5 de Agosto 2024
San Memmio de Chalons
Obispo y
Resucitador
(Siglo III)
Elogio:
En Chalons, en la Galia Bélgica, San Memmio, al que se venera como
primer obispo de esta ciudad.
Es tradicionalmente considerado,
el primer obispo de Châlons-sur-Marne, en la actual Francia. Según
las tradiciones antiguas, recibió su misión de manos del Apóstol
Pedro; pero esto proviene más del deseo de los fieles, que de una
fiable afirmación histórica. De varios otros obispos galos, hemos
leído el mismo reclamo, a pesar de que sus regiones fueron
cristianizadas más bien entre los siglos III y IV.
Se lo
sitúa en el siglo I. Se dice que desciende de un antiguo linaje
romano. Sus padres siguen siendo paganos. Conoce a San Pedro, se
bautiza y es tan prometedor, que el Apóstol lo ordena sacerdote y
obispo.
Le envía a la Galia, para llevar allí a Cristo y le
da un diácono, Donatiano, y un subdiácono, Domiciano. Apenas sale
de Roma, Domiciano enferma y muere. Memmio vuelve a San Pedro, y
recibe de él un trozo de su manto con el que reanimar al muerto, lo
que se realiza.
Los tres continúan su viaje. Por donde pasan,
curan a los enfermos, hacen ver a los ciegos, andar a los cojos, oír
a los sordos, y liberan a los poseídos mediante el poder del
exorcismo. Al llegar cerca de Châlons, sienten que es allí, donde
se encuentra su campo de actividad. Presentan a la gente, la bondad
del único Dios verdadero. Pero al pueblo no le gusta, que le roben
sus ídolos de confianza. Se rebelan, y expulsan a los siervos de
Dios.
Se retiran como ermitaños, a los bosques de los
alrededores, y llevan una vida de ayuno y oración. A través de la
escuela del sufrimiento, aprenden a profundizar en el amor.
Algunas
personas recurren a ellos, cuando sus seres queridos, sufren
enfermedades y dolencias. Gracias a sus oraciones, y a la imposición
de manos, siempre consiguen curarlos.
Un día, el hijo del
gobernador local, sufre un grave accidente. Al cruzar el puente sobre
el Nau, cae del caballo y muere. Muy angustiados, piden ayuda a
Memmio. Éste acude, y en nombre del Dios vivo, resucita al difunto.
De ahí que durante mucho tiempo, fuera costumbre acudir con el
relicario de San Memmio, al puente sobre el Nau el lunes de
Pentecostés para rendir homenaje al santo con incienso, agua bendita
y cantos apropiados. De más está decir, que este milagro es el
decisivo para la aceptación de la fe en la ciudad, y el fin de los
ídolos locales.
Memmio organiza la vida eclesiástica. Funda
siete iglesias, nombra canónigos a los que reúne en su ermita del
bosque. A continuación, bautiza la amplia zona, mediante una
incansable predicación, que confirma construyendo iglesias por
doquier.
Tras una vida muy fructífera y laboriosa, muere. La
gente lo enterró fuera de la ciudad, y construyó una iglesia sobre
su tumba. Pero sus restos, fueron recuperados en 674. En 1318, fue
enterrado en un nuevo santuario, junto con su hermana santa Poma
(venerada tradicionalmente el 27 de junio, aunque no inscrita en el
M.R.), de la que se dice, que siempre le ayudó fielmente, en su
misión desde Roma.
San Gregorio de Tours, relata su
veneración y recuerdo, en su opúsculo "La gloria de los
confesores", una de las importantes fuentes hagiográficas
sobre los santos galos (junto con su otra obra de gran envergadura,
la «Historia de los Francos»). Experimentó de primera mano, el
poder milagroso del santo. Durante un viaje misionero, uno de sus
ayudantes cayó enfermo en Châlons. Le dio fiebre, vomitó y no
podía ni comer ni beber. Aquello retrasó la misión. Gregorio se
dirigió entonces a la catedral, donde se veneraba a san Memmio, se
arrodilló ante su tumba, y rezó con ferviente insistencia, para que
el santo, que tantas veces había liberado a personas necesitadas,
empleara ahora su poder milagroso con su ayudante. Aquella misma
mañana, el hombre quedó completamente curado, y pudieron continuar
su viaje. Esto lo relata en el nº 65 de su escrito.
Las
fuentes para este santo están recopiladas en AASS, bajo esta misma
fecha. Artículo traducido para ETF del Heligenkalender del P. Dries
van den Akker, S.J.
Fuente: Heiligenkalender, de P. Dries van
den Akker, s.j.,
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