lunes, 5 de agosto de 2019


Segunda Feria, 5 de agosto

Nuestra Señora de las Nieves


Protectora de Roma, y Auxilio del Pueblo Romano

Nuestra Señora, se apareció a un matrimonio en Roma, y al Santo Padre
Según una tradición, en el siglo IV, vivía en Roma una piadosa pareja. Él se llamaba Juan Patricio, mientras que el nombre de su esposa, se desconoce. Habían sido bendecidos con abundancia de bienes, y también de fe.

Sin embargo, su gran dolor, era no tener hijos, con los que pudieran compartir sus dones. Durante años, habían rezado por un hijo y heredero.

En esta situación, pasaron muchos años, sin ningún resultado. Por fin, decidieron nombrar como heredera, a la Santísima Virgen, y le rezaron con devoción, para que los guiara, en la asignación de la herencia.

Nuestra Señora les agradeció sobremanera, y la noche del 4 de agosto, se le apareció a Juan Patricio y a su esposa, diciéndoles que deseaba que construyeran, una basílica en el Monte Esquilino, - una de las siete colinas de Roma -, en el punto preciso, que ella señalaría con una nevada. También se le apareció al Papa Liberio, con el mismo mensaje.

En la mañana siguiente, el 5 de agosto, mientras brillaba el sol en pleno verano, la ciudad quedó sorprendida, al ver un terreno nevado en el Monte Esquilino. La pareja, muy feliz, se apresuró en llegar al lugar, y el Papa Liberio marchó hacia el mismo, en solemne procesión. La nieve cubrió exactamente el espacio, que debía ser utilizado para la basílica, y desapareció una vez señalado el lugar. Pronto se construyó la Basílica, de Santa María la Mayor.

Grandes devotos de la Santísima Virgen
El Papa Liberio, buscaba una imagen de la Santísima Virgen, que fuera digna de esta espléndida Basílica, de Santa María la Mayor. Él mismo donó la famosísima Madonna, Nuestra Señora y el Niño, la cual, según una tradición, había sido pintada por San Lucas, sobre una gruesa tabla de cedro, de casi cinco pies de altura, y tres y un cuarto de ancha, y llevada a Roma por Santa Helena. Esta obra, es venerada en el oratorio pontificio.

A lo largo de los años, el pueblo de Roma, ha sido muy devoto de la Madonna. Cada vez que Roma, se encontraba en peligro de calamidades, o de pestilencia, corrían en bandadas, al santuario de Nuestra Señora, para pedirle auxilio. La imagen, era llevada en procesión solemne, con gran devoción. La Virgen Santísima, les demostró ser una poderosa protectora, con grandes milagros.

Durante el pontificado de San Gregorio el Grande, una peste terrible, arrasó con la ciudad de Roma. El Pontífice ordenó, que se hiciera una procesión penitencial, desde Santa María la Magiore, en la cual él mismo, llevaba una estatua de la Virgen.

Nuestra Señora de las Nieves. Murillo

Durante la procesión, 80 personas murieron, pero el pontífice continuaba sus oraciones. Cuando llegaron al puente que cruza el río Tíber, oyeron cantos de ángeles en el cielo. De pronto sobre el castillo - que hoy se llama "de San Angelo" -, se apareció el arcángel San Miguel. En su mano derecha, llevaba una espada que metió en su vaina. En ese mismo momento, cesó la peste.

En la actualidad, esta advocación se le llama, Nuestra Señora Protectora de Roma, o Auxilio del Pueblo Romano. El Señor también ha obrado milagros --por medio de la Santísima Virgen--, a través de numerosas réplicas, particularmente sobre una, que pertenecía a los Padres Jesuitas.

Los Papas, siempre han sentido una tierna devoción, por esta imagen de la Virgen María. Algunos han pasado incluso, noches enteras en oración ante ella. Benedicto XIV, hizo el compromiso de hacerse presente, para el canto de las letanías, de Santa María la Mayor, todos los sábados. El Papa Pablo V, la noche en que iba a morir, manifestó el deseo, de que lo llevaran a la capilla de Nuestra Señora, para así poder morir a sus pies.

Instauración de la fiesta de María Reina
El 1º de noviembre de 1954, al final del Año Mariano, el Santo Padre Pío XII, colocó una corona enjoyada, sobre la pintura de Nuestra Señora, Protectora de Roma.

En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud, congregada en Santa María la Mayor: "¡Viva la Reina!". El Papa nombró a la Virgen, Reina de Cielos y de la Tierra, y decretó que se celebrara una fiesta especial, para honrarla bajo ese título.

No era éste, un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano, desde los primeros siglos, y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces, una fiesta en particular que lo conmemorara. En la actualidad, esta fiesta se celebra el 22 de agosto.

La fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, el 5 de agosto, se celebraba en principio, solamente en la basílica de Santa María la Mayor; luego se extendió en el siglo XIV a toda Roma; y finalmente, San Pío V la declaró fiesta de la Iglesia Universal, en el siglo XVII.

Bibliografía: LeBlanc, Sr.M. Francis, O.Carm., Cause of Our Joy. Boston: Pauline Books and Media, 1976.

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5 de Agosto

NUESTRA SEÑORA. DE LAS NIEVES


Patrona de SALLENT DE GÁLLEGO (Huesca) – España

Fuente: Estampa adquirida en la iglesia parroquial de Sallent

Sallent de Gállego, es una histórica villa pirenaica, capital del Valle de Tena.
Tiene por patrona, a Nuestra Señora de las Nieves, cuya imagen se venera, en una hermosa capilla, de la iglesia parroquial de la Asunción (siglo XVI).

La pequeña talla, representa a la Virgen sedente, con el Niño en el regazo, portando en su mano, la flor de edelweiss, representativa de su advocación. Bajo el pedestal, junto a un piquete de escalada, siempre encontraremos, un fresco ramillete de flores de la nieve, traídas de las montañas cercanas.

La Virgen de las Nieves, es objeto de importantes festejos en Sallent, a principios de agosto, siendo el día 5 su festividad. Se realiza entonces, la popular romería, con la imagen hasta el Llano de Tornadizas, paraje situado en las altas cumbres sallentinas, de Respomuso; también la antigua Misa Solemne de Sallent, ceremonia cantada, al más puro estilo tradicional, en la que se rinde tributo a la Virgen, con ofrendas de flores, bailes e históricos rituales.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que la nieve y la frialdad de nuestro corazón, se troque en uno cálido y dulce, en medio de la dureza de tantas situaciones en nuestra Vida, y así permitir que la Virgen, pueda reinar sobre todas esas pruebas, y así poder acercarnos más, a los Divinos Misterios. Que nuestro corazón, permanezca siempre puro e inmaculado, como eterna ofrenda a Nuestra Madre Celestial. A Tí Señor, que nos dejaste a tu Madre, como Madre nuestra, al pie de tu Cruz. Amén.

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