelitas, y con el nombre de Jesús, iluminaba las naciones, proclamando por doquier aquellas palabras: La noche está avanzada, el día se viene encima: dejemos las actividades de las tinieblas, y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad.

Mostraba a todos la lámpara que arde, y que ilumina sobre el candelero, anunciando en todo lugar a Jesús, a un Jesús crucificado.

Por eso la Iglesia, esposa de Cristo, basándose en su testimonio, salta de júbilo con el Profeta, diciendo: Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy, relato tus maravillas, es decir, para siempre.

El Profeta, le honra igualmente en este sentido: Cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su salvación; es decir Jesús, el Salvador que Él ha enviado”.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, concédenos, que por los méritos e intercesión, del amado San Bernardino de Siena, poder obtener la Paz en nuestros corazones, en nuestras Familias y en el Mundo Entero, mediante la alabanza a tu Santo Nombre, todos los días de nuestra Vida.

Que las personas aquejadas por la atracción a los juegos de azar, se vean pronto liberados sus corazones, de tan terrible adicción, al igual que quienes tienen problemas respiratorios. A Tí Señor, que viniste a darnos Tu Paz Amorosa y Misericordiosa. Amén.

-Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria, por la Paz en nuestros corazones, en las familias, y en el Mundo Entero.



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