26 de julio de 2024
Beata María Pierina de
Micheli
Religiosa
(1945)
"Illumina, Domine, vultum tuum super nos" (Ilumínanos con tu rostro o Señor)
Martirologio Romano: En Centonara D´Artò, provincia de Novara, Italia, Beata Maria Pierina de Micheli (en el siglo Giuseppina), religiosa del Instituto de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires, Argentina.
Fecha de Beatificación: 30 de mayo de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.
El 11 de septiembre de 1890, nació en Milán (Italia) Josefina De Micheli. A la edad de 12 años, un Viernes Santo, esperando el turno para besar el crucifijo, oyó una voz interior que le dijo: “¿Nadie me da un beso de amor en el Rostro, para reparar el beso de Judas?”. Llegado el momento, como ella misma lo relata, le dio un fuerte beso, con todo el ardor de su corazón. Con el pasar de los años, esta devoción fue creciendo.
En Milán, cerca de la casa de la
familia De Micheli, en 1912, se establece una comunidad de la
congregación “Hijas de la Inmaculada Concepción”, venida de la
Argentina, a la que el párroco de San Pietro in Sala, le confía el
oratorio femenino.
El 15 de octubre de 1913, a la edad de 23
años, Josefina ingresa a esta Congregación, y es recibida por la
Fundadora, Sierva de Dios María Eufrasia Iaconis.
Al año
siguiente, en la ceremonia de la vestición religiosa, recibe el
nombre de María Pierina. Cuatro años después de emitir los
primeros votos, es destinada con otras compañeras, a la Casa Madre
de la Congregación, en Buenos Aires. Allí, en 1921, se consagra
para siempre, con la emisión de los votos perpetuos, y en noviembre
del mismo año, vuelve a Milán.
Luego de ser, durante varios
años, Superiora de Milán, en 1939 pasa a Roma, como Superiora de
una nueva casa, y en 1940 recibe el nombramiento de Superiora
Regional.
Medalla de la Santa Faz
Con la bendición
y el aliento de Pío XII, acuña y difunde la medalla, que la
Santísima Virgen le había pedido. La Madre Pierina comunica al Papa
que, el 31 de mayo de 1938, mientras oraba en la Capilla de Milán,
tuvo una visión, en la que la Virgen María le mostraba un
escapulario, formado por dos retazos de tela blanca: uno con la
imagen del Divino Rostro, y a su alredor el texto "Illumina,
Domine, vultum tuum super nos" (Ilumínanos con tu rostro o
Señor), y sobre el otro lado, una Hostia resplandeciente, y a su
alrededor el texto "Mane nobiscum Domine" (Estás con
nosotros Señor).
Ese escapulario, reemplazado luego por la
medalla, será “un arma de defensa, un escudo de fortaleza, una
prenda de amor y misericordia, que Jesús quiere dar al mundo”.
Promete a los que la lleven, y hagan los días martes una visita al
Santísimo Sacramento, “ser fortificados en la fe, prontos a
defenderla, y a superar todas las dificultades internas y externas”
y además “una muerte serena bajo la mirada de su Divino
Hijo”.
Transcurridos los duros años de la Segunda
Guerra Mundial, y apenas le fue posible, la Madre Pierina, parte el 7
de junio de 1945 de Roma hacia Milán en un camión, con el deseo de
volver a ver a las Hermanas.
En los primeros días de julio,
llega a la casa “Santo Volto” (Santo Rostro) en Centonara D´Artò,
provincia de Novara, donde habían trasladado el Noviciado. Enferma
gravemente y allí, el 26 de julio de 1945, a la edad de 54 años, se
duerme en el Señor, rodeada por sus hijas espirituales.
Carisma
específico de la Madre María Pierina
María Pierina De
Micheli, vivió intensamente el carisma de las “Hijas de la
Inmaculada Concepción”. Amó profundamente a la Virgen Inmaculada,
con un corazón siempre dispuesto, a aceptar la voluntad de Dios.
Manifiesta en su Diario: “Quiero pedir cada día a la Virgen, la
gracia de vivir en un abandono gozoso”.
Como don personal,
experimentó un incondicional amor al Divino Rostro de Jesús, que se
le presentó numerosas veces, haciéndole participar de sus
sufrimientos, y pidiéndole que se entregase, como reparadora por la
santificación de los sacerdotes, y la conversión de los pecadores,
gozando también de las consolaciones propias de los místicos.
La
medalla que ella acuñó, fue instrumento de numerosas gracias, y se
sigue difundiendo a lo largo de los años.
Congregación
Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires
La
familia religiosa, de las Hijas de la Inmaculada Concepción, nació
en Buenos Aires en 1904, fundada por la Sierva de Dios María
Eufrasia Iaconis.
Sus miembros, se sienten llamadas a vivir su
identidad eclesial, con un carisma particular, inspirando la vida
espiritual y el apostolado, en el misterio de la Inmaculada
Concepción.
Animadas de esta específica espiritualidad
mariana, las Hijas de la Inmaculada Concepción, están disponibles a
la Voluntad de Dios, a favor de los hermanos, cultivando una gran
apertura, a las necesidades de la Iglesia, siguiendo el ejemplo de su
Fundadora, una mujer fuerte y fiel, que enfrentó grandes
dificultades, dispuesta a cualquier sacrificio, por el bien de la
Congregación.
La Madre María Eufrasia Iaconis, llegó a la
Argentina a fines del siglo XIX, y su primera tarea, fue la
asistencia a los enfermos, en el Hospital Italiano de Buenos Aires.
Más tarde se lanzó a la tarea educativa, fundando colegios en
diversas provincias del país. Su espíritu incansable y generoso, la
llevó a fundar también en Milán, Italia. Falleció el 2 de agosto
de 1916, a la edad de 48 años.
Sus hijas, con el deseo de ser
la presencia de María en el mundo de hoy, desarrollan su apostolado
en colegios, hospitales, hogares de ancianos, pensionados, guarderías
infantiles, parroquias y obras misioneras.
En la Argentina se
encuentran presentes en las provincias de Buenos Aires, Córdoba,
Santa Fe y Entre Ríos. El carisma se ha extendido a Italia, España,
Brasil, Chile y México.
Fuente: aica.org
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