lunes, 9 de septiembre de 2019


Segunda Feria, 9 Septiembre

San Pedro Claver
Esclavo de los esclavos, por amor a Cristo


Sacerdote Jesuita
1580-1654

Llegó a catequizar y bautizar, a más de 300.000 negros

Trabajó incansablemete junto a los negros, traídos como esclavos a América, y lo hizo principalmente, en la ciudad de Cartagena, Colombia.

Esta ciudad, por ser un lugar estratégico, en la ruta de las flotas españolas, se convirtió, en el principal centro del comercio de esclavos, en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban cada mes. Aunque se murieran la mitad, en la trayectoria marítima, el negocio dejaba grandes ganancias. Por eso, las repetidas censuras del Papa, no lograron detener este vergonzoso mercado humano.

Pedro no podía cambiar el sistema. Pero sí había mucho que se podía hacer, con la gracia de Dios. Pero hacía falta tener mucha fe, y mucho amor. Pedro supo estar a la altura del desafío.

En la escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval, Pedro escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus" (yo Pedro Claver, de los negros, esclavo para siempre". Así fue. San Pedro no se limitó a quejarse de las injusticias, o a lamentarse de los tiempos en que vivía. Supo ser santo en aquella situación, y dejarse usar por Jesucristo plenamente, para su obra de misericordia.

En Cartagena, durante cuarenta años de intensa labor misionera, se convirtió en el Apóstol de los esclavos negros. Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, él supo ser luz y sal; supo hacer constar para la historia, lo que es posible para Dios, en un alma que tiene fe.

A pesar de su timidez, la cual tuvo que vencer, se convirtió en un organizador ingenioso y valiente. Cada mes, cuando se anunciaba la llegada del barco esclavista, el padre Claver salía a visitarlos, llevándoles comida. Los negros se encontraban abarrotados, en la parte inferior del barco, en condiciones inhumanas.

Llegaban en muy malas condiciones, víctimas de la brutalidad del trato, la mala alimentación, del sufrimiento y del miedo. Claver atendía a cada uno, y los cuidaba con exquisita amabilidad. Así les hacía ver, que él era su defensor y padre.

Los esclavos hablaban diferentes dialectos, y era difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a esta dificultad, el padre Claver, organizó un grupo de intérpretes de varias nacionalidades, y los instruyó haciéndolos catequistas.

Mientras los esclavos estaban retenidos en Cartagena, en espera de ser comprados, y llevados a diversos lugares, el padre Claver los instruía, y los bautizaba. Los reunía, se preocupaba por sus necesidades, y los defendía de sus opresores.

Esta labor de amor, le causó grandes pruebas. Los esclavistas no eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser indiscreto, por su celo por los esclavos, y de haber profanado los Sacramentos, al dárselos a criaturas que decían, apenas tienen alma. Las mujeres de sociedad de Cartagena, rehusaban entrar en las iglesias, donde el padre Claver reunía a sus negros.

Sus superiores, con frecuencia, se dejaron llevar por las presiones, que exigían se corrigiesen los excesos, del padre Claver. Éste, sin embargo, pudo continuar su obra, entre muchas humillaciones y obstáculos. Hacía además penitencias rigurosas. Carecía de la comprensión, y del apoyo de los hombres, pero tenía una fuerza especial dada por Dios.

Muchos, aún entre los que se sentían molestos, con la caridad del padre Claver, sabían que hacía la obra de Dios, siendo un gran profeta del amor evangélico, que no tiene fronteras ni color. Era conocido en toda Nueva Granada, por sus milagros. Llegó a catequizar y bautizar, a más de 300.000 negros.

Oración: Te pedimos amado San Pedro Claver, que no dejes de rezar e interceder ante nuestro Señor, por todos los que se hallan, en terrible esclavitud en nuestros días, presos de las drogas, de la guerra, de la esclavitud laboral, de la violencia familiar, sexual, y de la esclavitud de la confusión. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y Reina, por los siglos de los siglos. Amén.

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