lunes, 3 de agosto de 2020

29 de julio

San Olaf de Noruega


Mártir

(1030 d. C.)

Breve

Etimológicamente significa “legado de los antepasados”. Viene de la lengua alemana.

En Nídaros (hoy Trondheim), ciudad de Noruega, San Olaf, mártir, que siendo rey de su pueblo lo liberó de la idolatría, y propagó con gran diligencia, la fe cristiana que había conocido en Inglaterra, pero finalmente atacado por sus enemigos, murió asesinado.

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Autor: P. Felipe Santos

Olaf era hijo de un señor noruego, llamado Harold Grenske. Después de practicar su padre el pillaje y la piratería, durante ocho años, en 1015, Olaf lo sucedió en el gobierno del señorío, cuando tenía veinte años de edad.

En aquella época, la mayor parte de Noruega, se hallaba en manos de los daneses y los suecos. Tras efectuar la reconquista de sus feudos, Olaf se dedicó a trabajar, por la evangelización del reino, pues el arzobispo Roberto, le había conferido el bautismo en Rouen.

Aunque ya se había iniciado la evangelización, eran muy pocos sus progresos, porque según parece, los métodos misionales de Haakón el Bueno, y de Olaf Trygvason, eran bastante salvajes. En 1013, Olaf Haroldsson, el santo de que nos ocupamos, había ido a Inglaterra a ayudar al rey Etelredo, en la lucha contra los daneses.

Así pues, cuando trató de evangelizar su propio reino, pidió ayuda a los ingleses. Cierto número de monjes y sacerdotes ingleses, se trasladaron a Noruega. Entre ellos iba el monje Grimkel, quien fue elegido obispo de Nidaros, la capital del feudo de Olaf. Éste siguió el consejo del prelado, promulgó muchos decretos benéficos, y abolió las leyes y costumbres que se oponían al Evangelio.

Desgraciadamente, como San Vladimiro de Rusia y otros príncipes, que quisieron convertir a sus súbditos, no se contentó con emplear la persuasión, sino que se dejó llevar de un celo indiscreto, y recurrió a la violencia. Era verdaderamente implacable con sus enemigos, y por otra parte, sus decretos no eran bien mirados en todo el reino.

Finalmente sus enemigos se levantaron en armas, y con la ayuda de Canuto, rey de Inglaterra y Dinamarca, le derrotaron y le expulsaron del país. San Olaf volvió con refuerzos suecos, a reconquistar su reino, pero pereció a manos de sus belicosos e infieles súbditos, en la batalla de Stiklestad, el 29 de julio de 1030.

Fue sepultado en el sitio en que murió, en un profundo banco de arena, a orillas del río Nid. En su sepulcro, brotó una fuente, a cuyas aguas atribuyó el pueblo, propiedades milagrosas.

Al año siguiente, el obispo Grimkel, mandó erigir ahí una capilla, y se empezó a venerarle como mártir.

Los milagros se multiplicaron en el santuario, y cuando Magno, el hijo de Olaf, recuperó el trono, el culto del mártir se popularizó mucho. En 1075, se sustituyó la capilla por una catedral, dedicada a Cristo y a San Olaf, que con el tiempo, se transformó en la catedral de Nidaros (Trondheim). El santuario, se convirtió en un importante centro de peregrinación.

En la Edad Media, el culto del "perpetuo rey de Noruega", se extendió a Suecia, Dinamarca, Inglaterra y otros países. Los noruegos le consideran todavía, como patrono y héroe nacional.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, te pedimos por las naciones escandinavas, para que las bendigas con generosidad, y para que puedan volver al seno de la familia católica, y así enriquecerla con sus maravillosos dones de inteligencia, perseverancia, prudencia y tolerancia, a toda nuestra familia romana. A Tí Señor, que nos legaste la autoridad de San Pedro, como roca viviente para nuestra Fe. Amén.


Cuarta Feria 29 de julio - San Olaf de Noruega - Mártir (1030 d. C.) - Siendo rey de su pueblo, lo liberó de la idolatría, y propagó la fe cristiana que había conocido en Inglaterra, pero finalmente, atacado por sus enemigos, murió asesinado.


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