sábado, 20 de enero de 2024

 20 de Enero de 2024

Beato Basilio Antonio María Moreau
(1799-1873)


Insigne sacerdote y predicador, que en la devastación provocada por la Revolución Francesa, y las guerras Napoleónicas, supo brindar el consuelo de la palabra, y su fraternal presencia, a los campesinos de Francia.

El siervo de Dios Basilio Antonio María Moreau, nació en Laigné-en-Bélin, distrito de Le Mans (Francia), el 11 de febrero de 1799.

Fue el octavo de catorce hijos, de una familia piadosa. Con su párroco, el p. Julián Le Provost, aprendió las primeras nociones de latín. Prosiguió los estudios en el colegio de Château-Gontier, y los terminó en el seminario mayor de Le Mans.

El 12 de agosto de 1821, recibió la ordenación sacerdotal. En su corazón, ardía el celo por las misiones, pero su obispo, mons. De la Myre, que lo quería para profesor en el seminario diocesano, lo envió a realizar estudios superiores, primero en San Sulpicio, en París, y después en la "Solitude D'Issy", dirigida también por los sulpicianos.

Allí permaneció de 1822 a 1823, y encontró a quien sería su padre espiritual, el p. Gabriel Mollevaut. Al volver a Le Mans, enseñó filosofía, teología dogmática y Sagrada Escritura, desde 1823 hasta 1836. Al mismo tiempo, desarrolló con fruto, una intensa actividad pastoral.

En 1833, participó en la fundación del Buen Pastor de Le Mans, institución destinada a la reeducación de delincuentes juveniles. En 1835 su obispo, mons. Bouvier, le encargó la guía espiritual, de la congregación de los Hermanos de San José, constituida por laicos fervorosos, que tenían como misión, instruir a la gente del campo de Le Mans.

En ese mismo año, fundó la sociedad de Sacerdotes Auxiliares, con la finalidad de ayudar a los párrocos, mediante retiros espirituales, predicaciones de misiones populares, y cursillos. El 1 de marzo de 1837, el p. Basilio unió los Sacerdotes Auxiliares, con los Hermanos de San José en una única comunidad, que tomó el nombre de Congregación de la Santa Cruz.

Completó su obra en 1841, fundando la rama femenina, de las Marianitas de la Santa Cruz. De ese modo, realizó su ideal de una única congregación religiosa, con tres secciones, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret: a los sacerdotes les dio el nombre de Salvatoristas; a los hermanos, el de Josefinos; y a las religiosas, el de Marianitas.

La finalidad de la Congregación era: la educación, la predicación, sobre todo en las zonas rurales, y en las misiones extranjeras; el ministerio parroquial, la difusión de la buena prensa, así como la dirección de casas, destinadas a la acogida de delincuentes jóvenes, o de personas abandonadas.

Entre los años 1840 y 1847, la Congregación, respondiendo al impulso misionero de su fundador, envió a algunos de sus miembros a Argelia, Estados Unidos y Canadá para establecer nuevas casas. Por deseo expreso del Papa Pío IX, el p. Basilio fundó en Argelia, las primeras escuelas cristianas del país, y contribuyó a la introducción y al progreso de la Iglesia católica en Estados Unidos. En 1853, la Congregación asumió la responsabilidad, de la misión en Bengala (actualmente Bangladesh).

La vida del p. Basilio, como la vida de casi todos los fundadores, estuvo marcada por el sufrimiento y la incomprensión, pero él se sintió siempre, un simple instrumento en las manos de Dios: "La obra de la Santa Cruz —escribió a sus hijos espirituales— no es obra del hombre, sino obra de Dios mismo. (...) Por eso os exhorto a renovar el espíritu de vuestra vocación, que es un espíritu de pobreza, castidad y obediencia".

Aunque el nombre elegido para la Congregación, no fue fruto de una decisión apresurada o convencional, ya que ésta estuvo muy presente en su vida, e insistió a menudo en ella, para formar la vida espiritual de sus miembros. Por eso, dio como lema a su comunidad, el verso de un himno litúrgico: "Salve, oh cruz, nuestra única esperanza".


El siervo de Dios, vivió retirado durante sus últimos años, en una casita junto al Instituto de la Santa Cruz; predicaba en las parroquias de los alrededores de Le Mans, donde murió el 20 de enero de 1873.

Las tres ramas de la Congregación, que han ido creciendo y extendiéndose por el mundo, están presentes en Francia, África y Asia. Desempeñan su misión en escuelas y universidades, en la pastoral y servicios sociales.

La fase diocesana de la causa de beatificación del siervo de Dios, comenzó en Le Mans en 1948; en 1994 prosiguió en Roma, en la Congregación para las causas de los santos. El 12 de abril de 2003 el Santo Padre Juan Pablo II declaró al p. Basilio Antonio María Moreau "venerable", reconociendo sus virtudes heroicas.

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