martes, 24 de diciembre de 2019


Tercera Feria, 24 Diciembre

San Gregorio, presbítero y mártir
(† a. 303)


Presbítero que murió mártir, en la persecución de Diocleciano, a comienzos del siglo IV.

En su historia, interviene un personaje llamado Flaco, que es el encargado por el gobierno de Roma, para poner orden en el Imperio, en lo que concierne a la unidad de religión, fundamento del orden social.

Ha pensado en su estrategia contra los rebeldes e inconformistas, de cuya existencia en su territorio, está bien informado: multiplicará los dioses, y obligará a prestarles adoración. Quienes no acaten la orden con fidelidad, serán aniquilados.

En la península itálica, en la Umbria, concretamente en Spoleto, hay un hombre llamado Gregorio, quien se ocupa en hacer el bien a los demás; está interesado en poner remedio, a las necesidades económicas de los más pobres, y de hecho las remedia, en la medida que puede; da consuelo a los tristes, e incluso ocupa el tiempo, animando cuando alguien está desalentado. Es pacífico, y en su vida se advierte la rectitud.

Todos lo tienen por hombre religioso. Incluso a los que lo solicitan, les descubre poco a poco los misterios de Dios, y lo que es más llamativo aún, algunos le siguen, porque tanto su enseñanza, como el estilo de su vida, tienen un atractivo poco común. Sí, hay un no-sé-qué atrayente por su nobleza, y altura de miras.

Pero por lo que se ve, esto no agrada a todos. No quiere sacrificar a los dioses. Tiene ideas distintas. Él no se acomoda a lo establecido. Es acusado de "ser rebelde a los dioses". Afirma que sólo un Dios merece adoración, y tan testarudo se muestra en su convicción, que a pesar de las amenazas y vejaciones, está dispuesto incluso a morir. De hecho así terminó su vida, en el año 303.

Desobediente. Inadaptado. Reaccionario. Indócil. Rebelde. Indisciplinado. Agitador. Inconformista. Independiente. Parece que todos estos calificativos tienen un contenido negativo. Pero, claro... hay que saber contra qué, o contra quien.

Porque —a la postre y para ser justos en el juicio— todo depende de, a qué lado quede la verdad. Quizá resulte que hay que cambiar el esquema, y se deban proponer para premios Nobel, precisamente a los que no se acomoden, a los estándares de la sociedad, y vayan contra el "status".

No siempre "ser como los demás", es signo de "estar en la verdad".

Oración: Te pedimos Señor y Dios Nuestro, que a imitación de San Gregorio, podamos ser los cristianos, Sal y Luz para nuestra sociedad, y así convertirnos en tus dignos discípulos, y permanecer en tu amistad. A Tí Señor, que no temiste desafiar a las fuerzas imperantes, en tu primera venida, y que Vives y Reinas, por los Siglos de los Siglos. Amén.

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