Cuarta
Feria, 4 de Septiembre
San
Moisés
Legislador
de Israel
Aprox.
1300 AC
Moisés
nos enseña, a saber esperar y confiar, en los tiempos que Dios
dispone, para cada uno de nosotros; a reservar un tiempo personal de
meditación, y a preparar adecuadamente a su sucesor, con visión de
futuro
La
historia de Moisés se encuentra en el Éxodo, el segundo libro de la
Sagrada Biblia.
Un
faraón de Egipto, mandó que se matara al nacer, a todo niño varón
judío. Moisés, de la tribu de Leví, fue escondido por sus padres.
Lo pusieron en un canasto, forrado de brea, sobre el río Nilo.
La
hija del faraón, que se bañaba en el río, descubrió al niño. Se
compadeció de él, y se lo entregó a la hermana del niño, que
observaba de lejos, y se acercó en ese momento. Fue así que el
bebé, regresó por un tiempo con su familia. La princesa, le puso
por nombre “Moisés”, que significa salvado de las aguas.
La
hija del faraón, adoptó a Moisés como príncipe, y lo educó en el
palacio del rey.
Un
día, Moisés vio que un egipcio, atormentaba a un israelita, y por
defender al israelita, mató al egipcio. Aquello se supo, y Moisés
huyó al desierto.
En
el desierto, Moisés se casó con Séfora, y con ella tuvo dos hijos:
Eliécer y Gerson. Estuvo viviendo como
beduino, durante cuarenta años.
Un
día, mientras cuidaba las ovejas en el desierto, vió Moisés una
zarza que ardía, pero sin consumirse. Se acercó para
ver, y una voz le dijo: "Moisés,
Moisés, quítate las sandalias, porque el sitio que estás pisando
es sagrado".
Le
preguntó: “¿Quién eres Tú Señor?”. La voz le
respondió: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. He
oído las lamentaciones de mi pueblo Israel, y he dispuesto bajar a
ayudarlos. He dispuesto liberarlos, de la esclavitud de Egipto, y
llevarlos a una tierra que mana leche y miel. Yo te enviaré al
faraón, para que los deje salir en libertad”.
Conocemos
todos los milagros, de las diez plagas de Egipto: la división del
Mar Rojo; el agua surgida entre las rocas; el maná; la dación de
Yaveh de las tablas de la Ley en el Monte Sinaí. Sabemos luego, que
los hebreos debieron permanecer, cuarenta
años en el desierto, antes de entrar en la Tierra
Prometida.
Leyendo
todo esto a la distancia, y en medio del infernal ruido y confusión,
de voces y videos, de nuestra civilización moderna, lo que más
conmueve es darnos cuenta, de que los planes de Dios y sus tiempos –
¡40 años! - no son
evidentemente los nuestros. Dios se toma su
pausa, porque respeta nuestra propia evolución personal.
Dios
llevó a Moisés, cuarenta años en su juventud al desierto, para
prepararlo interiormente. Luego llevó a los hebreos, otros cuarenta
años en el desierto, con el mismo fin. Pero el lugar en ambos casos,
no era cualquier lugar. Era el desierto, la soledad, el aislamiento.
Necesitamos siempre conservar en nuestra
vida, un lugar y un tiempo privado, aislado y tranquilo, para poder
orar y meditar. Puede ser durante un fin de semana, o
durante las vacaciones estivales, o invernales, o simplemente al
final de cada día.
El
otro aspecto importante, es que Moisés
trabajó para el futuro, en base a su Fe, en la promesa de
Yaveh. No pudo ver su trabajo terminado, pero supo
preparar a su sucesor, a Josué, a quien honramos
el 1ª de Septiembre pasado, algo que hoy en día, es casi imposible
de constatar.
Es
común ver a personalidades de diversos ámbitos, ya sea político,
empresarial, sindical, académico, o incluso dentro mismo de las
asociaciones católicas, obsesionados por la reelección
indefinida de sus cargos, honores y privilegios. Moisés nos
enseñó otra cosa.
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Santa
Rosa de Viterbo
(1234-1252)
Virgen
Atributos:
Cruz, rosas, hoguera
Cuerpo
Incorrupto
Santa
y Virgen, perteneciente a la Tercera Orden de San Francisco. Supo
convertir su casa, en un pequeño convento. Hizo frente,
con sus quince años, al tirano Federico II Hohenstaufen, cuando se
apoderó de tierra y bienes de la Iglesia, en Viterbo. Por ello fue
expulsada de allí.
En
Vitorchiano, estaba un supuesto mago, que tenía engañada a mucha
gente. Rosa mandó encender una hoguera en
la plaza, y se subió a ella, permaneciendo tres horas sin sufrir
daño. El hecho, provocó la conversión del supuesto
mago, y de los habitantes del pueblo.
Basó
su predicación, en la Pasión y Muerte, de Nuestro Señor
Jesucristo.
En
el año 1258, el Papa Alejandro IV, tras una serie de visiones de la
santa, mandó desenterrar el cadáver, que se encontró incorrupto,
y ordenó trasladarlo al monasterio, de Santa María de las Rosas.
Esto se hizo solemnemente con una procesión, presidida por este Papa
y cuatro cardenales, el 4 de septiembre, de ahí que se celebre la
fiesta, de Santa Rosa en este día.
En
1357, quedó reducida a cenizas, la capilla que guardaba sus
reliquias, y se quemó la caja que las contenía; pero el
cuerpo sólo cambió de color.
Oración:
Te pedimos Señor y Dios nuestro, que nos ayudes a confiar siempre,
en los tiempos de cumplimiento de tus promesas; a conservar siempre
en nuestras vidas, un lugar y un tiempo específico para honrarte,
escucharte, y disfrutar de tu compañía, como lo hiciste con Moisés
y Rosa de Viterbo, y saber preparar a nuestros colaboradores, para
ocupar nuestro lugar, en la familia y en el trabajo. Por Jesucristo
nuestro Señor, que nos abriga en su Santo Corazón. Amén.
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