9
De Enero de 2024
San Adriano de Canterbury
Abad. Cuerpo
Incorrupto.
En
Canterbury, en Inglaterra, San Adriano, abad, el cual, nacido en
África; desde Nápoles viajó a Inglaterra, donde muy preparado en
ciencias eclesiásticas y civiles, educó egregiamente a gran número
de discípulos.
San Adrián había nacido en Africa. Era abad
de Nérida, cerca de Nápoles, cuando el papa San Vitaliano, a la
muerte de San Adeodato, arzobispo de Canterbury, le escogió por su
ciencia y virtud, para instruir a la nación inglesa, aún joven en
la fe.
El humilde siervo de Dios, trató de declinar la
elección, recomendando a San Teodoro de Tarso para el cargo, quien
se mostró dispuesto a compartir, los trabajos de la misión. El Papa
accedió a sus súplicas, y le nombró asistente y consejero del
nuevo obispo, en lo cual San Adriano convino gustosamente.
San
Teodoro le nombró abad, del monasterio de San Pedro y San Pablo, de
Canterbury, que más tarde había de llamarse San Agustín, donde
nuestro santo enseñó el griego, el latín, la ciencia de los
Padres, y sobre todo, la virtud.
Bajo Adrián y Teodoro, la
influencia de la escuela monástica de Canterbury, se extendió
enormemente. San Aldelmo acudió a ella desde Wessex, Oftforo desde
Whitby, y otros estudiantes desde Irlanda. Era una escuela de Derecho
Romano, y de Ciencias eclesiásticas. Beda refiere, que los
discípulos de San Adrián, conocían bastante bien el griego, y
hablaban el latín como el inglés. San Adrián ilustró el país con
su doctrina, y el ejemplo de su vida, durante treinta y nueve años.
Murió el 9 de enero del año 710.
Goscelino de Canterbury,
nos ha dejado una narración muy interesante, del descubrimiento en
1091, de los restos de San Adrián, que se hallaban incorruptos, y
despedían una suave fragancia; las recientes excavaciones confirman
ese relato.
Sobre el descubrimiento de los restos, ver Migne,
PL., vol. CIV, cc. 36-38, y Archaeologia Cantiana (1917), vol. XXXII,
p. 18. La tumba de San Adrián se hizo famosa, por los milagros en
ella obrados, según nos dice Goscelino, citado por Guillermo de
Malmesbury y por Capgrave. El nombre de nuestro santo, se encuentra
en los calendarios ingleses. Acta Sanctorum, 9 de enero, que
reproduce algunos pasajes de Beda y de Capgrave; y Biblioteca
Hagiográfica Latina, de los Bollandistas, n. 558.
Fuente:
«Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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