2 de Agosto de 2024
San Pedro Julián Eymard
Presbítero y
fundador
(1811 - †: 1868)
País: Francia
San
Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual fue primeramente sacerdote
diocesano, y después miembro de la Compañía de María. Adorador
eximio del misterio eucarístico, instituyó dos nuevas
congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y
difundir la piedad.
Pedro Julián, nació en un pueblito de la
diócesis francesa de Grénoble, llamado Mure d'Isére, en el año
1811. En la misma diócesis, ocurrieron las apariciones de la Virgen
en La Salette.
Trabajó con su padre en su fábrica de
cuchillos, y mas tarde en una prensa de aceite, hasta que cumplió 18
años. En sus horas libres, estudiaba latín y recibía clases de un
sacerdote de Grénoble, con quien también trabajo por un tiempo.
En
1831 entra en el seminario de Grénoble, y en tres años es ordenado
sacerdote. En sus primeros cinco años de sacerdote, sirvió en una
parroquia en Chatte y Monteynard. Luego pidió permiso al obispo,
para ingresar en la Congregación de los Maristas.
El obispo
se lo concede diciendo: "La mejor prueba de estima, que puedo
dar a esa congregación, es permitir a un sacerdote como vos ingresar
en ella". Al terminar su noviciado, Pedro Julián fue
nombrado director espiritual, del seminario menor de Belley, y mas
tarde fue elegido provincial de Lyon en 1845.
El centro de su
vida espiritual, había sido siempre la devoción al Santísimo
Sacramento. El santo decía: "Sin Él, perdería yo mi alma".
El santo nos relata una experiencia extraordinaria, en una procesión
de Corpus Christi, mientras llevaba al Santísimo en sus manos:
"Mi alma se inundó de fe y de amor por Jesús, en el Santísimo
Sacramento. Las dos horas, pasaron como un instante. Puse a los pies
del Señor, a la Iglesia de Francia, al mundo entero, y a mi mismo.
Mis ojos estaban llenos de lágrimas, como si mi corazón fuese un
lagar. Hubiese yo querido en ese momento, que todos los corazones
estuvieran con el mío, y se incendiaran con un celo como el de San
Pablo".
Hizo una peregrinación, al Santuario de
Nuestra Señora de Fourviéres en 1851: "Me obsesionaba la
idea, de que no hubiese ninguna congregación consagrada a
glorificar, al Santísimo Sacramento, con una dedicación total.
Debía existir esa congregación. Entonces prometí a María trabajar
para ese fin. Se trataba aún de un plan muy vago, y no me pasaba por
la cabeza, abandonar la Compañía de María. ¡Que horas tan
maravillosas pasé ahí! ".
Fue aconsejado por sus
superiores, a no tomar ninguna decisión, hasta que su proyecto
estuviera más maduro. Después de 4 años en la Seyne, alentado por
los mismos fundadores de los Maristas, Pío IX y el venerable Juan
Colin, decide salir de la Compañía de María, para fundar la nueva
Congregación de Sacerdotes, adoradores del Santísimo Sacramento, en
1856. Presenta su plan al Monseñor Sibour, Arzobispo de París.
Recibió la aprobación de Mons. Sibour a los 12 días.
Pedro
Julián, junto con un compañero, se instaló en la casa que el mismo
Monseñor, puso a su disposición. El 6 de enero de 1857, en la
capilla de la casa, Julián por primera vez, expuso el Santísimo
Sacramento, y predicó en la nueva congregación.
El Padre
Eymard, tuvo que enfrentar muchas críticas, por haberse salido de la
Compañía de María, y sufrió oposición a su obra. El Santo les
decía: "No comprenden la obra, y creen que hacen bien en
oponerse a ella. Ya sabía yo, que la obra iba a ser perseguida.
¿Acaso el Señor no fue perseguido durante su vida?".
Muchos
eran los llamados, pero pocos los escogidos. Los P.P. de Cuers y
Champion, fueron los primeros miembros de la Congregación. El
progreso fue lento, y con muchas dificultades. Tuvieron que cambiar
de casa. En 1858, consiguieron una capillita, en el suburbio de
Saint-Jacques. El P. Eymard llamó a ese lugar "la capilla de
los milagros", porque por 9 años, el Señor se derramó
allí en abundancia. El Santísimo se exponía 3 veces por semana. El
siguiente año, Pío IX emitió un breve, en alabanza a la
congregación.
Se abre la segunda casa en Marsella, y la
tercera en Angers en 1862. Para entonces, habían suficientes
miembros para establecer un noviciado regular. Los sacerdotes rezan
el oficio divino en coro, y ejercen ministerios pastorales. Su
principal misión, es la adoración del Santísimo Sacramento, en lo
cual ayudan los hermanos legos.
El P. Eymard, funda la
congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento, en 1852,
también dedicadas a la adoración perpetua, y a propagar el amor al
Señor. También funda la Liga Eucarística Sacerdotal, cuyos
miembros se comprometen, a una hora diaria de oración ante el
Santísimo.
Trabajar con los sacerdotes y religiosas, no fue
su único objetivo. Funda la "Obra de Adultos",
organización que se dedica a preparar a hombres y mujeres adultos,
para la primera comunión, cuando por razón de edad o trabajo, no
podían asistir a la catequesis parroquial.
Organizó la
Archicofradía del Santísimo Sacramento, que luego el derecho
canónico ordena establecer, en todas las parroquias. Escribió
varias obras sobre la Eucaristía, que han sido traducidas a varios
idiomas.
Muchos lo consideraban un verdadero santo, se le
notaba en todo: en su vida diaria, llena de obras y virtudes, en
especial el amor, y en sus dones sobrenaturales. Tenía visiones
proféticas, adivinaba los pensamientos, y leía los corazones.
San
Juan Bautista Vianney, lo conoció personalmente, y dijo de él: "Es
un santo. El mundo se opone a su obra, porque no la conoce, pero se
trata de una empresa que logrará grandes cosas, por la gloria de
Dios. ¡Adoración Sacerdotal, que maravilla!. Decid al P. Eymard que
pediré diariamente por su obra".
En sus últimos
años de vida, el P. Eymard tuvo una gota reumática, padecía de
insomnio, y otras tantas enfermedades. A sus sufrimientos, se añadían
innumerables dificultades.
Una vez dejó ver el desaliento que
sufría, según escribe el P. Mayet en 1868: "Nos abrió su
corazón, y nos dijo: 'Estoy abrumado bajo el peso de la cruz,
aniquilado, deshecho'. Necesitaba el consuelo de un amigo, ya que,
según nos explicó: 'Tengo que llevar la cruz totalmente solo, para
no asustar o desalentar a mis hermanos' ".
Presentía
su muerte. Su hermana le pidió en febrero, que fuera con mas
frecuencia a Mure, el le dijo: "Volveré mas pronto de lo que
imaginas".
El P. Eymard fue a visitar a sus amigos y
penitentes, hablándoles como si fuese la última vez que los veía.
El 21 de febrero el Padre Eymard, salió de Grénoble rumbo a la
Mure. Por el intenso calor y cansancio, llega casi sin conocimiento,
y con un ataque de parálisis parcial.
Muere el 1 de agosto.
Antes de finalizar ese año, ocurren varios milagros en su tumba. En
1895, la Santa Sede confirmó la Congregación "in
perpetuum".
El Padre Eymard es beatificado en 1925, y es
canonizado el 9 de diciembre de 1962 por S.S. Juan XXIII. J.M.
Lambert, Colección Les Saints (1925).
Canonización: B: Pío
XI 12 jul 1925 - C: Juan XXIII 9 dic 1962
Hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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