23
de abril
SAN
JORGE DE CAPADOCIA
SOLDADO
Y MÁRTIR
(†
ca.303)
El
valor y significado de esta leyenda es muy claro. San Jorge, porta la
espada que simboliza al Evangelio, montado sobre un caballo blanco,
que simboliza a la Iglesia, y que rescata a una doncella de las
fauces del dragón, simbolizando lo que más le apetece, al príncipe
de las tinieblas: la pureza virginal de nuestro corazón.
“No
se puede pelear por la fe, con firmeza y decisión, si no se han
dejado primero los bienes terrenos”
San
Jorge era un soldado, que murió mártir en Lydda, Palestina.
El
culto a San Jorge, se difundió desde muy antiguo, por Oriente y
Occidente. Ya en el siglo IV, fue objeto de veneración en Dióspolis
(Palestina), donde había una iglesia construida en su honor.
Patrón
de Cataluña (Jordi), y de Aragón (Chorche).
El 23 de Abril es festivo en estas regiones desde 1461
Venerado en Malta (cuarto Domingo de Junio), y en la isla vecina de Gozo: (tercer Domingo de Julio).
El 23 de Abril es festivo en estas regiones desde 1461
Venerado en Malta (cuarto Domingo de Junio), y en la isla vecina de Gozo: (tercer Domingo de Julio).
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La
leyenda dorada
Un
temido dragón, vivía en un lago cerca de Silena, Libia. Los
ejércitos se habían enfrentado con la bestia, solo para ser
derrotados. El monstruo comía dos ovejas diarias. Cuando estas
escaseaban, entre las villas aledañas, se echaba la suerte para
escoger doncellas, para que fuesen sacrificadas ellas, en vez de las
ovejas.
Llegó
a esta región San Jorge. Al escuchar la historia, precisamente en el
día, en que una princesa iba a ser devorada, San Jorge se persignó,
y cabalgó para dar batalla contra la bestia. La
mató de un solo golpe con su lanza.
Obtenida
la victoria, convirtió con su predica, a los habitantes de aquella
región. Recibió una gran recompensa del rey, y la distribuyó entre
los pobres, antes de retirarse sobre su caballo.
Conocido
por su intercesión en las batallas: El ejército de Aragón, ganó
la batalla de Alcoraz contra los musulmanes, gracias a la aparición
de San Jorge.
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El
valor y significado de esta leyenda es muy claro. San Jorge, porta la
espada, que simboliza al Evangelio, montado sobre un caballo blanco,
que simboliza a la Iglesia, y que rescata a una doncella de las
fauces del dragón, simbolizando lo que más le apetece, al príncipe
de las tinieblas: la pureza virginal de nuestro corazón.
Por
eso, debemos ser muy estrictos, en no participar de nada deshonroso,
como el adulterio, y así liberarnos de las fauces del demonio, y de
nuestra propia destrucción como persona, que destruye al mismo
tiempo, a nuestra propia familia.
Somos
un pueblo sacerdotal, y así debemos comportarnos. Los
verdaderos y más feroces combates, son los que se libran al interior
de nuestro corazón.
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Del
oficio de lectura, 23 de Abril, San Jorge, Mártir
Protegido
inexpugnablemente, con el estandarte de la cruz
De
los sermones de San Pedro Damiani, Obispo
Sermón
3, sobre San Jorge: PL 144, 567-571
La
festividad de hoy, queridos hermanos, duplica la alegría de la
gloria pascual, y es como una piedra preciosa, que da un nuevo
esplendor, al oro en que se incrusta.
San
Jorge fue trasladado de una milicia a otra, pues dejó su cargo en el
ejército, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana, y
con la valentía propia de un soldado, repartió primero sus bienes
entre los pobres, despreciando los bienes de este mundo, y así,
libre y dispuesto, se puso la coraza de la fe, y cuando el combate se
hallaba en todo su fragor, entró en él, como un valeroso soldado de
Cristo.
Esta
actitud nos enseña claramente, que no se puede pelear por la fe, con
firmeza y decisión, si no se han dejado primero, los bienes
terrenos.
San
Jorge, encendido en el fuego del Espíritu Santo, y protegiéndose
inexpugnablemente, con el estandarte de la cruz, peleó de tal modo
con aquel rey inicuo, que al vencer a este delegado de Satanás,
venció al príncipe de la iniquidad, y dio ánimos a los soldados de
Cristo, para combatir con valentía.
Junto
al mártir, estaba el Árbitro Invisible y Supremo, que según sus
designios, permitía a los impíos que le atormentaran. Si es verdad
que entregaba su cuerpo en manos de los verdugos, guardaba su alma
bajo su constante protección, escondiéndola en el baluarte
inexpugnable de la fe.
Hermanos
carísimos: no debemos limitarnos a admirar a este combatiente de la
milicia celeste, sino que debemos imitarle.
Que
nuestro espíritu se eleve, hacia el premio de la gloria celestial,
de modo que centrado nuestro corazón en su contemplación, no nos
dejemos doblegar, tanto si el mundo seductor se burla de nosotros,
como si con sus amenazas, quiere atemorizarnos.
Purifiquémonos
pues, de cualquier impureza de cuerpo o espíritu, siguiendo el
mandato de San Pablo, para entrar al fin, en ese templo de la
bienaventuranza, al que se dirige ahora nuestra intención.
El
que dentro de este templo que es la Iglesia, quiere ofrecerse a Dios
en sacrificio, necesita, una vez que haya sido purificado por el
bautismo, revestirse luego de las diversas virtudes, como está
escrito: Que tus sacerdotes se vistan de
justicia; en efecto, quien renace en Cristo, como hombre
nuevo por el bautismo, no debe volver a ponerse la mortaja del hombre
viejo, sino la vestidura del hombre nuevo, viviendo
con una conducta renovada.
Así
es, como limpios de las manchas del antiguo pecado, y
resplandecientes, por el brillo de la nueva conducta, celebramos
dignamente el misterio pascual, e imitemos realmente, el ejemplo de
los santos mártires. Amén.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que infundiste valor a San Jorge, en el
momento de su martirio, haz que sea para nosotros, un protector
generoso en nuestra debilidad. A Tí Señor, que nos ordenaste
mantener la pureza de nuestro cuerpo, corazón y mente, en todo
momento, y así poder alcanzar las moradas eternas. Amén.
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