3
de agosto
Santa
Lydia
Comerciante
Primera
cristiana en Europa, evangelizada por San Pablo
Lydia
era originaria de la ciudad de Tiatira, pero vivía en Filipos
(Macedonia). Su familia fue la primera en Europa en convertirse al
cristianismo y ser bautizada.
Era
una comerciante de púrpuras muy rica. Dado que el tinte de la
púrpura se extraía con muchas dificultades de cierto molusco, sólo
una élite podía permitirse tener telas teñidas de ese color. Una
mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica.
La
riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al
crecimiento espiritual. Se nos advierte que "es más fácil para
un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en
el Reino de los Cielos". Eso no significa, sin embargo, que ser
pobre te haga mejor automáticamente.
Una
persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una
persona rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia
abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo. Pero hay
muchas pruebas de que utilizó su fortuna sabiamente.
Entendió
que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no
en cuánto tienes.
Fue
por la predicación de san Pablo por la que se convirtió esta mujer.
Y el apóstol permaneció en su casa todo el tiempo que duró su
predicación en aquella ciudad.
No
podemos decir más de ella pero, como suele ocurrir con estos
primeros cristianos, no hacen falta más datos.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, bendice a todos los comerciantes del
mundo por los méritos e intercesión de Santa Lydia, para que
prosperen basándose siempre en la honestidad de todas sus
transacciones, y ayuden con su trabajo a forjar un mayor bienestar y
prosperidad espiritual y material en el mundo. A Tí Señor, que nos
advertiste que quien no fué honesto con las riquezas perecederas de
este mundo, no iba a poder tomar posesión de las eternas. Amén.
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