domingo, 29 de octubre de 2023

 29 De Octubre

Beata Madre María Berenice Duque
(1898-1993)


El sábado 29 de octubre, a las 10 hs de la mañana hora de Colombia, en la Catedral Metropolitana, de la Inmaculada Concepción de María de Medellín, ante la presencia del cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, como representante del Papa Francisco, se celebró la ceremonia de beatificación, de la Venerable Sierva de Dios, María Berenice Duque Hencker, fundadora, entre otras, de la comunidad de las Hermanitas de La Anunciación.

Tras el saludo y petición de beatificación, pronunciada por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, y una breve lectura de la biografía de la nueva beata, el cardenal Semeraro, procedió a la lectura de la fórmula de beatificación en latín.

Luego, mientras una procesión de religiosas, de la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, fundada por la Madre Berenice, acompañadas por sacerdotes y laicos, portadores de la reliquia de la nueva beata hasta el Altar, se develó la imagen de la beata, que fue aplaudida por la multitud de fieles congregados en la catedral.

Madre María Berenice o Madre María Berenice Duque fue una religiosa, teóloga católica colombiana, y la fundadora de la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, de los "Misioneros de la Anunciación", y de las "Franciscanas Misioneras de Jesús y María".

María Berenice nació en Salamina, en el entonces "super-departamento" de Antioquia, (hoy departamento de Caldas). Era hija de Antonio José Duque Botero, y Ana Berenice Hencker Richter. Fue bautizada el 16 de agosto de 1898, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, en Salamina.

El 31 de octubre de 1902, recibe el Sacramento de la Confirmación, de manos de Monseñor Hoyos, y el 7 de septiembre de 1907, hizo su Primera Comunión. Fue de gran emoción, porque su sueño era recibir a Jesús en su corazón, consciente de lo que aquel misterio de amor ilimitado encierra: “La realidad de Jesús estaba en la Hostia, y la alegría de poderlo recibir muchas veces, me dejó en el espíritu, una emoción de alegría que no sé expresar. También un dolor, porque lo dejaban en las iglesias, solo y encerrado todas las noches, lo cual me causa pena”.

La posición de Madre María Berenice, es muy diáfana porque anuncia el génesis de una nueva Congregación; piensa y actúa, de acuerdo a las exigencias histórica de su tiempo, que constituye una voz para los sin voz; fue capaz de denunciar viejas estructuras, y dar respuesta, a ese grito de Dios en los pobres; se enfrenta a este desafío, con audacia y prudencia de profeta, y crea la Escuela Dominical, que más tarde sería la escuela doméstica, y finalmente la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación.

Madre María Berenice, entró al noviciado de las Hermanas de la Presentación de Bogotá, el 20 de diciembre de 1917. Tomó hábito el 26 de julio, y profesó como religiosa, el 21 de noviembre de 1919. Fue maestra de la clase superior, en los Colegios de San Gil, Ubaté, Rionegro, Manizales, Fredonia. Estuvo en el Noviciado también como maestra, de noviembre de 1930 a 1936, y de abril de 1936 a enero de 1945, en Sonsón.

Así pues, este pequeño grupo de doce jóvenes, piadosas y deseosas de consagrarse a Dios en la vida religiosa, pero que eran impedidas por su condición económica y social, será el medio para afirmar definitivamente, el llamado del Corazón de Jesús, en un elocuente y amoroso “Te lo pido todo”, llamada que ella entendió, como una efusión de gracia y misericordia del Dios, de la vida y de la historia, que siempre llama para algo, y nunca para nada.- Lo asumió en su propia vida, que la entregó gota a gota, como lámpara que se consume en el altar, un 25 de julio de 1993.

En el horizonte apostólico de Madre María Berenice, aparece una preocupación, y es la urgencia de la evangelización de las familias, que se cristaliza, no después de haber superado indescriptibles dificultades, causadas por la pobreza, la duda, la incomprensión, y la no aceptación de la obra. Se lanza al apostolado en los hogares, que sería la primera jornada evangelizadora, de las Hermanitas de la Anunciación.

Así, con la aprobación de Monseñor García Benítez, Arzobispo de Medellín, y Padre Co-fundador del Instituto, y el apoyo espiritual y material de la Madre María Inés, Superiora de la Presentación, se dio apertura a las primeras obras apostólicas, de las Hermanitas de la Anunciación, al cuidado de los niños en los hogares de las familias pudientes de Medellín.

Las primeras mensajeras, comprendieron muy bien la palabra de Cristo: “La mies es mucha, y los obreros pocos”. El apostolado en los hogares, era un gran desafío que debían enfrentar con humildad, sencillez, abnegación, sacrificio y donación total, en una actitud de amor y reparación.

Sintiendo esa necesidad, por llegar al más necesitado, la madre Berenice funda la Rama Misionera, de las Hermanitas de la Anunciación (hoy conocidas como Hermanas Misioneras Franciscanas de Jesús y de María) el 15 de agosto de 1957. Consagradas al servicio de las familias, niños y jóvenes, especialmente de la etnia negra, para llegar a esos lugares que nadie quería llegar.

El 8 de diciembre de 1965, funda el Instituto Domus Dei (hoy conocido como Instituto Religioso Clerical Misioneros de la Anunciación). Sacerdotes y Hermanos Consagrados, al servicio de los que sufren la marginación social; mostrando el Rostro misericordioso de Dios.

Madre María Berenice, fiel al espíritu de Jesús, siempre sostuvo que: “la palabra apostolado, encierra en sí, algo que irradia fuerza, entusiasmo, alegría, vida divina, y así deben comprenderla las Anunciatas, y vivirla particularmente en los hogares, célula de la sociedad, principio de vida, para aquellos que sean más tarde, los ministros de Cristo, y de su Iglesia, los gobernantes de los pueblos, dirigentes de obras religiosas santas, o madres, según el corazón de Cristo.

El 25 de julio de 1993, falleció tras de sufrir una larga enfermedad, tras padecerla tiempo atrás. Su cuerpo reposa en la casa madre de la orden en Medellín.


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