28
de febrero
SAN
HILARIO
PAPA
(46ª) Y CONFESOR
(† 468)
(† 468)
Breve
La
centralidad de su papado, podemos resumirla en esta frase suya: "En
pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor, procuraré
que nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se
esfuercen en promover, la causa de Cristo".
------------------------------------------------------------------
AUGUSTO
SEGOVIA, S. I
Su
nombre latino, es ordinariamente Hilarus, a veces Hilarius, Natural
de Cerdeña. Siendo diácono de Roma, fue enviado en el año 449, por
el papa San León I, al concilio de Éfeso, en calidad de legado
pontificio. Aquí se negó a firmar, la deposición de San Flaviano,
patriarca de Constantinopla.
Temiendo
las iras de sus adversarios, Hilario partió ocultamente, llevando
consigo, la apelación que Flaviano dirigía a San León, según el
texto hallado en 1882 por Amelli, en la Biblioteca Capitular de
Novara.
Ya
en Italia, el enviado pontificio, escribió a la emperatriz
Pulqueria, informándole de lo ocurrido. Todavía diácono, despliega
otra actividad muy distinta, de carácter litúrgico: encarga a un
tal Victorio de Aquitania, la composición de un Ciclo Pascual, donde
se intenta fijar, la verdadera fecha de la Pascua, punto sobre el que
aún no estaban de acuerdo, griegos y latinos.
El
mismo Hilario, estudió previamente la cuestión; pero para
informarse de los escritos de aquéllos, se valió de traducciones
latinas, pues según parece, conocía bien poco el griego. Por lo
demás, el cómputo de Victorio, fue ley en la Galia, hasta el siglo
VIII.
Hilario
sucedió a San León, en la Sede de San Pedro, a fines del año 461.
Durante sus siete años de pontificado, no ocurrieron acontecimientos
de gran importancia para la Iglesia universal. El
mérito del Santo, consistió principalmente, en la firme defensa de
los derechos de la Iglesia, en materia de disciplina y jurisdicción.
Ya
al año escaso de su consagración, como Pastor Supremo, tuvo que
dirigirse a Leoncio, arzobispo de Arles, pidiendo informes sobre la
usurpación del episcopado narbonense, llevada a cabo por Hermes: el
Papa se extraña, de que siendo el asunto de la incumbencia de
Leoncio, éste no le haya escrito antes sobre el conflicto.
Poco
después, reúne un "numeroso concurso de obispos" en Roma,
donde por el bien de la paz, se consiente dejar a Hermes en la sede
narbonense, pero para prevenir futuros abusos, se le priva del
derecho de ordenar obispos, derecho que pasa a Constancio, prelado de
Uzés.
La
resolución conciliar, fue enviada el 3 de diciembre del año 462, a
los obispos de la Galia meridional, en una carta donde también se
prescribe, que convocados por Leoncio, se reúnan cada año, de ser
posible, todos los titulares de las provincias eclesiásticas, a
quienes se dirige el documento, o sea de Viena, Lyon, dos de Narbona
y la Alpina: en tales asambleas, se han de examinar, costumbres y
ordenaciones de obispos y eclesiásticos; si ocurren causas más
importantes, que no se puedan "terminar", se
debe consultar a Roma.
Asimismo
tuvo que atender Hilario, el asunto del arzobispo de Viena, Mamerto,
que había consagrado ilegalmente a Marcelo, como obispo de Díe. El
Papa, manteniendo los principios legales, y renunciando a imponer
penas (supuesta la sumisión del acusado), remite la cuestión a
Leoncio, a quien pertenecía en este caso, el derecho de consagrar.
Abusos
semejantes cometidos en España, fueron considerados en un concilio
de 48 obispos, que congregó el Papa en Santa María la Mayor (nov.
del 465). En la carta referente a este sínodo, enviaba a
los prelados de la provincia de Tarragona, que previamente habían
consultado a Hilario.
El
Pontífice manda entre otras cosas:
1.º
Sin consentimiento del metropolitano tarraconense, Ascanio, no sea
consagrado ningún obispo.
2.º
Ningún prelado, dejando su propia iglesia, pase a otra.
3.º
En cuanto a Ireneo, sea separado de la iglesia de Barcelona, y que
retorne a la suya.
4.º
A los obispos ya ordenados, los confirma el Papa, con tal que no
tengan las irregularidades señaladas en el concilio.
Otro
mérito de San Hilario, fue el haber impedido, la propaganda herética
en Roma, al macedonio Filoteo, y esto a pesar del apoyo que encontró
el hereje, en el nuevo emperador de Occidente, Antemio.
Tal
rectitud de Hilario, en lo tocante a la disciplina y a la fe, brota
de lo que podríamos llamar, como la norma de su vida y su gobierno:
"En pro de la universal concordia de
los sacerdotes del Señor, procuraré que nadie se atreva a buscar su
propio interés, sino que todos se esfuercen en promover, la causa de
Cristo" (epist. Dilectioni meae, a Leoncio, ed.
Thiel, 1,139).
En
cuanto a lo referente a la piedad personal, y fomento del culto,
señalemos que Hilario edificó, entre otros, dos oratorios en la
basílica constantiniana de Letrán: el de San Juan Bautista, y el de
San Juan Evangelista. Otro dedicado a la Santa Cruz, con ocho
capillas, se alzaba al noroeste de aquél.
El
Papa profesaba especial devoción, al santo San Juan Evangelista,
pues a él atribuía, el haberse salvado de los peligros
que corrió, en el Concilio de Éfeso: en señal de gratitud, hizo
grabar a la entrada del oratorio, la siguiente inscripción: "A
su libertador, el Beato Juan Evangelista, Hilario obispo, siervo de
Dios".
A
este mismo Papa, atribuye el Liber Pontificalis, la construcción de
un servicio de altar completo, destinado a las misas estacionales: un
cáliz de oro para el Papa; 25 cálices de plata, para los sacerdotes
titulares, que celebraban con él; 25 grandes vasos, para recibir las
oblaciones de vino presentadas por los fieles, y 50 cálices
ministeriales, para distribuir la comunión.
El
servicio se depositaba en la iglesia de Letrán, o en Santa María la
Mayor, y el día de estación, se transportaban los vasos sagrados a
la iglesia, donde iba a celebrarse la asamblea litúrgica. También
levantó Hilario, un monasterio dedicado a San Lorenzo, y cerca de
él, una casa de campo, probablemente residencia o "villa"
papal, con dos bibliotecas.
Murió
el Santo Papa, el 9 de febrero del año 468. Fue enterrado en San
Lorenzo extra muros. Por largo tiempo, se celebró su aniversario el
10 de septiembre, conforme a ciertos manuscritos jeronimianos; pero
ya desde la edición de 1922, del Martirologio Romano, se trasladó
su memoria al 28 de febrero.
Oración:
Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión
de San Hilario, Papa y Confesor, todos tus ministros busquen sólo la
Gloria de tu Nombre, con profunda santidad y ejemplo de Vida. Haz
brotar las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, como un
río impetuoso que baje del mismo Paraíso. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario