23 de Julio 2024
SANTAS RÓMULA y COMPAÑERAS REDENTA y
HERUNDINA
Virgenes
(Siglo VI)
Dice
San Gregorio Magno, que la primera fundó una especie de monasterio
en Roma, donde las tres nobles damas, hicieron vida ejemplar
guardando castidad, mortificándose mucho, y sirviendo a los pobres y
enfermos.
El 23 de julio, el Martirologio Romano
menciona a "las santas vírgenes Rómula, Rédenta y
Herundina, acerca de las cuales escribió el Papa San Gregorio."
Santa Herundina inició a Santa Rédenta en la práctica de las
virtudes, y de la vida eremítica.
Más tarde, Redenta se
retiró a las colinas de Palestrina, con Santa Rómula y otra mujer,
para establecerse hacia el año 575, en una casita próxima a la
iglesia de Santa María la Mayor.
San Gregorio, quien las
conoció personalmente, cuenta que daban ejemplo, de humildad y
obediencia perfectas, y que casi no abrían la boca, más que para
orar.
Durante los últimos años de su vida, Rómula estuvo
paralítica en el lecho, pero supo aprovechar bien su enfermedad, ya
que jamás se quejaba, y vivía con la mente fija en Dios, apartada
de todas las distracciones del mundo.
Aunque era bastante más
joven que Redenta, Rómula murió antes, seguramente a causa de esa
enfermedad. Una noche, Rómula y su compañera oyeron gritar a Santa
Redenta; al punto acudieron, y encontraron su habitación llena de
una luz maravillosa, y oyeron voces como de una muchedumbre que se
acercaba.
Al verlas tan asustadas, Rómula las tranquilizó:
"No temáis", les dijo, "todavía no ha
llegado la hora de mi muerte." Tres noches después, las
llamó de nuevo, y les pidió que le llevasen el viático.
Apenas
acababa de recibirlo, se oyó una música celestial, como si los
ángeles estuviesen cantando, junto a la puerta, en coros alternados.
Así murió Rómula, y los cantos se apagaron poco a poco, como si
los ángeles se alejaran, con el alma de la santa hacia el Paraíso.
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