Miércoles
7 de Octubre de 2015
Nuestra
Señora del Rosario
Su fiesta fue instituida por el Papa San Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.
Su fiesta fue instituida por el Papa San Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.
Historia del Rosario
Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos.
Mas tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marías. Los misioneros de Irlanda más tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.
Santo
Domingo busca las ovejas perdidas
La
Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el
rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la
utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
Domingo
de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia
para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la
herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del
bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo
lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo
material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es
malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También
negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de
Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias
normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes
celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito.
También habían factores políticos envueltos.
Domingo
trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su
predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos
pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar
trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a
una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su
convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la
Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a
Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando
casi nada.
La
Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán
La
Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario
y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo
el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y
obtendrían abundantes gracias.
Domingo
salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano.
Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos
albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente
la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada
con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón
de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de
Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo
rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en
Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un
verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud,
De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del
Rosario.
Las
promesas de la Virgen a los que recen el rosario
Un
creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de
Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la
Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos). Con gran celo
predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida
que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como
misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.
El
rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos
siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se
apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción.
La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos
para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y
reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.
Promesas
de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del
Beato Alano:
- Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Cómo
rezar el Santo Rosario
El
Santo Rosario: Mas poderoso que la bomba atómica
Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.
Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.
Milagro
del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.
En
Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un
radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes
estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban
fuera fueron quemados.
En
medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas
vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras
(aprox. 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros
alemanes sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados
de los japoneses, les habían permitido quedarse.
La
iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su
residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad
jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la
radiación, ni pérdida del oído, ni ninguna otra enfermedad o efecto.
El
Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30
años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros
33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima
durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia
(EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad
Jesuita estaban todavía vivos.
El
Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200
científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus
compañeros habían sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de
la Virgen María y dijo: "Yo estaba en medio de la explosión
atómica... y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado
por su destrucción."
Además,
el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de
expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del
porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue
afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente:
"Rezábamos el rosario diariamente en esa casa".
En
la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San
Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que
también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la
protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el
santo rosario.
Oración: Señor mío te pedimos que nuestra Vida sea siempre un Rosario de buenas acciones y pensamientos, para que podamos, siempre con la ayuda e inspiración de la Virgen Santísima, honrarte con el ejemplo de nuestra Vida. Protege al mundo de su destrucción completa por el rezo del Santo Rosario. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo que Vive por siempre. Amén.
Oración: Señor mío te pedimos que nuestra Vida sea siempre un Rosario de buenas acciones y pensamientos, para que podamos, siempre con la ayuda e inspiración de la Virgen Santísima, honrarte con el ejemplo de nuestra Vida. Protege al mundo de su destrucción completa por el rezo del Santo Rosario. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo que Vive por siempre. Amén.
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