domingo, 24 de noviembre de 2019


Domingo 24 de Noviembre

JESUCRISTO: REY DEL UNIVERSO
(Col 1, 16)


Rey de Reyes, y Señor de Señores” (Apocalipsis 19,16)

Cristo es rey por derecho propio, y por derecho de conquista.

Por derecho propio: lo es como hombre y como Dios. Jesucristo en cuanto hombre, por su Unión Hipostática con el Verbo, recibió del Padre "la potestad, el honor y el reino" (cfr. Dan. 7,13-14), y en cuanto Verbo de Dios, es el Creador y Conservador de todo cuanto existe. Por eso, tiene pleno y absoluto poder, en toda la creación (cfr. Jn. 1,1ss).

Por derecho de conquista, en virtud de haber rescatado al género humano, de la esclavitud en la que se encontraba, al precio de su sangre, mediante su Pasión y Muerte en la Cruz (cfr. 1 Pe. 1,18-19).

El Padre lo puso todo, en manos de su Hijo. Debemos obedecerle en todo.

No es justo, apelar al amor como pretexto, para ser laxo en la obediencia a Dios. En nuestra relación con Dios, la obediencia y el amor son inseparables.

«El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y me manifestaré a él.» -Juan 14,21

Los mártires nos dan el ejemplo. Prefirieron morir, antes de negar a Jesús. Muchos mártires del siglo XX en México, España, Cuba y otros lugares, murieron gritando ¡Viva Cristo Rey!. También en nuestro siglo XXI.

Ninguna persona, ni ley, ni entidad, está por encima de Dios. El Pontífice León XIII, enseñaba en la "Inmortale Dei", la obligación de los Estados, en rendir culto público a Dios, homenajeando su soberanía universal.

Diferente a los hombres, Dios ejerce siempre su autoridad para el bien. Quien confía en Dios, quien conoce su Amor, no dejará de obedecerle en todo, aunque algunos mandatos, sobrepasen su entendimiento.

LA FIESTA DE CRISTO REY DEL UNIVERSO
El Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad, que cierra el tiempo ordinario. Su propósito, es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Es una verdad, que siempre la Iglesia ha profesado.

Oración: Digamos siempre con fervor, en el Padre Nuestro: ¡Venga a nosotros tu reino!. Agradezcamos a Jesús, toda su misericordia en este año, que está por finalizar, y sepamos colocarnos en sus manos, en el año que está por venir, en Obediencia, Castidad, Caridad, Pobreza, Mansedumbre y Misericordia. Amén.

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