sábado, 11 de enero de 2020


11 de Enero

Santo Tomás de Cori


 (1655-1729)

Presbítero, O.F.M.

Fué un hombre hecho oración

Breve
Sacerdote Franciscano. Predicador eficaz entre los campesinos, que tanto necesitaron, de su dulce y animosa presencia, en medio de tantas dificultades. Fué un hombre hecho oración.
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Nacido en Cori (Lazio), el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia, marcada por la pérdida prematura de su madre primero, y de su padre después, quedando solo a los catorce años, al cuidado de la hermana más pequeña. Hará de pastor, aprendiendo la sabiduría de las cosas simples.

Casadas las hermanas, queda libre para seguir la inspiración, que desde algún tiempo, guardaba en el silencio del corazón: pertenecer completamente a Dios, en la vida religiosa franciscana. Había conocido a los Frailes Menores, en su misma ciudad, en el Convento de San Francisco.

Fue acogido en la Orden, y enviado a Orvieto, para hacer el año de noviciado. Profesada la Regla de San Francisco, y finalizados los estudios de teología, se ordena sacerdote en 1683. Fue nombrado inmediatamente, vice maestro de novicios, en el convento de la Santísima Trinidad de Orvieto; sus superiores reconocieron desde muy pronto sus dotes.

Poco tiempo después, fray Tomás oyó hablar de los Retiros, que comenzaban a florecer en la Orden, y de la intención de los Superiores de la Provincia Romana, de instaurar uno, en el Convento de Civitella (hoy Bellegra).

Su petición fue acogida, y el joven fraile llamó así, a la puerta del pobre Convento en 1684, diciendo: "Soy fray Tomás de Cori, y vengo para hacerme santo". Con un lenguaje quizás lejano al nuestro, expresaba él, su ansia de vivir radicalmente el Evangelio, según el espíritu de San Francisco.

Desde entonces, fray Tomás permanecerá en Bellegra hasta la muerte, excepto seis años (1703-1709), en los que será Guardián en el Convento de Palombara, donde instauró el Retiro, en base al de Bellegra. Escribió Reglas para uno y para otro; y él es el primero que los observó cuidadosamente, consolidando con la palabra y con el ejemplo, la nueva institución de los dos Retiros.

Los largos años transcurridos, en San Francisco de Bellegra, se pueden resumir en tres puntos:

Oración
Santo Tomás de Cori fue seguramente, como se ha dicho de San Francisco, no tanto un hombre que oraba, como un hombre hecho oración. Esta dimensión, animó toda la vida del Fundador del Retiro.

El aspecto más evidente de su vida espiritual, fue sin duda, la centralidad de la Eucaristía, testimoniada por Tomás, en la celebración eucarística, intensa y participada, y en la oración silenciosa de adoración, en las largas noches de Retiro, después del oficio divino, celebrado a medianoche.

Su vida de oración, estuvo marcada por una aridez persistente de espíritu. La ausencia total, de una consolación sensible en la oración, y en su vida de unión con Dios, se prolongaría durante más de cuarenta años, encontrándole siempre sereno y radical, en la vivencia del primado de Dios. Verdaderamente su oración, se configuró como "memoria Dei", realizando concretamente la unidad de vida, no obstante las múltiples actividades.

Evangelización
Santo Tomás no se cerró en el Retiro, olvidando el bien de sus hermanos, y el corazón de la vocación franciscana, que es apostólico. Fue llamado con razón, el apóstol del " Sublacense ", habiendo recorrido comarcas y ciudades, en el anuncio incansable del Evangelio, en la administración de los sacramentos, y en el surgir de milagros a su paso, signo de la presencia y cercanía del Reino.

Su predicación era clara y simple, persuasiva y fuerte. No subió a los púlpitos más ilustres del tiempo: su personalidad, pudo entregar lo mejor de sí, en el ámbito restringido de la región del Lazio, viviendo su vocación franciscana en minoridad, y a la opción concreta por los más pobres.

Exquisita caridad
Santo Tomás de Cori, fue para sus hermanos, padre amabilísimo. Ante las resistencias de algunos hermanos, en su deseo de reforma, y de radicalidad de vivir en el ideal franciscano, el Santo supo responder con paciencia y humildad, encontrándose incluso solo, para atender el convento. Había comprendido muy bien, que toda auténtica reforma, se inicia por uno mismo.

El notable epistolario que nos ha legado, demuestra la atención de Tomás, a las más pequeñas expectativas y necesidades de sus hermanos, y de tantos amigos, penitentes y frailes, que se dirigían a él, para recibir un consejo. En el convento, demostró su espíritu de caridad, en la disponibilidad a cualquier necesidad, incluso la más humilde.

Rico de méritos, se durmió en el Señor, el 11 de enero de 1729. Santo Tomás de Cori, resplandece entre nosotros, y en Roma, del que es co-patron, sobre todo en su ansia de ideal cristiano y franciscano, puro y vivido en lo esencial. Una provocación para todos nosotros, a no tomar a la ligera el Evangelio, y sus exigencias radicales.

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión de Santo Tomás de Cori, podamos nosotros también saber orar, y fundamentalmente convertir nuestra vida en Oración. A Tí Señor, que nos dejaste el Padre Nuestro, como la manera de dirigirnos al Padre, de manera sencilla y conmovedora. Amén.



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