sábado, 28 de septiembre de 2019


Sábado 28 de septiembre

San Wenceslao, Duque de Bohemia y mártir


(Wenceslaus)
+935

Patrón de Bohemia, Hungría y Polonia

«Loado seas, Señor, que me has concedido vivir, hasta la mañana de hoy».

Wenceslao nació en Praga, Bohemia (hoy: República Checa), hacia el año 907; el mayor de los hijos de Wladislao, príncipe cristiano, que fue asesinado por los paganos.

Esto ocurrió, cuando Wenceslao era pequeño, y Dragomira, su madre pagana, actuó como regente, y se opuso al cristianismo.

Wenceslao, recibió una sólida formación cristiana de su abuela, Santa Ludmila, quien fue también asesinada por los paganos, antes que él llegase a ser rey.

Alrededor del año 925, fue duque de su país, teniendo que soportar, muchas dificultades en el gobierno, y en la formación cristiana de sus súbditos. Fue un verdadero padre para ellos. Hizo lo posible, por propagar la fe cristiana.

Por la gracia de Dios, era hombre de una fe íntegra. Tenía gran reverencia por los sacerdotes. Auxiliaba a todos los pobres; vestía a los desnudos, alimentaba a los hambrientos, acogía a los peregrinos, conforme a las enseñanzas evangélicas. No toleraba, que se cometiera injusticia alguna contra las viudas; amaba a todos los hombres y mujeres, pobres y ricos; servía a los ministros de Dios; embellecía muchas iglesias.

Pero ciertos hombres influyentes de Bohemia, ardieron de ira contra él, y persuadieron a su hermano menor, Boleslao, diciéndole: «Wenceslao conspira con su madre, y con sus hombres, para matarte». Wenceslao, hacía una correcta administración de la renta real, y no permitía, ni la corrupción, ni el derroche. Habiendo su hermano Boleslao, aceptado el paganismo, desde entonces, tramó la muerte de Wenceslao.

Wenceslao acostumbraba ir a todas las ciudades, para visitar sus iglesias, en el día de la dedicación, de cada una de ellas. Entró pues, en la ciudad de Boleslavia, un domingo, coincidiendo con la fiesta de los santos Cosme y Damián. Después de oír misa, quería regresar a Praga, pero Boleslao lo retuvo pérfidamente, diciéndole:

«¿Por qué has de marcharte, hermano?».

A la mañana siguiente, las campanas tocaron para el oficio matutino. Wenceslao, al oír las campanas, dijo: «Loado seas, Señor, que me has concedido vivir, hasta la mañana de hoy».

Se levantó, y se dirigió al oficio matutino. Al momento, Boleslao lo alcanzó en la puerta. Wenceslao lo miró, y le dijo: «Hermano, ayer me trataste muy bien».

Pero Boleslao, contestó a su hermano: «Pues ahora, quiero hacerlo aún mejor».

Dicho esto, lo hirió con la espada en la cabeza. Wenceslao, volviéndose a él, le dijo: «¿Qué es lo que intentas hacer, hermano?». Y agarrándolo, lo hizo caer en tierra. Vino corriendo entonces, uno de los consejeros de Boleslao, e hirió a Wenceslao en la mano.

Éste, al recibir la herida, soltó a su hermano, e intentó refugiarse en la iglesia, pero dos malvados lo mataron en la puerta. Otro, que vino corriendo, atravesó su costado con la espada.

Wenceslao expiró al momento, pronunciando aquellas palabras: «A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu».

Era el 28 de Septiembre del 935. Las razones de su muerte, fueron políticas y religiosas.

En seguida, fue venerado como mártir, y es el patrono principal de Bohemia.

Tres años más tarde, su hermano Boleslao se arrepintió, y trasladó los restos del mártir, a la Iglesia de San Vito.

Proclamado santo en 1670.

Bohemia, Hungría y Polonia, lo honran como Patrono.

Sus restos se veneran, en la catedral de San Vito, en la ciudad de Praga.

Oración: Dios y Señor nuestro, te pedimos que por intercesión de San Wenceslao, nuestros gobernantes imiten su conducta, no permitiendo la corrupción y el derroche, y sus corazones sean amplios y generosos, siempre apegados a la justicia y el derecho. Por nuestro Señor Jesucristo, que Vive y Reina contigo, por los Siglos de los Siglos. Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario