Sexta
Feria, 8 de Noviembre
Severo,
Severino, Carpóforo y Victorino
LOS
MARTIRES CORONADOS DE SAN ALBANO
(+
306)
Fueron
cuatro hermanos, que a su vez eran soldados romanos de alto rango, ya
que estaban asignados, en la corte imperial de Roma. Se negaron a
ofrecer incienso a los dioses romanos, y murieron azotados.
Hay
en Roma, según se va del Coliseo, hacia la basílica de San Juan de
Letrán, una estrecha callejuela, que lleva el nombre, de los Cuatro
Santos Coronados. Viene a terminar en una pequeña plaza, donde se
eleva un edificio característico, que tiene el aspecto de una
fortaleza medieval. Allí descansan sus restos.
También
se celebra otros dos grupos de mártires: primeramente los cinco
canteros de Panonia (Hungría): Simproniano,
Claudio, Nicóstrato, Cástor y Simplicio.
Luego
cuatro Cornicúlarii, o como diríamos hoy, cuatro suboficiales de
caballería, martirizados por la fe; finalmente, otros cuatro santos
de Albano, los nuestros, que se conocen con el nombre de Coronados.
Además
recordamos a los siguientes santos:
-Beata
María Crocifissa Satellico (1706-1745)
-San
Deusdedit o Diosdado, papa, cuyo mérito fue tan grande,
que curó a un leproso con un beso, en el año 618. Gobernó durante
tres años, consagrado a reparar los daños, causados por un
terremoto.
-San
Willehaldo, primer obispo de Brema, 789. Nacido en el
Nortumberland, siguió a los misioneros anglosajones, que obtenían
tantos éxitos en Germania. Comenzó sus predicaciones, en el año
782, y su celo en la predicación era ilimitado. El 19 de noviembre
de 789, consagró su catedral, construida de madera, en honor de San
Pedro.
Algunos
días más tarde, cayó gravemente enfermo. Uno de sus discípulos,
le dijo llorando: "No abandonéis vuestro rebaño, a la furia de
los lobos". Él respondió: "¿Cómo podéis impedirme que
vaya a Dios?. Dejo a mis ovejas en manos de Aquél que me las confió,
cuya misericordia, es capaz de protegerlas". Su sucesor, le
sepultó en la nueva iglesia de piedra, construida en Bremen. San
Willehaldo fue el último de los grandes misioneros ingleses del
siglo VIII.
San
Bonifacio. Recorrió el norte de Europa fundando iglesias,
y poniendo una y otra vez su vida en peligro. Una vez, los paganos
jugaron a los dados, para decidir si debían matarle, y la suerte le
favoreció; otra vez se salvó, porque el hacha vino a dar, en el
cofre de reliquias que llevaba. Después de la conquista de Sajonia
por los francos, Carlomagno se sirvió de él, como pacificador de la
región. Este glorioso misionero murió en el año 789.
-San
Godofredo de Molincourt, obispo de Amiéns, Soissons,
1115.
-
Beata Isabel de la Trinidad (1880-1906)
-San
Mauro, Obispo, Verdún, s. II.
-San
Claro, monje, discípulo de San Martín, biografiado por
Sulpicio Severo, y cantado por San Paulino de Nola.
-San
Gregorio, abad, Einsiedeln (Suiza), 996. Vástago de una
familia real de Inglaterra, dejó a su esposa, antes de consumar el
matrimonio; marchó a Roma, tomó allí el hábito benedictino, y
peregrinando luego hacia el Norte, llegó al monasterio de
Einsiedeln, donde estableció un riguroso tenor de vida, que hizo de
su comunidad, un foco de reforma monástica, en las regiones del
Rhin. Otón I, que era pariente suyo, le favoreció, y le dió el
título de príncipe del Imperio, año 226.
Oración:
Te pedimos
Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la intercesión, de
esta familia de Santos y Mártires, podamos mantener a nuestras
familias, y a la Iglesia, unidas en la Fe, y el Amor a tu Divino
Nombre y Majestad, sirviéndote y adorándote sólo a Tí. Por
nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro e Inocente Cordero, que
Vive y Reina por Siempre, por los Siglos de los Siglos. Amén.
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