Tercera
Feria, 26 de enero
San
Timoteo
Obispo
y mártir. Año 97
San
Timoteo es el patrono de los malestares estomacales. Su nombre
significa: "Tengo un gran respeto a Dios".
Nació
en Listra, Licaonie (Asia Menor), de padre griego y madre judía. Se
sabe de él gracias a las tres epístolas del apóstol San Pablo.
Desde muy temprana edad fue instruido en las Sagradas Escrituras. Se
cree que su madre Eunice, su abuela Lois y él mismo abrazaron el
cristianismo y se hicieron bautizar durante la primera visita de San
Pablo a Listra.
Cuando
Pablo regresó a ese lugar, en su segundo viaje misionero, los
cristianos de allí le dieron maravillosas recomendaciones acerca de
Timoteo. Entonces Pablo le impuso las manos y le confió el
ministerio de la predicación.
Así,
el apóstol lo escogió como colaborador, gran amigo y compañero de
misiones –que fueron muchas veces difíciles y confidenciales, y,
en adelante lo consideró siempre como un hijo suyo. En la segunda
carta a los Corintios, el apóstol se refiere a él como: "Timoteo,
mi hijo amado" (1 Corintios); y lo llama de la
misma manera en las dos cartas que le escribió a él.
En
efecto, los encontramos a ambos juntos en la primavera del año 50 al
otoño del año 52: en Éfeso, Jerusalén, Roma, Frigia, Galacia,
Macedonia, Tesalónica y Corinto. Más tarde, San Pablo le escribirá
recordándole lo buena que fue su familia: "... Que esa fe se
conserve en ti, ya que desde tu más tierna edad te hicieron leer y
meditar las Sagradas Escrituras" (1 Tim. 1:5; 4:14).
Ciertamente,
la familia de Timoteo experimentó abundantes gracias de conversión
y crecimiento espiritual durante la estadía de Pablo y Bernabé en
su casa. Allí les ocurrió a los dos predicadores que tras la
curación de un hombre tullido, realizada por medio de Pablo, la
gente de aquella región los confundió con dioses disfrazados de
hombres. Entonces quisieron adorarlos y ofrecerles sacrificios.
Por
su parte, Pablo, al darse cuenta, les aclaró que eran tan sólo
criaturas igual que ellos. Entonces los judíos incitaron al pueblo
contra Pablo y Bernabé. Apedreándolos, los dejaron casi muertos,
pero los cristianos los condujeron a la casa de Timoteo, en donde
fueron atendidos.
Para
el año 53, Pablo envía a Timoteo a las Iglesias de Macedonia y de
Corinto. Trabajaron juntos nuevamente los años siguientes en
Macedonia, en el Peloponeso y en la Tróada. Y cuando Pablo les
escribe a los romanos, desde su prisión, les menciona que lo
acompaña Timoteo, su fiel discípulo.
La
primera carta que le escribió S. Pablo a Timoteo fue en el año 65,
desde Macedonia; y la segunda, desde Roma, mientras se encontraba
preso, aguardando su ejecución.
En
una de las cartas del apóstol a Timoteo, le dice: "Que nadie
te desprecie por tu juventud. Muéstrate en todo como un modelo para
los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y
la fe" (2 Tim. 2).
En
otro pasaje, el apóstol desciende a detalles prácticos como la
recomendación de que no tome sólo agua sino también un poco de
vino, debido a los continuos malestares estomacales de Timoteo (Cf. 1
Tim. 5:23).
El
historiador Eusebio cuenta que S. Pablo nombró a Timoteo primer
obispo de la Iglesia de Éfeso. Allí,
Timoteo fue apaleado y apedreado por el emperador Diocleciano, ya que
se oponía a un festival pagano en honor de Diana. Así
pues, recibió la corona del martirio en el año 97.
Los
restos de S. Timoteo se encuentran en la Iglesia de los Apóstoles en
Constantinopla; y, según la tradición, los fieles reciben grandes
favores cuando rezan a sus pies.
Oración:
Te pedimos Señor, que por los méritos e intercesión de San
Timoteo, mantengamos siempre el respeto a tu Santo Nombre y el Santo
Temor a tu Justicia Divina, y que ésta sea siempre inseparable de tu
Divina Misericordia. Vivimos en estado de pecado y ceguera, y
necesitamos siempre de tu Luz y de tu Paz. No nos abandones Señor en
ningún momento de nuestra Vida. Amén.
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