lunes, 24 de agosto de 2020

24 de agosto

SAN BARTOLOME


También llamado "Natanael"
Apóstol

Etim. "hijo de Tolomai"

Bartolomé es uno de los 12 Apóstoles (Mt 10,3).

Predicó en Egipto, Mesopotamia, India y Armenia, donde lo martirizaron


El apóstol Felipe lo llevó a Jesús. Bartolomé es la misma persona llamada Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de Caná. (Jn 21,2).

Los Hechos de los Apóstoles, mencionan también su presencia en Pentecostés (1,13).

Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predicó extensamente el Evangelio hasta en la India.

Felipe dice a Natanael, que han encontrado al Mesías esperado. Natanael al principio duda, al saber que Jesús es de Nazaret. Felipe insistió: «Ven y lo verás.» (v.46). Es entonces que ocurre el encuentro entre Jesús y Natanael.

"Vio Jesús que se acercaba Natanael, y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».

-Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?»
-Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».

-Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
-Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?. Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios, subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» (Jn 1:47-51).

Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde murió mártir. Todavía con vida, le arrancaron la piel, y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend. Según la tradición, este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto.

Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II), encontró en la India, un Evangelio de San Mateo, atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho evangelio es apócrifo, y fue condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius.

Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de Lipara, y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia, y después a Roma, donde ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo", del río Tiber. Se dice que la Reina Emma, la esposa del Rey Canuto, entregó uno de sus brazos a Canterbury, en el siglo XI.

En la iconografía, se le representa con barba, un libro y un cuchillo -utilizado en su martirio-.

San Bartolomé, es patrón de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. Se le invoca contra desórdenes nerviosos.

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Del Oficio de Lectura, 24 de Agosto, San Bartolomé, Apóstol

Lo débil de Dios, es más fuerte que los hombres

De las homilías de San Juan Crisóstomo, Obispo, sobre la primera carta a los Corintios

El mensaje de la cruz, anunciado por unos hombres sin cultura, tuvo una virtud persuasiva, que alcanzó a todo el orbe de la tierra; y se trataba de un mensaje, que no se refería a cosas sin importancia, sino a Dios y a la verdadera religión, a una vida conforme al Evangelio, y al futuro juicio; un mensaje que convirtió en sabios, a unos hombres rudos e ignorantes. Ello nos demuestra, que lo necio de Dios, es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios, es más fuerte que los hombres.

¿En qué sentido es más fuerte?. En cuanto que invadió el orbe entero, y sometió a todos los hombres, produciendo un efecto contrario, al que pretendían todos aquellos, que se esforzaban en extinguir el nombre del Crucificado, ya que hizo, en efecto, que este nombre obtuviera un mayor lustre y difusión.

Ellos, por el contrario, desaparecieron, y aún durante el tiempo, en que estuvieron vivos, nada pudieron contra un muerto. Por esto, cuando un pagano dice de mí, que estoy muerto, es cuando muestra su gran necedad; cuando él me considera un necio, es cuando mi sabiduría, se muestra superior a la suya; cuando me considera débil, es cuando él se muestra más débil que yo.

Porque ni los filósofos, ni los maestros, ni mente humana alguna, hubiera podido siquiera imaginar, todo lo que eran capaces de hacer, unos simples publicanos y pescadores.

Pensando en esto, decía San Pablo: “Lo débil de Dios, es más fuerte que los hombres”. Esta fuerza de la predicación divina, la demuestran los hechos siguientes. ¿De dónde les vino a aquellos doce hombres ignorantes, que vivían junto a lagos, ríos y desiertos, el acometer una obra de tan grandes proporciones, y el enfrentarse con todo el mundo; ellos, que seguramente no habían ido nunca a la ciudad, ni se habían presentado en público?.

Y más, si tenemos en cuenta que eran miedosos y apocados, como sabemos, por la descripción que de ellos nos hace el evangelista, que no quiso disimular sus defectos, lo cual constituye la mayor garantía de su veracidad. ¿Qué nos dice de ellos?. Que cuando Cristo fue apresado, unos huyeron, y otro el primero entre ellos, lo negó, a pesar de todos los milagros que había presenciado.

¿Cómo se explica pues, que aquellos, que mientras Cristo vivía, sucumbieron al ataque de los judíos, pero después, una vez muerto y sepultado, se enfrentaran contra el mundo entero, si no es por el hecho de su resurrección, que algunos niegan, y porque les habló y les infundió ánimos?.

De lo contrario, se hubieran dicho: «¿Qué es esto?. ¿No pudo salvarse a sí mismo, y nos va a proteger a nosotros. Cuando estaba vivo, no se ayudó a sí mismo, y ¿ahora, que está muerto, nos tenderá una mano?. Él, mientras vivía, no convenció a nadie, y ¿nosotros, con sólo pronunciar su nombre, persuadiremos a todo el mundo?. No sólo hacer, sino pensar algo semejante, sería una cosa irracional».

Todo lo cual es prueba evidente, de que si no lo hubieran visto resucitado, y no hubieran tenido pruebas bien claras de su poder, no se hubieran lanzado a una aventura tan arriesgada.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, concédenos el don de la sinceridad de San Bartolomé, siendo siempre objetivos en nuestros pensamientos y deseos, sabiendo reconocer cuando estemos equivocados, y así despojarnos del amor propio, como lo hizo el amado Apóstol. A Tí Señor, que eres Camino, Verdad y Vida. Amén.

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