5 de Agosto 2024
Santa Afra de Augsburgo
Mártir
(304)
Martirologio
Romano: En Augsburgo, de la Retia, Santa Afra, mártir. Siendo
pecadora, se convirtió a Cristo, y sin haber sido aún bautizada,
según cuenta la tradición, fue quemada viva por confesar a
Cristo.
Breve Biografía
La Ciudad de Augusta
(la actual Augsburgo), se encontraba situada en la parte norte, de la
Provincia Romana de Rhtia, sobre el río Lech, no lejos de su
confluencia con el río Danubio.
Era una colonia Romana
importante, investida con derechos municipales (municipium) por el
Emperador Adriano, en la cual el Cristianismo, había penetrado aún
antes de la era de Constantino, como lo prueba, fuera de toda duda,
el martirio de Santa Afra.
Es un hecho histórico
indiscutible, que una Cristiana llamada Afra, fue ejecutada en
Augsburgo, durante la persecución de Diocleciano (c. 304) por su
inconmovible profesión de fe, y que ya en una época temprana, su
tumba era objeto de gran veneración.
El así llamado
"Martyrologium Hieronymianum", que es una compilación, de
varios calendarios y listas de mártires, cuyos inicios datan del
siglo cuarto, menciona, el 5 de Agosto (en algunos MSS., 6 o 7 de
Agosto), que Santa Afra padeció en la ciudad de Augsburgo, y fue
enterrada allí.
En el siglo sexto, en su poema sobre St.
Martin, Venantius Fortunatus, Obispo de Poitiers, también menciona a
Augsburgo, como su lugar de sepultura.
En resumen, hay una
compilación de dos diferentes narraciones, una la historia de la
conversión de Santa Afra, y la otra la historia de su martirio.
El
origen de la primera es posterior, y es muy probable que contenga
meramente una narración legendaria, de la época Carolingia, escrita
con la intención de hacer participar a Santa Afra, en la
organización de la iglesia en Augsburgo.
Cuenta que los
abuelos de Afra, llegaron procedentes de Chipre a Augsburgo, y que
allí fueron iniciados, en la adoración de la diosa Venus. Afra fue
entregada como prostituta, al servicio de la diosa, por su propia
madre Hilaria o Hilara.
Durante la persecución de
Diocleciano, Narciso, Obispo de Gerundum en España, se refugió de
sus perseguidores en Augsburgo, y encontró asilo en el hogar de
Afra. Por sus esfuerzos, la familia se convirtió al Cristianinismo,
y fueron bautizados.
Al partir Narciso ordenó presbítero (u
Obispo), al hermano de Hilaria llamado Dionisio. Esta historia del
martirio de Afra, termina mencionando que su mamá y tres doncellas
de Afra (Digna, Eunomia o Eumenia, y Eutropia o Euprepia), quienes
después que los restos de la mártir, fueron colocados en su tumba,
ella también sufrieron martirio siendo quemadas.
La Segunda
parte de las “Actas de Afra”, que tratan de su juicio y muerte
(Ruinart, Acta Sincera, 482-484, Ratisbon, 1859), es más antigua.
Según Duchesne, data de finales del siglo cuarto, o principios del
siglo quinto.
Por tanto, puede haber preservado, no solo el
hecho del martirio, sino también detalles confiables, relativos a la
Santa y a su muerte. Según este Passio, Afra (ver ACTAS DE LOS
MARTIRES) fue condenada a morir quemada porque se confesó Cristiana,
y se rehusó a participar en ritos paganos. Fue ejecutada en la
pequeña isla del río Lech, y sus restos fueron sepultados cerca del
lugar de su muerte.
El testimonio de Venantius Fortunatus,
señala que su tumba fue objeto de gran veneración, durante el siglo
sexto. Sus restos permanecen hasta ahora en Augsburgo, en la iglesia
de los Santos Ulrico y Afra, al lado de la cual, se levanta una
famosa abadía Benedictina.
Fuente: Enciclopedia Católica ||
ACI Prensa
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