viernes, 5 de enero de 2024

 5 De Enero de 2024

Santa Ana Schäffer
(1882-1925)


Laica alemana, mística bávara. A los diecinueve años, trabajando como sirviente, se abrasó con agua hirviendo, y después, agravándose su estado de salud, vivió con ánimo sereno, en espíritu de pobreza y oración, ofreciendo su dolor por la salvación de las almas.

Nació el 18 de febrero de 1882, en la parroquia de Mindelstetten, entre Regensburg e Ingolstadt, en el corazón de Baviera, Alemania. Niña callada, reservada, aprendió la piedad y el amor de Dios de su madre, que le dió una educación cristiana. Tras hacer la primera comunión, se ofreció al Señor, siendo su más caro deseo, entrar en una orden de hermanas misioneras.

Estudió derecho, profesión que ejerció por un tiempo, intentando ganar lo necesario, para poder obtener la dote necesaria, para su ingreso en el convento. Su vida fue marcada el 4 de febrero de 1901: estando en la casa del guardabosques de Stammham, sufrió un grave accidente de trabajo, y se quemó las dos piernas hasta la rodilla. Terribles dolores, la obligaban a permanecer en cama, pero desde ahí inició su labor de apostolado, mediante correspondencia y testimonios por escrito.

Durante venticuatro años soportó el dolor, ofreciéndolo al Señor, hasta que falleció el 5 de octubre de 1925.

Ana Schäffer era consciente, de la responsabilidad que cada cristiano tiene, de la santidad de su prójimo. Por eso utilizó la pluma. Su lecho de enferma, se convirtió en la cuna de un apostolado epistolar muy amplio.

Las pocas fuerzas que le quedaban, las empleaba en el bordado, para dar a los demás un poco de alegría. Pero tanto en sus cartas, como en sus labores manuales, su razón de vida era el Corazón de Jesús, símbolo del amor divino. Representa las llamas del Corazón de Jesús, no como lenguas de fuego, sino como espigas de trigo. La Eucaristía, que Ana Schäffer recibía diariamente de su párroco, era su punto de referencia. 

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