sábado, 19 de octubre de 2019


Sábado 19 de Octubre

SAN PABLO DE LA CRUZ


Fundador de los Padres y Hermanas pasionistas

Vuestro fundador estaba íntimamente convencido, de que los males del mundo, son consecuencia, del olvido de la Pasión de Jesús: por eso, su anhelo incesante, fue recordar, e invitar a recordar la Pasión” (del Papa Benedicto XVI a la congregación de los Pasionistas en 2006)

Breve
Nació en Ovada (Liguria), en el año 1694; de joven ayudó a su padre, en el oficio de mercader. Movido por el deseo de perfección, renunció a todo, y se dedicó al servicio de los pobres y los enfermos, juntándosele después varios compañeros.

Ordenado sacerdote, trabajó con intensidad creciente, por el bien de las almas, estableciendo casas de la Congregación, que él había fundado, ejerciendo la actividad apostólica, y mortificándose con duras penitencias.

Murió en Roma, el día 18 de octubre del año 1775.

Vida de San Pablo de la Cruz
Pablo Danei Massari, nació en Ovada, Italia, el 3 de enero de 1694; más tarde se trasladó a Castellazzo-Bormida, no lejos de su pueblo natal.

Su madre le enseñó a encontrar, en la Pasión de Cristo, las fuerzas para superar las pruebas. Le recordaba el crucifijo, cada vez que experimentaba algún sufrimiento. Enamorado de Jesús Crucificado desde su infancia, quiso entregarle toda su vida. Su padre le leía las vidas de Santos, y esto lo animaba mucho, a ser mejor. Aquel buen hombre, le avisaba también, acerca de lo peligroso y dañino, que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos males.

A los 15 años, un inspirado sermón, le cambió su vida. Su tema era la frase de Jesús: "Si no se convierten, y no hacen penitencia, todos perecerán". Para Pablo, fue el momento que él llama "su conversión". Hizo una confesión general, y desde aquel día, empezó a una vida de penitencia muy rigurosa.

Dormía en el suelo, ayunaba, dedicaba varias horas de la noche a rezar, y a leer libros santos. Luego organizó, con algunos de sus compañeros, una asociación de jóvenes, para ayudar a los demás, con sus palabras y buenos ejemplos, a ser mejores. Varios de esos muchachos, se hicieron religiosos después. Durante una grave enfermedad, la visión del infierno le horrorizó.
Hacia 1715-1716, deseoso de servir a Cristo, se alistó en el ejército en Venecia. Quería defender al cristianismo, de los turcos que amenazaban a Europa. Pero mientras adoraba el Santísimo Sacramento, en una iglesia, comprendió que no era aquella su vocación.

Abandonó el camino militar, sirvió algunos meses en una familia, y regresó a casa. Aunque un tío sacerdote, le dejaba una herencia, para que se casara, Pablo renunció. Rechazó también unos negocios muy prometedores que le ofrecían, y se quedó por varios años, en la casa de sus padres, dedicado a la oración, a la meditación, y a practicar la caridad hacia los pobres.

Hacer memoria del Crucificado
La Virgen María se le apareció, y le dió a conocer el hábito, el emblema, y el estilo de vida, de una comunidad religiosa, que giraría siempre en torno a Jesucristo Crucificado.

Pablo presentó estos mensajes, al obispo de Alejandría, Monseñor Gattinara, y a su director espiritual. Previo el juicio de confesores prudentes, el obispo le revistió del hábito de la Pasión, el 22 de noviembre de 1720.

Se pasó 40 días, en una habitación junto a la sacristía de la iglesia de San Carlos, en Castellazzo, para redactar los Reglamentos, de la futura comunidad, a quienes llamaba "Los Pobres de Jesús".

Vivía todo este tiempo a pan y agua, y durmiendo en un lecho de paja. Sus experiencias, y el estado de su espíritu, durante aquella "cuarentena", se han conservado con el nombre de "Diario Espiritual".

Concluida la experiencia, el obispo le autorizó a vivir, en la ermita de San Esteban de Castellazzo, y a realizar apostolado como laico, ayudando a los sacerdotes, a dar clases de catecismo, y dando misiones.

En el verano de 1721, viajó a Roma, con el deseo de obtener del Papa una audiencia, a fin de explicarle las luces, recibidas sobre una futura Congregación. Los oficiales de la residencia Papal, no le dejaron entrar, por parecerles un aventurero más.

Comienzos de la Comunidad de los Pasionistas
El Papa Benedicto XIV, aprobó los Reglamentos de la Orden, pero suavizándolos un poco. Entonces, empezaron a llegar novicios, y pronto tuvo tres casas de religiosos pasionistas.

En todas las ciudades y pueblos adonde llegaba, predicaba acerca de la Pasión, y Muerte de Jesucristo. Le gustaba utilizar símbolos, que ayudasen a expresar la pasión. A veces se presentaba, con una corona de espinas en la cabeza.

Un oficial, que asistió a algunos de sus sermones, decía: "Yo he estado en muchas batallas, sin sentir el más mínimo miedo, al oír el estallido de los cañones. Pero cuando este padre predica, me hace temblar de pies a cabeza". Es que Dios le había dado, la eficacia de la palabra, y el Espíritu Santo, le concedía la gracia, de conmover los corazones.

En los sermones era duro, para no dejar que los pecadores, vivieran en paz con sus vicios y pecados; pero luego, en la confesión, era comprensivo y amable, invitándolos a hacer buenos propósitos, animándolos a cambiar de vida, y aconsejándoles medios prácticos, para perseverar siendo buenos cristianos, y portándose bien.

Dones extraordinarios
Dios colmó a San Pablo de la Cruz, con dones extraordinarios.

A muchas personas, les anunció cosas que les iban a suceder. Curó a innumerables enfermos. Estando a grandes distancias, de pronto se aparecía a alguno, para darle algún aviso de importancia, y desaparecía inmediatamente.

Rechazaba toda muestra de veneración, que quisieran darle, pero las gentes se apretujaban junto a él, y hasta le quitaban pedacitos de su sotana, para llevarlos como reliquias y recuerdos.

Con su hermano Juan Bautista, trabajaron siempre juntos, predicando misiones, enseñando catecismo, y atendiendo a los pobres. Como ambos eran sacerdotes, se confesaban el uno con el otro, y se corregían en todo lo necesario. Pablo sufrió mucho, la muerte de su hermano en 1765.

Aunque desde 1747, San Pablo fue siempre superior general, no dejó de predicar, ni de escribir cartas, como director espiritual. El Instituto tropezó con oposiciones, dentro de un sector de la lglesia, y la fundación de varios conventos se suspendió, hasta que una comisión pontificia, dictaminó en favor de los Pasionistas.

Religiosas pasionistas.
San Pablo de la Cruz, fundó la comunidad de las Hermanas Pasionistas, que se dedican también a amar, y hacer amar, la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Una campesina, Lucía Burlini, le habló de las "palomas del Calvario", símbolo de unas almas, con el mismo espíritu contemplativo que los religiosos. Aunque Pablo tardó casi cuarenta años, en realizar esta idea, en 1771, nacieron las Pasionistas de clausura, en Corneto, Tarquinia. Al frente, puso a Ma.Crucificada Constantini, benedictina, que con permiso de Clemente XIV, pasó al nuevo monasterio.

Últimos años
En 1772, sintiéndose muy enfermo, mandó pedir al Papa su bendición, para morir en paz. Pero el Sumo Pontífice, le respondió que la Iglesia necesitaba, que viviera unos años más. Entonces se mejoró, y vivió otros tres años.

Después de la supresión de la Compañía de Jesús, Clemente XIV llevó a los Padres de la Misión, a la iglesia de San Andrés del Quirinal, y concedió a Pablo de la Cruz, la casa y la basílica de los Santos Juan y Pablo. En ella, junto al Coliseo, vivió los últimos años de su vida; allí recibió las visitas de Clemente XIV, en 1774, y de Pío VI en 1775. Y allí falleció, unos meses más tarde, el 18 de octubre de 1775, a la edad de ochenta años.

En 1867 fue declarado santo.

Sus reliquias, se conservan en la capilla que se inauguró, en 1880.

Otros santos pasionistas son: San Vicente María Strambi, San Gabriel de la Dolorosa, y Santa Gemma Galgani.

El Papa Benedicto XVI, escribía en una carta, dirigida a los Pasionistas, el 29 de Septiembre de 2006: “Como repetía a menudo vuestro fundador, del mar de amor del Padre, procede el mar de dolor, de la Pasión de Jesús; del corazón del Padre, deriva la Pasión del corazón de Jesús, y de su Cuerpo, que es la Iglesia. Vuestro fundador, estaba íntimamente convencido, de que los males del mundo, son consecuencia, del olvido de la Pasión de Jesús: por eso, su anhelo incesante, fue recordar e invitar a recordar la Pasión”.

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Promesas hechas por Nuestro Señor Jesucristo, a los que meditan su Santa Pasión:

  1. Obtendrán el eterno perdón de sus pecados.
  2. Conseguirán las fuerzas necesarias, para resistir a todas las tentaciones diabólicas.
  3. En la hora de la muerte, gozarán de una paz perfecta, y tendrán la seguridad de salvarse.

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Oración de Jesús en la cruz

Jesús, Dios y hombre Verdadero,
Tú, cargado con mis pecados,
mis miserias y dolores,
llegaste hasta el calvario,
para ser por mí, crucificado.

Aquí me tienes humillado,
y a tus pies postrado,
te pido fortaleza en mis pesares,
consuelo en mis dolores,
luz en mis dificultades,
prudencia en mi proceder,
en mis alegrías serenidad,
en todos mis catos bondad,
y en toda mi vida,
a tu Santa Ley, fidelidad.

Amén.

200 días de indulgencias

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Oración Final: Señor mío y Dios mío, queremos acompañarte, en tu dolorosa Pasión, que se renueva todos los días, a las tres de la tarde, con una sencilla oración a esa hora, a fin de que nuestro corazón, alivie tu sufrimiento, por todos los pecados y blasfemias nuestras, y del mundo. También queremos hacerlo todos los Jueves de 23.00 a 24.00, o en un momento, antes de ir a dormir. Amén.

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