domingo, 5 de marzo de 2017

Domingo 5 de marzo

San Juan José de la Cruz

Religioso

(1654-1734)

A su hábito lo consideraba como la túnica de Cristo, signo de su consagración a Él.

Otros Santos

San Juan José de la Cruz, de la Orden Franciscana de San Pedro de Alcántara. Nace en 1654 en el volcánico islote de Ischia, frente a Nápoles, de una familia muy cristiana, cuyos cinco hijos se consagran a Dios en la vida religiosa.

En el bautismo recibió el nombre de Carlos Cayetano. Su familia era noble y piadosísima; sus padres, José Calosinto y Laura Garguilo, vieron, con santo consuelo, que cinco hijos suyos se consagraron al Señor. A todos aventajó Carlos en virtud y santidad de vida.

Ya en sus tiernos años gustaba sobremanera del retiro, silencio y oración; se apartaba de los juegos y entretenimientos de sus hermanos, y consagraba el tiempo de los recreos a visitar iglesias, orando en ellas con angelical devoción.

Tenía especial cariño y amor a la Virgen nuestra Señora, y cada día rezaba el Oficio Parvo y otras preces marianas, como el rosario y las letanías, ante un pequeño altar que Él mismo había aderezado en su aposento a la gloriosa Reina del cielo. Los sábados y vigilias de sus fiestas solía ayunar a pan y agua.

Lo mismo de maestro de novicios, que de superior provincial y director de almas, San Juan José de la Cruz hace de su vida una Cuaresma de oración y penitencia, con ayunos, y cilicios en cruz, rigurosísimos.

Sobresaliente por su austeridad, insistió en una austeridad igual de estricta para los novicios a su cargo. Incluso tuvo la idea de edificar eremitorios fuera del edificio principal del monasterio, de modo que se pudiese practicar una autodisciplina aún mayor.

A pesar de su exacta observancia de las reglas de su orden, puso también un especial cuidado en que los novicios tuvieran tiempos regulares de recreo. Entendió, que lejos de ser un lujo, el recreo es una necesidad del espíritu humano.

En su amor a la pobreza, llega a ser llamado "el Padre Cien Remiendos". A su hábito lo consideraba como la túnica de Cristo, signo de su consagración a Él.

Y hasta su muerte en Nápoles, con 80 años, el 5 de marzo de 1734, acata siempre la Providencia de Dios; persuadido de que un ser como el hombre, no puede abarcar los insondables designios divinos.

Este admirable y santísimo siervo de Dios fue canonizado por Gregorio XVI junto con San Alfonso María de Ligorio, San Francisco de Jerónimo, San Pacífico y Santa Verónica de Juliani. Sus sagradas reliquias están en la ciudad de Nápoles, en la iglesia del convento de Santa Lucía del Monte.

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Hoy recordamos con Amor y Agradecimiento a San Eusebio Palatino y compañeros mártires, ocurrido en los primitivos tiempos, según cuenta el Martirologio Romano, padeció en África por el Nombre del Señor Jesús, junto a otros ocho compañeros. El paso por aquel Continente supuso para ellos, el fiel cumplimiento del mandato de Cristo de anunciar el Evangelio a toda la Creación.


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Oración: Te pedimos Señor, que por los méritos e intercesión de San Juan José de la Cruz, y San Eusebio Palatino y compañeros mártires, podamos considerar a nuestros vestidos y posesiones como tu sagrada túnica, manteniendo nuestro cuerpo libre de toda concupiscencia y deseos desordenados, y así permanecer como sagradas ramas insertas en la sagrada vid que eres Tú. A Tí Señor que tienes las siete llaves de las siete iglesias, y lo que Tú abres nadie puede cerrar, y lo que Tú cierras nadie puede abrir. Amén.


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