30 De Octubre de 2003
San Ángel de Acri
Religioso y
presbítero
(1669 - 1739)
En
Acri, localidad de Calabria, beato Ángel de Acri, presbítero de la
Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que viajó por todo el
reino de Nápoles, predicando la Palabra de Dios, en un estilo
adaptado a la gente sencilla.
Angel nació en Acri, Calabria,
el 19 de octubre de 1669; hijo de Francisco Falcone y Diana Enrico.
Ingresó al noviciado, entre los Hermanos Menores Capuchinos de Acri
(Cosenza), y después de un período de perplejidad, debido al temor
de no poder realizar en sí los ideales de la Orden, en 1691 emitió
los votos.
Terminados los estudios, y ordenado sacerdote, se
consagró a la predicación: una predicación simple y ardiente,
despojada de retórica, y acompañada de milagros, que tuvo un grande
y benéfico influjo, especialmente entre el pueblo del campo, de la
Italia meridional.
En recuerdo de sus misiones, dadas
continuamente, solía erigir un Calvario, formado por tres cruces.
Pero los comienzos de su apostolado, fueron desalentadores. Por eso,
después de un primer fracaso, rogó al Señor que le diera el don de
la palabra, y el Señor lo bendijo.
Fue elegido ministro
provincial, y varias veces superior de conventos. Cuando estaba en el
púlpito, las ideas le venían sugeridas en abundancia, como por
inspiración divina. Las primeras diócesis por él evangelizadas
fueron: Cosenza, Rossano, Bisignano, San Marco, Nicastro y Oppodo
Lucano.
Mientras predicaba en esta última ciudad, apareció
sobre su cabeza, una estrella luminosa, que fue admirada por todos
los presentes. Las conversiones fueron muchas. El demonio, envidioso
de estos éxitos, varias veces intentó hacerlo interrumpir, las
tandas de predicación.
En 1711 el Cardenal Pignatelli, invitó
a Angel a predicar la cuaresma en Nápoles, en la catedral. Desde el
día de ceniza, la iglesia estaba abarrotada. El hombre de Dios
predicó con simplicidad. Los oyentes primero sonreían, pero luego,
ante la santidad de su vida, la profundidad de sus palabras, los
milagros que durante la cuaresma se repitieron, y las numerosas
conversiones, el auditorio comprendió que las predicaciones, eran de
un santo.
Tema de sus predicaciones eran los «novísimos»
y las demás verdades de la fe. Frecuentes en su vida fueron los
éxtasis; muchas veces fue visto elevado de la tierra. Mientras
predicaba, algunas veces aparecía rodeado de luz celestial, otras
veces se vio una blanca paloma, posarse sobre su cabeza.
En
1739, fue asignado al convento de Acri, su región natal. Ya estaba
anciano, y consumido por las fatigas apostólicas, y sus
conciudadanos temían que muriera lejos de su país. Pero él deseaba
morir en el campo de trabajo. Seis meses antes de su muerte, fue
atacado de ceguera.
El 30 de octubre de 1739, a la edad de 70
años, con los Nombres Santísimos de Jesús y de María en sus
labios, expiró serenamente. Su sepulcro fue glorioso por sus
milagros.
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