lunes, 13 de abril de 2020


13 de Abril

San Martín I


74ª Papa y Mártir
(año 656)

"Sea cual fuere la muerte que me den, seguramente no va a ser más cruel, que esta vida que me están haciendo pasar"

Breve
Como diácono, sirvió en la corte imperial en Constantinopla.

Combatió al emperador Constancio II (641-668), sobre la herejía que declaraba que Jesús, tenía solo una voluntad divina, y no era verdaderamente hombre.

Como papa, lo llevaron de Roma a Constantinopla, donde lo juzgaron como traidor. Lo exiliaron en Crimea, donde murió de hambre y maltrato.

San Martín, fue el último Papa martirizado. Son más de 40, los pontífices que han sufrido el martirio.
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Nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma, por su santidad y su sabiduría.

Fue elegido Papa en el año 649, y poco después convocó a un Concilio, o reunión de todos los obispos, para condenar la herejía, de los que decían, que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina. Monotelismo se llama esta herejía.

Como el emperador de Constantinopla, Constante II, era hereje monotelista, mandó a un jefe militar con un batallón, para darle muerte al pontífice. Pero el que lo iba a asesinar quedó ciego, en el momento en el que lo iba a matar, y el jefe retornó, sin hacerle daño.

Luego envió Constante, a otro jefe militar, el cual, aprovechando que el Papa estaba enfermo, lo sacó secretamente de Roma, y lo llevó prisionero a Constantinopla.

El viaje duró catorce meses, y fue especialmente cruel y despiadado, el maltrato que sufrió. No le daban los alimentos necesarios, y según dice él mismo cuenta en sus cartas, pasaron 47 días, sin que le permitieran ni siquiera agua para bañarse, o lavarse la cara. Un verdadero martirio, que él soportó con especial paciencia.

En aquellos días, dejó escritas estas palabras: "Me martiriza el frío. Sufro hambre, y estoy enfermo. Pero espero que por estos sufrimientos, les concederá Dios a mis perseguidores, para que después de mi muerte, se arrepientan y se conviertan”.

En Constantinopla, lo expusieron al público como un malhechor, para que las gentes se burlaran de él. Pero lo que consiguieron, fue hacer que muchísimos admiraran, la virtud de aquel santo varón, que todo lo sufría con admirable valor.

Un tribunal de herejes lo condenó, sin permitirle que dijera, ni siquiera, una palabra en su defensa. Lo tuvieron tres meses padeciendo en la cárcel, destinada a los condenados a muerte, y luego lo sacaron de la cárcel, por una petición que hizo el Patriarca Arzobispo de Constantinopla, poco antes de morirse, pero lo enviaron al destierro.

Martín fue escribiendo en sus cartas, lo que le iba sucediendo en aquellos prolongados martirios. En uno de esos escritos, cuenta cómo lo llevaron, sin las más mínimas muestras de consideración o respeto, a Crimea, en el sur de Rusia, junto al Mar Negro, donde estuvo por meses y meses, abandonado de todos, sufriendo hambre y desprecios, pero enriqueciéndose para el cielo, en el ofrecimiento diario de sus padecimientos a Dios.

Sus sufrimientos eran tan grandes, que cuando alguien lo amenazó, con que le iban a dar muerte, exclamó: "Sea cual fuere la muerte que me den, seguramente no va a ser más cruel, que esta vida que me están haciendo pasar".

Lo amenazaron con dejar a su cuerpo expuesto, a que lo devoraran los cuervos, y respondió: "En cuanto a mi cuerpo, Dios se encargará de cuidarlo. Dios está conmigo. ¿Por qué me voy a preocupar?". Y dando un suspiro de esperanza añadió: "Espero que el Señor Dios, tendrá misericordia de mí, y no prolongará ya más, el tiempo de mi vida en este mundo". De veras que sus sufrimientos, debieron ser muy grandes, para desear más bien morir, que seguir viviendo.

En su última carta, dice así San Martín: "Estoy sorprendido del abandono total, en que me tienen en este destierro, los que fueron mis amigos. Y más me entristece, la indiferencia total, con la que mis compañeros de labores, me han abandonado. ¿Qué no tienen dinero?. ¿Pero no habría ni siquiera, unas libras de alimento para enviarme?. ¿O es que el temor a los enemigos de la Iglesia, les hace olvidar la obligación, que cada uno tiene, de dar de comer al hambriento?. Pero a pesar de todo, yo sigo rezando a Dios, para que conserve firme en la fe, a todos los que pertenecen a la Iglesia".

Murió más de padecimientos, y de falta de lo necesario, que de enfermedad o vejez, en el año 656. En Constantinopla, donde había sido tan humillado, fue declarado santo, y empezaron a honrarlo, como a un mártir de la religión. Y en la Iglesia de Roma, se le ha venido honrando, entre el número de los santos mártires.

Martín I: después de ser humillado por unos años, ha seguido siendo glorificado por muchos siglos. En él, se ha cumplido lo que anunció San Pablo: "Después de un corto sufrir en esta tierra, nos espera un inmenso gozo en la gloria celestial".

Dichosos vosotros, cuando os persigan por mi causa. Alegraos, porque grande es vuestro premio”. (Jesucristo).

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión del Papa San Martín I, puedas dar fortaleza y valor, a todos quienes defienden tu Santo Nombre, y muy especialmente, a los Romanos Pontífices y Patriarcas Ortodoxos. A Tí Señor, que padeciste la muerte, y muerte en Cruz, y Vives y Reinas por los Siglos de los Siglos. Amén.

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