lunes, 7 de octubre de 2019


Segunda Feria 7 de Octubre

Nuestra Señora del Rosario


El alma que se me encomiende por el Rosario, no perecerá

El Rosario es el escudo contra el infierno; destruye el vicio, libra de los pecados, y abate las herejías

El milagro del Rosario en Hiroshima y en Nagasaki

Historia del Rosario

Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos, como lo hacen los judíos.

Mas tarde, en muchos de los monasterios, se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos, no podían rezar tanto, pero querían, según sus posibilidades, imitar a los monjes. Ya en el siglo IX, había en Irlanda, la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marías.

Los misioneros de Irlanda, más tarde propagaron esa costumbre en Europa, y hubieron varios desarrollos con el tiempo.

Su fiesta fue instituida, por el Papa San Pío V, el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos, en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario.

La celebración de este día, es una invitación para todos, a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada, de un modo especialísimo, a la encarnación, la pasión y la gloria, de la resurrección del Hijo de Dios.

Santo Domingo busca las ovejas perdidas
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Santo Domingo, a rezar el rosario en el año 1208, y le dijo que propagara esta devoción, y la utilizara como arma poderosa, en contra de los enemigos de la Fe.

Domingo de Guzmán, era un santo sacerdote español, que fue al sur de Francia, para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia, por la herejía albingense. Ésta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

También negaban los sacramentos, y negaban la verdad, de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa, y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años, los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos involucrados.

Domingo trabajó por años, en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos.

Domingo dio inicio a una orden religiosa, para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla, en donde Domingo, le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

La Virgen acude en ayuda, de Santo Domingo de Guzmán
La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario, y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían, y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito, porque muchos albingenses, volvieron a la fe católica.

Lamentablemente, la situación entre albingences y cristianos, estaba además teñida de confrontación política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra.

Simón de Montfort, el comandante del ejército cristiano, y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas, a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción, antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria, había sido un verdadero milagro, y creyó firmemente que se debió al rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla, a Nuestra Señora del Rosario.

Las promesas de la Virgen a los que recen el rosario
Un creciente número de hombres, se unió a la obra apostólica de Domingo, y con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores, más conocidos como Dominicos. Con gran celo predicaban, enseñaban, y los frutos de la conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países, como misioneros para la gloria de Dios, y de la Virgen.

El rosario se mantuvo, como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe, y le dijo que reviviera dicha devoción.

La Virgen le dijo también, que se necesitarían volúmenes inmensos, para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario, y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo, referentes al rosario.

Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:

  1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
    2. Prometo mi especialísima protección, y grandes beneficios, a los que devotamente recen mi Rosario.
    3.
    El Rosario es el escudo contra el infierno; destruye el vicio, libra de los pecados, y abate las herejías.
    4. El Rosario hace germinar las virtudes, para que las almas consigan la Misericordia Divina. Sustituye en el corazón de los hombres, el amor del mundo, con el amor de Dios, y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
    5.
    El alma que se me encomiende por el Rosario, no perecerá.
    6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada; se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo, y en todo caso, será admitido a la vida eterna.
    7. Los verdaderos devotos de mi Rosario, no morirán sin los Sacramentos.
    8. Todos los que rezan mi Rosario, tendrán en vida y en muerte, la luz y la plenitud de la gracia, y serán partícipes, de los méritos bienaventurados.
    9. Libraré bien pronto del Purgatorio, a las almas devotas a mi Rosario.
    10. Los hijos de mi Rosario, gozarán en el cielo, de una gloria singular.
    11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario, se alcanzará prontamente.
    12. Socorreré en sus necesidades, a los que propaguen mi Rosario.
    13. He solicitado a mi Hijo, la gracia de que todos los cofrades y devotos, tengan en vida y en muerte, como hermanos, a todos los bienaventurados de la corte celestial.
    14. Los que rezan el Rosario, son todos hijos míos muy amados, y hermanos de mi Unigénito Jesús.
    15. La devoción al Santo rosario, es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

Cómo rezar el Santo Rosario

El Santo Rosario: Mas poderoso que la bomba atómica
Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.

Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial, dos ciudades japonesas, fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.

En Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas, en un radio de aproximadamente 2.5 Km del epicentro, fueron destruidas. Quienes estaban dentro, quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera, fueron quemados.

En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas, vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aproximadamente 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes, sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los japoneses, les habían permitido quedarse. 

La iglesia, junto a la casa de los jesuitas, quedó destruida, pero su residencia quedó en pie, y los miembros de la pequeña comunidad jesuita, sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oído, ni ninguna otra enfermedad, o efecto colateral. 

El Padre Hubert Schiffer, fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años, cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad, y vivió otros 33 años más con buena salud. Él narró sus experiencias en Hiroshima, durante el Congreso Eucarístico, que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad, Jesuita estaban todavía vivos.

El Padre Schiffer, fue examinado e interrogado por más de 200 científicos, que fueron incapaces de explicar, como él y sus compañeros habían sobrevivido. Él lo atribuyó, a la protección de la Virgen María, y dijo: "Yo estaba en medio de la explosión atómica... y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción".

Además, el Padre Shiffer mantuvo que, durante varios años, cientos de expertos e investigadores, estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. Él explicó, que en esa casa hubo una sola cosa diferente: "Rezábamos el rosario diariamente en esa casa".

En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe, había establecido un convento franciscano, cuando estuvo brevemente en el Japón, el cual también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente, el santo rosario.

Oración: Señor mío y Dios mío, te pedimos que nuestra Vida, sea siempre un Rosario de buenas acciones y pensamientos, para que podamos, siempre con la ayuda e inspiración, de la Virgen Santísima, honrarte con el ejemplo de nuestra Vida. Protege al mundo de su destrucción completa, por el rezo del Santo Rosario. Te lo pedimos, por nuestro Señor Jesucristo, que Vive por Siempre. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario