18 De Noviembre de 2023
Mártires Salesas
Las siete hermanas
mártires
(1936)
Sor
Gabriela; Sor Teresa María; Sor Josefa María; Sor Ángela; Sor
Inés; Sor Engracia; Sor Cecilia (Monjas de la Visitación de Santa
María [fundación Salesas]).
Las siete oyeron un día, la
«llamada» a la Visitación, y dijeron que Sí a Cristo, y día a
día, en el silencio del claustro, fueron viviendo su entrega.
Ocultas a los ojos de los hombres, pero llevando en su corazón, las
preocupaciones y sufrimientos de todos ellos, en constante oración y
sacrificio, fueron gastando su existencia en bien de la Iglesia.
«Desde
aquí se puede ser misionera, aprovechando todos los instantes, de
una vida de inmolación y sacrificio. Todo por su amor, su gloria,
las almas» Este es el motivo de su entrega. « Junto a Dios todo se
transforma, todo cambia de aspecto... ¡vivir en estrecha unión con
Jesús nuestro Dios, nuestro todo! ¡Que dicha, qué felicidad tan
grande! ¡Pobrecitos los que aún no saben que existe! Pero todo lo
que tengamos... lo daremos para ellos...(extracto de sus escritos)
Verano de 1936.
Está a punto de estallar la guerra. Alarmas,
inquietudes... El riesgo es grande, porque intentan incendiar el
Monasterio de la Visitación de Santa María. Cómo vírgenes
prudentes, salen de él, refugiándose en un bajo semi-sótano, que
se convierte en una pequeña catacumba, donde suben incesantemente al
Señor sus ardientes súplicas, y constante oración.
El
hecho de vivir varias mujeres juntas, y oyéndolas rezar, infunde
sospechas de su estado religioso, que origina la persecución...
Algunos de sus familiares les suplican que vayan con ellos. El
portero de la finca, se ofrece a ponerlas a salvo una a una ... pero
no aceptan. « Queremos seguir reunidas, dispuestas a sufrir todo
lo que el Señor permita, felices y contentas de dar nuestra vida por
Él « Su fe viva, les hace ver la voluntad de Dios, en el simple
consejo de su Superiora, que le había insinuado que, mientras fuera
posible, no se separen:
Ø fe heroica en estas circunstancias
Ø fiel ante la prueba
Ø inconmovible a la vida del martirio.
«Hemos
prometido ante Jesús las siete juntas, no separarnos»
Fraternidad exquisita exenta de todo egoísmo, no queriendo dejar a
las otras, para salvarse cada una a sí misma, y tampoco comprometer
a los demás. Amor a su vocación, al no aceptar estas ofertas,
continuando en la observancia de su vida religiosa, con mayor
sacrificio... Con paz, serenidad y alegría. Disposición de ánimo,
tan notoria en todas, que admiró a cuantos las visitaron.« Él
hará de nosotras lo que más convenga» Abandonadas a Él
permanecen tranquilas.
El Padre Vargas Zúñiga S.J. que tuvo
contacto, con cada una de ellas se expresa así: « Fui testigo
presencial, de la santa vida que llevaban estas religiosas en Manuel
G. Longoria, 4. La confesé las dos últimas veces, y pude admirar la
fineza de sus almas, y la serenidad de sus ánimos.» Dado su fervor
anhelan el martirio, y hasta lo esperan con júbilo, y deseo de la
salvación de las almas: «¡Jesús mío, cuanto antes! « ¡Si
por nuestra sangre se salvara España!» Acostumbradas a ver a
Dios, en las personas y acontecimientos, exclaman ante el peligro
inminente: « El Señor nos anuncia el martirio «... No miran
a las criaturas; se sienten llamadas por Dios, a la suprema entrega
del amor: dar la vida. « Estamos esperando, que de un momento a
otro, vengan a buscarnos en nombre de Dios.» Una noche de oración
templa sus almas.
Están preparadas; sus lámparas bien
encendidas, con el óleo de la fe, y el fuego de la caridad. Pronto
darán la mayor prueba de ella. Ansían este momento, y crece el
deseo, a medida que se acerca, dando gracias a Dios, al ver llegada
la hora. Al dirigirse al camión que las conduce al martirio, las
siete, con gran entereza y serenidad, proclaman valientemente su fe,
haciendo la señal de la cruz, ante el alboroto de cuantos presencian
su marcha.
Apenas llegadas a un descampado, acribilladas a
balazos, rubrican con su sangre, el último y generoso Sí de su
entrega. Hna. M.a Cecilia al sentir que se desploma Hna. M.a
Gabriela a la que va tomada de la mano, instintivamente huye
aterrorizada, pero bien pronto se entregará diciendo:
« Soy religiosa « En la checa lo repetirá a amigos y enemigos... Anima a sus compañeras de prisión, a sufrir por Dios, edificándolas por su paciencia, y unión a la voluntad divina.
Cinco días
después, el 23 noviembre, seguirá las huellas de sus Hermanas,
dando la vida por Cristo. ¿ Cuántas almas habrán sentido el
influjo de esta entrega?.
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