jueves, 17 de octubre de 2019


Quinta Feria, 17 de octubre

San Ignacio de Antioquía

Obispo, mártir, Padre Apostólico

"Que ninguna cosa, visible o invisible, se me ponga delante, a trueque de alcanzar a Jesucristo"

Fuego ardiente de amor
La palabra "Ignacio" viene de "ignis" (fuego). El corazón de San Ignacio, era un fuego ardiente, de amor por Cristo. Decía que Cristo está en el pecho de los cristianos.


Icono griego sin fecha
Monasterio de la Transfiguración
Brookline, MA, EE.UU.

Breve
De sobrenombre "Theophorus" (portador de Dios). Fue ilustre testigo de Cristo, por su palabra y por su martirio. Nace entre años 30 al 35 DC, muere C 107DC

San Ignacio de Antioquía, fue discípulo directo de San Pablo y San Juan; Segundo sucesor de Pedro, en el gobierno de la Iglesia de Antioquía; El primero en llamar a la Iglesia "Católica".
Sus escritos demuestran que la doctrina de la Iglesia Católica, viene de Jesucristo, por medio de los Apóstoles.

Esta doctrina incluye:
La Eucaristía;
La jerarquía y la Obediencia a los Obispos;
La presidencia de la iglesia de Roma;
La virginidad de María, y el don de la virginidad;
El privilegio que es morir mártir de Cristo.

Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma, y allí recibió la corona de su glorioso martirio, en el año 107, en tiempos del emperador Trajano.

En su viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias iglesias, en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia, y de la vida cristiana. Ya en el siglo IV, se celebraba en Antioquía su memoria, el mismo día de hoy.

Pues leer sus cartas en este lugar https://bit.ly/2R0RMGX

Conoció a los Apóstoles
A San Ignacio de Antioquía, se le llama Padre Apostólico, porque habiendo nacido en Antioquía, en el siglo I, fue discípulo de los Apóstoles, San Pablo y San Juan.

Consagrado obispo por los Apóstoles

San Ignacio de Antioquía, fue el tercer obispo de Antioquía, Siria, siendo San Pedro y San Evodio, los dos primeros (Eusebius, "Hist. Eccl.", II, iii, 22).

San Juan Crisóstomo ("Hom. in St. Ig.", IV. 587), escribe que San Ignacio, fue consagrado obispo, de manos de los Apóstoles Pedro y Pablo. Según Theodoret, Ignacio fue asignado obispo de Antioquía, por San Pedro. (Theodoret, "Dial. Immutab.", I, iv, 33a, Paris, 1642.)

Antioquía era la tercer ciudad más importante del imperio, después de Roma y Alejandría. También era una de las iglesias más importantes e influyentes. Habían en Antioquía, muchos cristianos de procedencia judía, que huyeron de la destrucción de Jerusalén, ocurrida en el año 70 DC.

Los credenciales de San Ignacio, como verdadero testigo de la doctrina apostólica:

  1. San Ignacio fue discípulo de los Apóstoles, San Pablo y San Juan.
  2. Recibió de ellos, las Sagradas Escrituras. En sus cartas encontramos numerosas citas literales, de los Evangelios Sinópticos.
  3. Recibió de ellos también, la revelación, transmitida a voz viva. Ésta le capacita, para ser intérprete veraz de la revelación escrita. San Juan escribe: "Hay además, otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría, para contener los libros que se escribieran" Juan 21,25. Esas "otras cosas", forman la revelación, transmitida oralmente a San Ignacio, y a los otros Padres Apostólicos.
  4. -San Ignacio gozaba, de la plena aprobación y confianza de los Apóstoles, ya que ellos mismos, lo ordenaron Obispo de Antioquía, sede de suma importancia. Permaneció en esa insigne sede por 40 años, hasta su martirio.
  5. La ortodoxia de San Ignacio, era ampliamente reconocida, tanto por los padres de la Iglesia de su tiempo, como en todos los siglos. Gozaba también, del reconocimiento de los fieles, como lo demostraron, recibiéndolo en todas las ciudades por donde pasaba, camino a su martirio en Roma.
  6. La autenticidad de sus cartas, está firmemente establecida. San Ignacio, siendo gran pastor y teólogo, presenta con claridad y lucidez, la doctrina católica, ampliamente reconocida en su tiempo como Apostólica. Sus siete cartas, demuestran claramente, la catolicidad de los albores del cristianismo.

Algunas Enseñanzas de San Ignacio de Antioquía:

Los escritos del Obispo San Ignacio de Antioquía, son de suma importancia, porque demuestran la catolicidad de la doctrina, desde tiempos apostólicos. Sus cartas constituyen un testimonio, de su amor apasionado por Cristo, su profundidad, y claridad de pensamiento teológico, y profunda humildad.

San Ignacio manifiesta absoluta certeza, de que su inminente martirio por Cristo, es un privilegio, por lo que no quiere que nadie lo obstruya.

Parto Virginal de María
Es el primer escritor, fuera del Nuevo Testamento, en escribir sobre esta verdad.
"Y al príncipe de este mundo, se le ocultó la virginidad de María y su parto, y también la muerte del Señor". (Carta a los de Efeso)

Cristo: humano y divino
Como San Juan, San Ignacio nos muestra, que Cristo es humano y divino. "Hijo de María e hijo de Dios; primero pasible, después impasible, Jesucristo Nuestro Señor" (Efes., c. xvii). Su doctrina es una defensa, contra dos tendencias de la época: por un lado algunos de los judaizantes, negaban la encarnación, y creían en un Jesús solo humano. Por otro lado, los docetistas negaban la humanidad de Cristo.

La Eucaristía
San Ignacio de Antioquía, es el primero, en usar la palabra "Eucaristía", para referirse al Santísimo Sacramento (Esmir., c. viii). San Ignacio utiliza la terminología joánica, para enseñar sobre la Eucaristía, a la que llama "la carne de Cristo", "Don de Dios", "la medicina de inmortalidad".

Llama a Jesús "pan de Dios", que ha de ser comido en el altar, dentro de una única Iglesia:

No hallo placer, en la comida de corrupción, ni en los deleites de la presente vida. El pan de Dios quiero, que es la carne de Jesucristo, de la semilla de David; su sangre quiero por bebida, que es amor incorruptible. Reuníos en una sola fe, y en Jesucristo. Rompiendo un solo pan, que es medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir por siempre en Jesucristo”.

San Ignacio denuncia a los herejes, "que no confiesan que la Eucaristía, es la carne de Jesucristo, nuestro Salvador; carne que sufrió por nuestros pecados, y que en su amorosa bondad, el Padre resucitó”.

El día del Señor es el domingo
Los que vivían según el orden de cosas antiguo, han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida, es bendecida por Él, y por su muerte”. -S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9,1

La Iglesia
Es una institución divina, cuyo fin es la salvación de las almas; quienes se separan de ella, se separan de Dios”. (San Ignacio de Antioquía, a los de Filadelfia., c. iii)
-Debe permanecer en unidad.
La unidad es expresión del amor. (Trall., c. vi; Filad., c. iii; Magn., c. xiii)
-Es Santa. (Esmirna, Efes., Magn., Trall., Rom.);
-Es Católica
Fue San Ignacio, quien por primera vez, se refirió a la Iglesia, como "Iglesia Católica" (Universal), incluyendo en ella a todos los que son fieles a la verdad. (Esmirna., c. viii)

"Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera, que Jesucristo está, también está la Iglesia Católica".

-Es Infalible (Fila., c. iii; Efes., cc. xvi, xvii)

-Tiene jerarquía, a la que debemos estar unidos en obediencia
San Ignacio, como San Juan, puso mucha atención, en la relación entre el Padre y el Hijo. El Hijo, siempre sujeto por amor a la voluntad del Padre, uno con Él por naturaleza. San Ignacio deduce, que debemos imitar a Cristo en su obediencia filial, obedeciendo a los obispos de la Iglesia (lntrod. a Fila.; Efes., c. vi); .
Sus cartas enseñan, que debe haber en la Iglesia disciplina, unidad, y sujeción a la jerarquía.

Por esto, debéis estar acordes con el sentir de vuestro obispo, como ya lo hacéis. Y en cuanto a vuestro colegio presbiteral, digno de Dios y del nombre que lleva, está armonizado con vuestro obispo, como las cuerdas de una lira. Este vuestro acuerdo, y concordia en el amor, es como un himno a Jesucristo.

Procurad todos vosotros, formar parte de este coro, de modo que por vuestra unión, y concordia en el amor, seáis como una melodía, que se eleva a una sola voz, por Jesucristo al Padre, para que os escuche y os reconozca, por vuestras buenas obras, como miembros de su Hijo. Os conviene, por tanto, manteneros en una unidad perfecta, para que seáis siempre partícipes de Dios”.  (De la Carta a los Efesios).

Sus palabras, recuerdan a las de San Pablo, en Efesios, 4: "Con empeño por guardar la unidad de espíritu, en el vínculo de la paz: un solo cuerpo y un solo Espíritu, a la manera que fuisteis llamados, en una sola esperanza de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, y obra por todos, y mora en todos".

-Los tres niveles del sacramento del orden, el episcopado siendo superior, el presbiterio (sacerdotes), y por último el diaconado (Magn., c. vi).

La primacía del obispo de Roma: “El mismo San Ignacio, que alrededor del año 107 DC, llamó a la Iglesia "Católica", y nos enseña que tiene obispos con autoridad, nos enseña también, que la Iglesia tiene quien la presida: "...la que reside en el territorio de los romanos... la que preside en la unión del amor..."  (Rom., introd.).

Su firme enseñanza, sobre la obediencia a los obispos, es aún más admirable, cuando él mismo, siendo obispo, fue siempre muy humilde.

Matrimonio Sacramental
San Ignacio enseña, sobre el matrimonio en la iglesia: "...los varones y las mujeres que deseen casarse, deben realizar su enlace, conforme a las disposiciones del obispo..." (Filipenses 5,2).

La Virginidad, virtud sobrenatural (Polyc., c. v)
San Ignacio es claro y fuerte, contra la herejía, pero también recalca la necesidad, de ser indulgentes y tolerantes, con los que están en error.

Rueguen incesantemente, por el resto de los hombres -porque hay en ellos, esperanza de arrepentimiento, para que lleguen a Dios. Por lo tanto instrúyanlos, con el ejemplo de sus obras. Cuando ellos estallen en ira, ustedes sean mansos; cuando se vanaglorien al hablar, sean ustedes humildes; cuando les injurien a ustedes, oren por ellos; si ellos están en el error, ustedes sean constantes en la fe; a vista de su furia, sean ustedes apacibles”.

No ansíen el desquite
Que nuestra indulgencia, les muestre que somos sus hermanos. Procuremos ser imitadores del Señor, esforzándonos para ver, quién puede sufrir peores injusticias, quién puede aguantar que lo defrauden, que lo rebajen a la nada; que no se encuentre en ustedes cizaña del diablo. Sino con toda pureza y sobriedad, vivan en Cristo Jesús, en carne y en espíritu”. (Carta a los efesios).

Oración: Señor y Dios nuestro, concédenos que por los méritos y la intercesión de San Ignacio de Antioquía, pueda la Iglesia Católica, permanecer en Unidad hasta tu venida, preservando siempre en nuestro corazón, la doctrina enseñada por tu Divino Hijo y los Apóstoles. Por nuestro Señor Jesucristo, quien Vive y Reina por siempre, por los Siglos de los Siglos. Amén.



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