domingo, 15 de marzo de 2020


15 de Marzo

San Longino, Soldado y Mártir


(c.33)

El evangelio (San Marcos 15, 29), narra que un centurión, traspasó con su lanza el Corazón de Jesús, del que brotó sangre y agua. Según la tradición, ese centurión, se llamaba Longino, y era procedente de la ciudad de Lanciano.

En Lanciano se encuentra el gran Milagro Eucarístico, en el que una Hostia, no solo se convirtió en el Cuerpo y Sangre de Jesús, como siempre ocurre, sino además, ocurrió de manera visible, y que fue científicamente verificada su autenticidad. Así permanece visible este milagro, hasta el día de hoy.

Según Ana Catalina Emmerich, Longino es el centurión, que le traspasó el Corazón de Nuestro Señor con la lanza; era un joven de mas o menos 25 años de edad, un poco débil y nervioso, y que tenía problemas graves de la vista. La mayoría de los soldados, se burlaban de él, al verlo tan débil físicamente.

Él fue iluminado por la gracia de Dios, para sentir compasión, de las santas mujeres, que se encontraban presente al pie de la Cruz, que sufrían pensando que Jesús todavía estaba vivo, sufriendo dolores espantosos. Longino quería mostrarles, que Jesús estaba realmente muerto, para que se tranquilizaran, y consolarlas un poco.

Sin darse cuenta, fue instrumento, para que la profecía se cumpliera. Buscó una lanza que estaba cerca, y con las dos manos la tomó, y traspasó el Costado de Nuestro Señor. Llegó a traspasar su Corazón físico, de tal manera, que según Ana Catalina Emmerich, la lanza lo alcanzó, hasta llegar al lado opuesto, el costado izquierdo de Nuestro Señor.

Según los evangelios no canónicos, cuando Longino, sacó la lanza del Costado de Nuestro Señor, una cantidad enorme de Agua y Sangre salió de Él. Longino fue empapado por toda su cara y su cuerpo, con la Sangre y Agua de Nuestro Señor.

Esto fue una gracia similar a la del Bautismo. Gracia y salvación, entró en el alma de Longino. En ese momento se arrodilló, pidiendo perdón en público por sus pecados, proclamando que creía en la Divinidad de Jesús. Longino fue sanado de la enfermedad de sus ojos, y empezó a ver perfectamente.

La Santísima Virgen lucía en su apariencia, como si ella también hubiese sido traspasada. Según Ana Catalina Emmerich, el Agua y la Sangre, continuaban corriendo y tocando otras personas, y cayendo en rocas cercanas. La Santísima Virgen y María Magdalena, recogieron la Sangre de Nuestro Señor, en varias vasijas.

Aunque estos acontecimientos, vienen de revelaciones privadas, podemos sacar mucho provecho de ellas, ya que no van en contra de la Tradición de la Iglesia.

Longino vio el Corazón traspasado de Jesús, y fue sanado y convertido. Él dejó el ejército, se fue a Capadocia, y fue martirizado por la fe. Ahora es conocido como San Longino.

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la intercesión de San Longino, confesemos nuestros pecados, al ver traspasado el Corazón de Jesús y María, por culpa de ellos, y enmendemos nuestra conducta, llevando paz a su vez, a nuestro propio corazón. A Tí Señor, que viniste para que los ciegos puedan ver, y los que dicen ver, se vuelvan como ciegos. Amén.

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