21 de Julio 2024
San Alberico Crescitelli
Presbítero y Mártir
(1863
- 1900)
En
Yanzibian, cerca de Yangpingguan, en China, San Alberico Crescitelli,
presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras,
que en la persecución desencadenada por la secta de los Yihetuan,
golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue arrastrado
al día siguiente, atados sus pies, por un camino empedrado, hasta
cerca de un río, donde obtuvo la palma del martirio al ser
despedazado y decapitado su cuerpo.
Alberico, el cuarto de los
once hijos de Benjamín Crescitelli y de Digna Bruno, nació el 30 de
junio de 1863, en Altavilla Irpina, provincia de Avellino.
Su
párroco advirtió su piedad, e hizo que iniciara sus estudios. A los
quince años, Alberico entró al seminario pontificio de San Pedro y
San Pablo, para las Misiones Extranjeras en Roma.
Durante sus
estudios, tuvo el dolor de perder a su padre y a una hermana, muertos
por un terremoto, en Casamicciola. Fue ordenado sacerdote el 4 de
junio de 1887. Cuando pasaba unos días con su familia, se declaró
una epidemia de cólera.
Con el permiso de sus superiores, se
quedó allí para ayudar a los enfermos. Su constancia y su
dedicación, le valieron el reconocimiento de Iodos, y el gobierno
italiano le otorgó una medalla. Se alejó furtivamente de Altavilla
Irpina, la mañana del 31 de octubre. Su madre, al notar su ausencia,
lo encomendó a la Virgen María, con amargo llanto.
Después
de haber tenido el honor, de ser recibido por el Papa León XIII,
dejó Roma el 2 de abril de 1888, y se embarcó para Marsella. Llegó
a China el 18 de agosto. Fue designado para el vicariato apostólico
de Shen-Si, que debía recorrer constantemente. Jamás retrocedió,
ante las fatigas ni las incomodidades de los alojamientos
improvisados, atento sólo a penetrar lo más completamente posible,
en la mentalidad de las poblaciones medio salvajes, que le habían
sido confiadas.
La miseria era extrema, y no vacilaba en
reclamar para los cristianos, las mismas cantidades de arroz que se
distribuían entre los paganos. Nunca se sintió extranjero, y empleó
su tenacidad, para estudiar los problemas del cultivo del arroz, pues
creía que al interesarse, en los problemas vitales de la China,
atraería a los chinos al Evangelio.
El cálculo era justo.
Construyó una iglesia en Han-Yang-Pin, para los nuevos cristianos.
En 1900, el vicario apostólico, le pidió que se fuera a la región
de Ning Kiang, que todavía no había sido evangelizada. Fue allí
donde le sorprendió la revuelta de los boxers.
Para no
comprometer a sus amigos, se fue a Yan-Pin-Kouan, en donde le
reconocieron. Golpeado, torturado y arrastrado por los pies sobre las
piedras del camino, fue finalmente decapitado, cerca de Yen-Tsé-Pien,
el 21 de julio de 1900. Fue beatificado por Pío XII, el 18 de
febrero de 1951, y canonizado junto con los demás mártires chinos
el 1 de octubre de 2000.
Carta Apostólica de SS
Pío XII en ocasión de la beatificación, Acta Apostolicae Sedis,
vol, XLIII, 1951, pp. 159-163, con un resumen en latín de los
hechos. Traducción del discurso de Pío XII en la Documemtation
catholique, Vol. XLVIII, 1951, cols. 321-324.
Fuente:
«Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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