viernes, 28 de febrero de 2020


28 de febrero

SAN HILARIO


PAPA (46ª) Y CONFESOR
(† 468)

Breve
La centralidad de su papado, podemos resumirla en esta frase suya: "En pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor, procuraré que nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se esfuercen en promover, la causa de Cristo".
------------------------------------------------------------------
AUGUSTO SEGOVIA, S. I
Su nombre latino, es ordinariamente Hilarus, a veces Hilarius, Natural de Cerdeña. Siendo diácono de Roma, fue enviado en el año 449, por el papa San León I, al concilio de Éfeso, en calidad de legado pontificio. Aquí se negó a firmar, la deposición de San Flaviano, patriarca de Constantinopla.

Temiendo las iras de sus adversarios, Hilario partió ocultamente, llevando consigo, la apelación que Flaviano dirigía a San León, según el texto hallado en 1882 por Amelli, en la Biblioteca Capitular de Novara.

Ya en Italia, el enviado pontificio, escribió a la emperatriz Pulqueria, informándole de lo ocurrido. Todavía diácono, despliega otra actividad muy distinta, de carácter litúrgico: encarga a un tal Victorio de Aquitania, la composición de un Ciclo Pascual, donde se intenta fijar, la verdadera fecha de la Pascua, punto sobre el que aún no estaban de acuerdo, griegos y latinos.

El mismo Hilario, estudió previamente la cuestión; pero para informarse de los escritos de aquéllos, se valió de traducciones latinas, pues según parece, conocía bien poco el griego. Por lo demás, el cómputo de Victorio, fue ley en la Galia, hasta el siglo VIII.

Hilario sucedió a San León, en la Sede de San Pedro, a fines del año 461. Durante sus siete años de pontificado, no ocurrieron acontecimientos de gran importancia para la Iglesia universal. El mérito del Santo, consistió principalmente, en la firme defensa de los derechos de la Iglesia, en materia de disciplina y jurisdicción.

Ya al año escaso de su consagración, como Pastor Supremo, tuvo que dirigirse a Leoncio, arzobispo de Arles, pidiendo informes sobre la usurpación del episcopado narbonense, llevada a cabo por Hermes: el Papa se extraña, de que siendo el asunto de la incumbencia de Leoncio, éste no le haya escrito antes sobre el conflicto.

Poco después, reúne un "numeroso concurso de obispos" en Roma, donde por el bien de la paz, se consiente dejar a Hermes en la sede narbonense, pero para prevenir futuros abusos, se le priva del derecho de ordenar obispos, derecho que pasa a Constancio, prelado de Uzés.

La resolución conciliar, fue enviada el 3 de diciembre del año 462, a los obispos de la Galia meridional, en una carta donde también se prescribe, que convocados por Leoncio, se reúnan cada año, de ser posible, todos los titulares de las provincias eclesiásticas, a quienes se dirige el documento, o sea de Viena, Lyon, dos de Narbona y la Alpina: en tales asambleas, se han de examinar, costumbres y ordenaciones de obispos y eclesiásticos; si ocurren causas más importantes, que no se puedan "terminar", se debe consultar a Roma.

Asimismo tuvo que atender Hilario, el asunto del arzobispo de Viena, Mamerto, que había consagrado ilegalmente a Marcelo, como obispo de Díe. El Papa, manteniendo los principios legales, y renunciando a imponer penas (supuesta la sumisión del acusado), remite la cuestión a Leoncio, a quien pertenecía en este caso, el derecho de consagrar.

Abusos semejantes cometidos en España, fueron considerados en un concilio de 48 obispos, que congregó el Papa en Santa María la Mayor (nov. del 465). En la carta referente a este sínodo, enviaba a los prelados de la provincia de Tarragona, que previamente habían consultado a Hilario.

El Pontífice manda entre otras cosas:
1.º Sin consentimiento del metropolitano tarraconense, Ascanio, no sea consagrado ningún obispo.
2.º Ningún prelado, dejando su propia iglesia, pase a otra.
3.º En cuanto a Ireneo, sea separado de la iglesia de Barcelona, y que retorne a la suya.
4.º A los obispos ya ordenados, los confirma el Papa, con tal que no tengan las irregularidades señaladas en el concilio.

Otro mérito de San Hilario, fue el haber impedido, la propaganda herética en Roma, al macedonio Filoteo, y esto a pesar del apoyo que encontró el hereje, en el nuevo emperador de Occidente, Antemio.

Tal rectitud de Hilario, en lo tocante a la disciplina y a la fe, brota de lo que podríamos llamar, como la norma de su vida y su gobierno: "En pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor, procuraré que nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se esfuercen en promover, la causa de Cristo" (epist. Dilectioni meae, a Leoncio, ed. Thiel, 1,139).

En cuanto a lo referente a la piedad personal, y fomento del culto, señalemos que Hilario edificó, entre otros, dos oratorios en la basílica constantiniana de Letrán: el de San Juan Bautista, y el de San Juan Evangelista. Otro dedicado a la Santa Cruz, con ocho capillas, se alzaba al noroeste de aquél.

El Papa profesaba especial devoción, al santo San Juan Evangelista, pues a él atribuía, el haberse salvado de los peligros que corrió, en el Concilio de Éfeso: en señal de gratitud, hizo grabar a la entrada del oratorio, la siguiente inscripción: "A su libertador, el Beato Juan Evangelista, Hilario obispo, siervo de Dios".

A este mismo Papa, atribuye el Liber Pontificalis, la construcción de un servicio de altar completo, destinado a las misas estacionales: un cáliz de oro para el Papa; 25 cálices de plata, para los sacerdotes titulares, que celebraban con él; 25 grandes vasos, para recibir las oblaciones de vino presentadas por los fieles, y 50 cálices ministeriales, para distribuir la comunión.

El servicio se depositaba en la iglesia de Letrán, o en Santa María la Mayor, y el día de estación, se transportaban los vasos sagrados a la iglesia, donde iba a celebrarse la asamblea litúrgica. También levantó Hilario, un monasterio dedicado a San Lorenzo, y cerca de él, una casa de campo, probablemente residencia o "villa" papal, con dos bibliotecas.

Murió el Santo Papa, el 9 de febrero del año 468. Fue enterrado en San Lorenzo extra muros. Por largo tiempo, se celebró su aniversario el 10 de septiembre, conforme a ciertos manuscritos jeronimianos; pero ya desde la edición de 1922, del Martirologio Romano, se trasladó su memoria al 28 de febrero.

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión de San Hilario, Papa y Confesor, todos tus ministros busquen sólo la Gloria de tu Nombre, con profunda santidad y ejemplo de Vida. Haz brotar las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, como un río impetuoso que baje del mismo Paraíso. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario