12 de Julio 2024
Santos Fortunato y Hermágoras
Mártires
(Siglo
I)
Los milagros ocurridos en su celda, convirtieron al
carcelero y a los habitantes de Aquilea.
En
Aquilea, en los confines de Venecia, Santos Fortunato y Hermágoras,
mártires.
Según una tradición que data del siglo VIII, San
Marcos el Evangelista, antes de ir a fundar la Iglesia de Alejandría,
fue enviado por San Pedro, a evangelizar Aquilea, al norte de Italia.
El Apóstol predicó ahí el Evangelio, reforzó su
predicación con milagros, y convirtió a muchos paganos. Al partir
de Aquilea, nombró obispo a un «distinguido personaje»,
llamado Hermágoras, a quien San Pedro confirió la consagración
episcopal.
Los cristianos de Istria y sus alrededores, le
veneran como primer obispo de Aquilea. San Hermágoras, acompañado
por su diácono San Fortunato, predicó el Evangelio en Belluno,
Como, Ceneda y otras ciudades.
Las actas de San Hermágoras,
que son muy posteriores, y carecen de valor histórico, cuentan que
Nerón envió a Sebastio a Aquilea, para que pusiese en vigor, los
edictos de persecución contra los cristianos. Sebastio encarceló y
torturó a San Hermágoras.
Una noche, el carcelero vio la
celda donde estaba el santo, iluminada por una luz muy brillante; el
prodigio le impresionó tanto, que se convirtió al cristianismo.
Pero lleno de un entusiasmo imprudente, salió a gritar por las
calles de la ciudad: «¡Grande es el Dios de Hermágoras, y
grandes los prodigios que obra!»
Muchas gentes acudieron
entonces a la prisión, y vieron la luz en la celda del santo, y se
convirtieron. Aprovechando la oscuridad de la noche, Sebastio mandó
decapitar inmediatamente, a San Hermágoras y a San Fortunato.
El
culto a Hermágoras y Fortunato, en la región de Aquilea, es
verdaderamente antiguo, pero de ninguna manera tiene relación, con
la predicación de San Pedro o San Marcos. Hermágoras, encabeza la
lista de obispos del lugar, y vivió posiblemente a mediados del
siglo III; Fortunato también fue un mártir local, pero no hay
ninguna razón para relacionarlo con el obispo.
Véase
Acta Sanctorum, julio, vol. III; Delehaye, Comentario sobre el
Martirologium Hieronymianum, pp. 371-372, y Origines du Culte des
Martyrs, pp. 331-332. N.ETF: he completado la noticia con datos
tomados de Enciclopedia dei santi.
Fuente: «Vidas de
los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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